Anthony:
Las dudas me consumen mientras camino hacia la casa de Rous. El embarazo de Sabrina está en mi mente, pero no puedo ignorar el deseo que siento por ella. Hoy decidí arriesgarme, así que me acerco a su ventana y veo que la luz de su habitación está encendida. Sin pensarlo, abro la ventana con cuidado y entro.
Rous:
Estoy en mi habitación, revisando algunas cosas, cuando de repente la ventana se abre de golpe. Me doy la vuelta y veo a Anthony entrar, como si estuviera en una película romántica, y el corazón me late con fuerza.
—¿Anthony? —pregunto, tratando de ocultar mi sorpresa—. ¿Qué estás haciendo aquí?
—No podía quedarme sin hablar contigo —responde, acercándose un poco más. Hay una intensidad en su mirada que me hace sentir que el aire entre nosotros se electrifica.
—¿Y si alguien te ve? —digo, aunque en el fondo estoy emocionada de tenerlo aquí.
—No importa —dice, sonriendo de una manera que hace que mis piernas se sientan débiles—. Solo quiero estar contigo.
Nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos, y puedo sentir el tirón de la atracción entre nosotros. La tensión sexual que había estado contenida durante tanto tiempo parece liberar toda su fuerza en este instante. Anthony se acerca más, y mis respiraciones se vuelven rápidas.
Anthony:
A medida que nos miramos, no puedo evitar acercarme más. Hay algo en su mirada que me hace sentir que este es el momento que hemos estado esperando. Quiero tocarla, quiero sentirla cerca.
—Rous, desde que te vi en la fiesta, no he podido dejar de pensar en ti —digo, y mis manos tocan suavemente su rostro.
Ella cierra los ojos por un instante, como si disfrutara de mi toque, y eso me da valor. Me inclino hacia ella, y nuestros labios se encuentran en un beso que enciende cada fibra de mi ser. El mundo se desvanece y solo existimos nosotros. La calidez de su cuerpo, el sabor de su boca... todo es perfecto.
Rous:
El beso me hace sentir viva. Anthony es todo lo que he deseado, pero también tengo miedo. Sin embargo, en este momento, todo lo que quiero es perderme en él. Mis manos se deslizan por su espalda, sintiendo la firmeza de su cuerpo.
—Anthony... —susurro entre besos, pero él me silencia al profundizar el contacto.
Nos alejamos un poco, y puedo ver su deseo reflejado en sus ojos. La tensión es palpable, y mi cuerpo responde a cada caricia, a cada roce. Quiero más.
—No puedo dejar de pensar en ti, Rous —dice, su aliento cálido contra mi piel—. Me vuelves loco.
Me acerco a él, atrapada en este momento perfecto. Quiero que este instante dure para siempre.
Anthony:
La forma en que me mira, su deseo y vulnerabilidad me encienden. La beso de nuevo, y mientras nuestras lenguas se entrelazan, siento que el mundo exterior se desvanece. Este es el lugar donde quiero estar.
De repente, mi celular vibra en el bolsillo, interrumpiendo nuestra conexión. Lo ignoro, pero la vibración se hace más insistente. Me alejo un poco, tomando el teléfono para ver quién es. Es un mensaje de Sabrina.
—Dame un segundo —le digo a Rous, sintiendo que la tensión aumenta.
Rous:
Lo observo mientras lee el mensaje. Puedo ver la expresión en su rostro cambiar. Es como si una sombra se interpusiera entre nosotros.
—¿Todo bien? —pregunto, tratando de ocultar mi creciente inquietud.
Anthony:
—No... es Sabrina —susurro, sintiendo que la frustración me consume. El mensaje dice que quiere hablar sobre el embarazo. No sé si quiero llevar a Rous a este tipo de complicaciones.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —suena su voz, llena de confusión.
Rous:
El ambiente se vuelve denso. Me siento atrapada entre el deseo y la realidad. La presencia de Sabrina se siente como un peso enorme en este momento.
—Porque no sé si realmente es mío, Rous —le respondo, sintiendo que mis palabras no hacen nada para aliviar la tensión que se cierne entre nosotros.
—Pero sigue presente en tu vida —dice, sus ojos llenos de tristeza.
—Lo sé, y no quiero que esto se interponga entre nosotros. Quiero que estemos bien, pero no puedo simplemente ignorar lo que está pasando —respondo, sintiendo que la angustia me ahoga.
Rous:
No sé qué hacer. Mi corazón late desbocado, y mis emociones están en caos. El deseo que había sentido se ve nublado por la confusión y el dolor de esta nueva realidad.
—Necesito tiempo para pensar —digo, sintiendo que me estoy alejando de él, aunque todo en mí desea quedarme.
Anthony:
La miro con desasosiego. No quiero que se aleje, pero sé que la situación es complicada.
—Rous, por favor... —empiezo a decir, pero ella se aleja, dejando un espacio entre nosotros que no debería estar allí.
—Debo cerrar la ventana, es tarde —respondo, sintiendo que cada palabra es un puñal.
—Entiendo —dice, pero sus ojos reflejan una lucha interna.
Mientras me acerco a la ventana, sé que este no es el final. Quiero luchar por ella, por lo que tenemos, pero la sombra de Sabrina lo complica todo.
Rous:
—Anthony, por favor, no me hagas sentir como si no importara. Me duele saber que hay algo entre tú y Sabrina —digo, sintiendo que las lágrimas amenazan con brotar de mis ojos.
Anthony:
—No es así, Rous. Nunca quise hacerte daño. Pero ahora mismo todo es un lío en mi cabeza —admito, sintiendo el peso de la verdad sobre mis hombros.
Antes de que pueda decir algo más, ella se vuelve y se dirige a la puerta. El sonido de la cerradura es como un eco en mi mente, y sé que algo se ha roto entre nosotros.