Anthony:
El camino a la casa de mi mejor amigo se siente interminable. Cada paso está cargado de confusión y dudas. No sé en qué momento todo se salió tanto de control. Quiero recuperar a Rous, pero este supuesto embarazo de Sabrina me está volviendo loco.
Cuando llego a la puerta de Mateo, él me recibe con una sonrisa, pero su expresión cambia en cuanto ve mi cara.
—Hermano, ¿qué te pasa? —me pregunta, dándome una palmada en el hombro. Es el único que sabe exactamente lo que ocurre entre Rous, Sabrina y yo.
—Necesito hablar —digo sin rodeos, sintiendo el peso de la situación aplastarme.
Nos sentamos en su sala, y aunque trato de relajarme, el nudo en mi estómago solo se aprieta más.
—Sabrina me dijo que está embarazada —suelto de golpe, y puedo ver cómo los ojos de Mateo se agrandan.
—¿Qué? —pregunta, incrédulo—. ¿Estás seguro de que es tuyo?
—Eso es lo que no sé —respondo, pasando las manos por mi cabello—. No estoy seguro de nada, y no quiero decírselo a Rous hasta que lo esté. Si le digo y luego resulta que no es mío, la perderé para siempre, y todo por algo que tal vez ni siquiera es real.
Mateo se queda en silencio por unos segundos, asimilando la información.
—Hermano, esto es complicado. Si Sabrina está diciendo la verdad, eventualmente vas a tener que enfrentarlo. No puedes ocultarlo para siempre, especialmente si quieres estar con Rous. Tarde o temprano, las cosas saldrán a la luz.
Sus palabras me golpean como un balde de agua fría. Sé que tiene razón, pero ¿cómo voy a manejar todo esto?
—¿Y si el bebé no es mío? —pregunto, más para mí que para él—. Sabrina no es exactamente el ejemplo de fidelidad.
—Por eso mismo tienes que aclarar las cosas cuanto antes. No puedes seguir así, Anthony. No es justo para nadie, ni para Sabrina, ni para Rous... ni para ti —me dice, mirándome con seriedad.
Cierro los ojos, sintiendo cómo la desesperación me consume. Cada decisión que tome a partir de ahora tendrá consecuencias, y lo sé.
Rous:
Mientras tanto, estoy en mi habitación, intentando concentrarme en cualquier cosa que no sea Anthony. Me duele pensar en todo lo que ha pasado. A pesar de todo, sigo queriendo creer en él. Pero algo dentro de mí me dice que no sé toda la verdad, que hay algo más. Y eso me mata.
Me levanto y miro mi celular, resistiendo la tentación de escribirle. No sé si estoy lista para volver a caer en ese ciclo. No esta vez.
Anthony:
Después de horas conversando con Mateo, salgo de su casa un poco más claro. No puedo seguir ocultando esto. Sabrina necesita saber la verdad, y Rous merece saber lo que está pasando.
Llego a casa y miro mi celular. Veo el nombre de Rous en mi lista de contactos, y por un segundo, me imagino llamándola y diciéndole todo. Pero no puedo. No todavía.
Primero tengo que descubrir la verdad sobre Sabrina.