Alguien toma mi mano y me guía hacia unas escaleras. Intento resistirme, pero no me lo permite. Empiezo a patearlo, pero me sube de un brusco movimiento a su espalda. Cuando voy a morderle el hombro, veo su tatuaje. ¡Es Anthony! ¿Qué hace este idiota aquí? ¿No estaba con la insípida de Sabrina? Tantas preguntas sin respuesta.
Llegamos a un cuarto, y me tira sobre la cama.
Antho: ¿Qué diablos haces, Rous?
Rous: Este no es tu problema, yo me largo.
Al levantarme de la cama, me tambaleo y caigo; estoy muy borracha.
Antho: Ya vamos a casa.
Rous: ¿Y tu novia? Ve y cuídala a ella. Tú y yo no nos conocemos.
Antho: La dejé en su casa y vine a buscarte. ¿Crees que está bien lo que haces?
Rous: Eso a ti no te importa, es mi vida, entiende.
Antho: No me importa, nos vamos de aquí o ya verás lo que haré.
Rous: Jajaja, ¿salir corriendo?
Antho: Niñita malcriada, no sabes de lo que soy capaz.
Rous: No te tengo miedo, idiota.
Mi corazón latía muy fuerte. Este cuarto estaba oscuro, solo entraba luz por la ventana. Todavía no soy inmune a su tacto, a su olor. Quiero que me bese, que me toque. Deseo sentirlo mío, aunque sea por una noche.
Antho:
De pronto, Rous se lanza sobre mí. Su boca busca la mía con furia, me muerde, y ese movimiento fue suficiente para agarrarla de las nalgas y apretarla contra la pared. Está jugando con fuego, comienza a moverse, y puedo sentirla tan cerca que me está volviendo loco. Quiero tirarla a la cama y desnudarla para mí, pero está ebria, debo contenerme. Rous me jala del cabello, me mira con ojos de amor y lujuria, y dice:
Rous: Lárgate de aquí, solo di que ya no te gusto, pero no seas un maldito arrogante. No creas que me muero por besarte, imbécil.
Se baja de mí y sale corriendo de la habitación. Salgo detrás de ella, pero entre tanta gente, no puedo verla. Malinterpretó todo. Ella no sabe lo contento que me tenía, pero no puedo hacer esto si está ebria. No es posible.
Rous:
Él es un idiota, pero yo soy más tonta por besarlo. No me correspondió, simplemente se quedó quieto. Soy una idiota. Salgo de la fiesta y siento una lágrima de rabia correr por mi mejilla. Tomo un taxi y, al llegar a mi casa, la borrachera empieza a pasarse. Ya no me siento tan mareada, solo deseo darme un baño y dormir.
Intento abrir la puerta, pero no abre. Lo hago varias veces y no funciona. Voy por el patio y entro por la ventana de mi habitación. Me voy directo a la ducha, dejo toda mi ropa en la cama y me baño. Me duele mucho la cabeza, solo cierro los ojos y me dejo llevar por el agua.
Antho:
Cris, el amigo de Rous, me comentó que ella había tomado un taxi de confianza y que iba camino a su casa. Al llegar, voy a buscarla a su habitación, pero no está. No sé qué hacer. ¿A dónde pudo ir? La llamo, pero mi celular se apaga. Me apresuro a entrar a mi casa. Al entrar en mi habitación, escucho la ducha encendida. Entro y no puedo creer lo que veo. Es hermosa. Rous está bañándose, se ve tan linda. Me quedo atónito viendo el espectáculo que tengo delante de mí. Ella está de espaldas, enjuagándose el shampoo del cabello. Estoy hipnotizado.
Rous se voltea de golpe, y puedo verla en todo su esplendor. Está desnuda, sus senos están hermosos y húmedos, listos para ser mordidos por mí. La miro por completo, y ella se da vuelta y grita:
Rous: ¡¿Qué haces aquí?! ¡Aaaaaaaaah!
Intenta taparse con sus manos, pero no puede. Ya la he visto completamente. Me dan ganas de comérmela ahora mismo.
Antho: Tú estás en mi ducha, ¿qué haces aquí?
Mi madre toca la puerta del baño y dice:
Madre: Hijo, ¿todo está bien? ¿Escuché un grito?
Antho: Guarda silencio, Rous. Sí, madre, todo está bien, solo que no encontré la toalla.
Madre: Ya la traigo, tranquilo. Espera en la ducha.
Antho: Rous, tengo que entrar o mi madre se va a dar cuenta de que estás aquí, y puede contárselo a tus padres.
Rous: ¡Pero Anthony, estoy sin ropa, idiota!
Antho: No voy a ver nada, tranquila.
Me quito la ropa y me quedo solo en bóxers. Entro a la ducha antes de que llegue mi madre. Le indico a Rous que se acueste en la tina, y lo hace. Es demasiada tentación para mí.
Rous:
No sé cómo pude caer en esto. Me estoy muriendo de la vergüenza. Desde la tina lo veo, el agua cae sobre su cuerpo. Quiero tocarlo, lamerlo. Siento un cosquilleo en mi entrepierna, nunca me había sentido así, pero es delicioso. Anthony me hace levantar y dice:
Antho: Ponte contra la pared, mi madre te puede ver en la tina.
Me volteo y apoyo mi cuerpo en la fría baldosa. Mi cuerpo esta expuesto a su mirada, y de pronto, lo siento detrás de mí. Puedo sentir su cuerpo duro contra mi piel. No sé de dónde saco fuerzas, pero empiezo a moverme sobre él.
Antho: Rous, no, por favor. No sabes las ganas que tengo de hacerte esto.
Rous: Quiero que lo hagas, quiero sentirte.
Lo siento tomarme de los senos con una mano y con la otra me acaricia. Estoy temblando con sus caricias, y lo hace más deprisa. Comienzo a gemir. Me voltea y nos besamos como locos. El agua cae sobre nosotros. Lo toco por todos lados, y él hace lo mismo conmigo. Cuando mi mano empieza a bajar por su abdomen, mi madre toca la puerta.
Madre: Hijo, aquí dejo la toalla. Descansa.
Antho: Adiós, madre.