Tú, nada más

Eres todo

capítulo 28

—Hola… —murmuró, acercándose un segundo después al recordar dónde estaba. Anel lucía agotada, demasiado, sus ojos enrojecidos, más todas las heridas. Su pecho se estrujó. Se sentó donde hacía unos segundos él lo había hecho—. Te traje algunas cosas… —expresó, acariciando su mano.

—Gracias. —De nuevo su mirada perdida, lejana.

—Any…, hablé con papá… —Despacio giró intrigada. Hacía más de seis meses que no tenía noticas suyas—. Sabe todo, yo se lo dije… Bueno, lo que sé… —Anel asintió, serena, le daba lo mismo. Se hallaba sumergida en un mundo donde el gris y negro prevalecían, donde no sentía, donde los límites de su mente la tenían a salvo, donde lograba mantener de alguna manera la calma, con la única condición de no pensar, no meditar, no reflexionar. Era como deambular sin rumbo, como un ente ausente. Sabía de alguna manera que debía estar ahí un poco más, que lo sucedido con su madre no tenía justificación, que los cardenales hirientes sobre su rostro y pecho, y que fueron provocados por ese ser abominable que la intentó ultrajar y que en ese momento mantenía en pausa a su alma, podían jugar en su contra hundiéndola más, si no seguía recluida en ese estado ajeno, sin contacto con su alrededor.

—¿Crees que le importe? —preguntó sin ánimos amargos, percatándose de que su hermana algo deseaba. Ariana torció la boca asintiendo.

—Quiere que regresemos a Chicago. —Anel abrió los ojos azorada, incrédula. Por un momento su respiración se ralentizó y su labio tembló, de inmediato ignoró la cesación—. Any, denúncialo, y vámonos… Sé que está Marcel, sé que se quieren. —Al escuchar lo último perdió la mirada en sus manos entrelazadas. Haciendo irremediablemente contacto nuevamente con su abominable realidad, con cada herida que en su interior sangraba. ¿Qué sentía exactamente él por ella? Pese a todo lo que estaba viviendo esa duda era una piedra más que machacaba su alma, su piel, su esencia, su ser. Le importaba, jamás lo dudaría, sentía cosas, era evidente, pero, ¿qué?, cuánto tiempo?, ¿por qué?—. Escucha —dijo y su hermana alzó su barbilla colocando un dedo debajo—. Laura contratará hoy a un abogado, él nos puede decir si es viable, si…

—Ella lo volteará todo, Ariana, lo sé. —La mayor asintió, secundándola.

—Pero no se pueden quedar las cosas así … ¿Desde cuándo, Anel, desde cuándo vives esto? —Los labios rotos de la joven temblaron otra vez. Su endeble y débil muro de protección se desquebrajó.

—Ariana… —se quejó con la voz quebrada. La joven acunó su barbilla para que la viera. Su mirada bicolor la perforaba, le hacía sentir de alguna forma lo que estaba viviendo.

—No, no más… Quiero saberlo todo, solo así te podremos ayudar. No te mereces esto, ¿entiendes? Nada lo justifica, y ese tipo es un maldito asqueroso que debe pagar lo que hizo.

—Desde que lo llevó a casa —admitió, entrecortada, con las palmas sudorosas rememorando todo sin poder evitarlo. La piel de Ariana se erizó, abrió los ojos de par en par, atónita—. Todo ha ido avanzando, pero jamás había intentado nada, solo me miraba y me decía cosas molestas… Incluso a veces intentaba entrar a mi habitación cuando no estaban. —La joven, con las lágrimas resbalando por sus mejillas y una mano en la boca, la escuchaba.

—Tenías 13, Anel, tenías 13 malditos años… —musitó helada. La menor agachó la mirada.

—Le dije a mamá, no me creyó… Luego, me odió… —dijo y por fin dejó salir el líquido salado de sus ojos y dolió, dolió como si un cuchillo afilado, puntiagudo, estuviese atravesando su pecho de a poco, hundiéndose con cada gota salada que su organismo derramaba.

—Any, dice Marcel que ya te había golpeado muchas veces… ¿Aquella vez de la escalera, no caíste? —Negó sin remedio. Ariana cerró los párpados, asimilando la información.

—¿Por qué no me dijiste? —le preguntó dolida. Anel seguía llorando.

—Tú…, casi no te veo, pasan días y no sé de ti… No quería amargarte la vida, Ariana —confesó bajito, sollozando, alzando el rostro contraído de dolor, de aflicción, de pena.

—Tienes razón, ¿pero a alguien más?

—A mi tía intenté decirle al principio, todo salió peor… Mi mamá me amenazaba, Ariana me humillaba…, me decía cosas horribles. Sentía que la perdía, no quería que eso sucediera… Incluso, a papá le rogué que me llevara. ¿Lo recuerdas? Se negó debido a su familia. —Su hermana hipeó, absorbiendo el llanto. Claro que esa era más de una razón. Tan pequeña sin saber qué hacer, cómo.

—¿Marcel sabe todo? —negó, nerviosa.

—No lo de… «Ese»… Lo demás, sí.

—¿Qué pasó anoche? ¿Quieres decirme?… O prefieres hablar con el abogado…

—No quiero hacer nada…

—No permitiré que huyas de esto, debemos por lo menos saber si es posible…

—Tengo miedo —murmuró, ya muy nerviosa, con la piel erizada, los pulmones contraídos. Ariana notó que la estaba presionando mucho. Suavizó su expresión y la abrazó con ternura.

—Tranquila, aquí no te pasará nada… No dejaremos que eso suceda… Pero si se lo hace a alguien más, si no eres la única… No sé, no puede vivir tan feliz mientras tú pasas por esto…

—No quiero volver a verlo —expresó, escondida en su cabello, trémula. La chica acarició su delgada espalda. Ciertamente se sentían sus huesos frágiles a pesar de que se notaba había incrementado de peso.

—Okey, dejaremos esto por ahora… —La alejó despacio—, tu novio, ordenó que durmieras… —percibió algo raro en su tono. Frunció levemente las cejas.

—No te molestes con él, es así…

—Le importas, Any, le importas bastante. —Ella ladeó la boca asintiendo—. Y concuerdo con él, debes descansar. Estaré aquí al lado, leeré y no haré ruido, tú cerrarás tus ojos. ¿Sí? —asintió, vencida, con todas las heridas nuevamente abiertas, expuestas.

La joven se acurrucó bajo la frazada con la mirada perdida en algún punto buscando desesperadamente recobrar el control de sus emociones, de sus pensamientos, de su vida. Ariana tomó de su bolso un libro y se colocó a su lado.



#55 en Joven Adulto
#1411 en Novela romántica

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 05.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.