Tú no sobrevives

Susurros

Alexander

—Entonces. ¿Quién será? —dice mientras mi mente viaja a miles de lugares —¿Lo dejaremos en Sergio?—agrega, puedo hasta sentir la sonrisa que se dibujó en su rostro, a través de su sucia máscara —O... prefieres que sea Claudia, un cuchillo en su garganta, atravesandola. Quizás hasta prefieras mi hacha en su—lo interrumpo, levantándome de la silla terminando de rasgar la cinta —¿Qué tenemos aquí?—pregunta, levantando la vista —¿No eres un cobarde ahora?—

—Nunca hablarás de Claudia de esa manera, nunca, o solo hasta que pueda clavar tu cuchillo en el medio de tu frente y matarte de una vez por todas —digo, aliviado —No, Alexander, esa no es la respuesta correcta. Te pregunté a quién voy a matar, no a quien vas a matar tú, que, lamento arruinar tu película, no voy a ser yo. Porque debes aceptar un hecho, tú no sobrevives —coloca un dedo sobre su boca en señal de silencio, y escucha susurros —No me importa lo que hayas hecho en la otra habitación, a quien liberaste, voy a ignorar eso. ¿Podemos centrarnos en que demostraste querer a una persona? —lo miro, preguntándome porque sigo vivo —No recuerdas, entiendo —se levanta de su silla y me coloca el hacha a pocos centímetros de la cara.

—Ya recordarás —baja el hacha y me golpea en la cara, caigo en el piso y veo su sombra salir por la puerta, comienzo a escuchar gritos y empiezo a arrastrarme por el piso hasta llegar a la puerta. Lo veo sosteniendo a la chica que salvé del cuello y levantándola contra una pared, veo un cuerpo en el piso, sangre proveniente de su cuello y trato de pararme. —¡No lo hagas! —grito —No elegiste entre tu amado y tu amiga, lamento tener que elegir yo —dice cuando el cuerpo sin vida de ella cae hacia el piso, pero él, toma el cuchillo ensangrentado del piso y corta su cuello —¿Por qué? —pregunto, paralizado —¿Qué te hice que dolió tanto para hacer todo esto? —digo, al borde de las lágrimas.

—¿En serio? —dice dirigiendo sus manos hacia su mascara, pero deteniéndose al sentir ruidos de la otra persona —Esa persona está a punto de descubrir cosas que no queremos que descubra, así que sal —me acerco a la puerta, pero decido acercarme y tomar su brazo —Por favor, deten esto, ya no soy la misma persona que era antes. No puedes basarte en lo que pasó hace años, lo que quiera que sea eso —me observa y de nuevo a la persona atrapada —Eso dijiste en su momento, pero no mereces redención —dice y vuelve a mirar hacia su próxima víctima, que aprovecho para retirar su máscara. Me golpea dando vuelta la cara antes de que pueda ver nada, toma la máscara del piso y se vuelve hacia mí, pegándome una y otra vez.

Siento la puerta abrirse y el asesino corre de nuevo hacia la dirección, veo a Agustín, Pablo y Sergio entrando, el último me levanta, los otros corren hacia él y Sergio me observa revisando mis heridas. —Eres tan estúpido, como vas a venir hacia acá. Andrea ya lo dejó claro, me quiere a mi, no a ti. Ni a ninguno más, salir de los salones es ponerte en peligro —Los otros llegan y nos observan dudosos —Escapó —dicen. 

Claudia

—Profesora, necesito decir algo. Todos presten atención —me levanto y me pongo frente a la pizarra —Los gritos que se escucharon antes fueron por un hombre con un hacha, me intentó golpear y quien sabe que otra cosa más iba a intentar, pero Alexander me salvó y ahora no se que está pasando —la profesora me mira y se ríe, indicándome que salga del salón —Es muy divertido, Claudia. No inventes cosas para perder tiempo de clase, pero como parece que no tenes ganas de estar acá, retírate a la dirección —antes de salir, me detengo y la vuelvo a mirar —Bueno, te veo en el infierno.

Salgo del salón y escucho algunas risas de parte de mis compañeros, hasta que siento como un micrófono se activa y escucho la voz de la directora. —Ante las diferentes quejas de ruidos y gritos por los pasillos de este honorable liceo, invito a todos las clases a dirigirse al patio principal para poner fin a este juego sin sentido y encontrar al culpable —voy al salón donde el chico me intentó ayudar y veo a una chica asomándose, mirando a ambos lados y me acerco hacia ella. —Estoy segura que es una trampa —digo, me permite entrar al salón —Hola, soy Andrea, si conoces a un chico llamado Alexander —suena la campana del intervalo— Es él al que busca el asesino, si lo entregamos nos salvamos nosotros. 

—¿Quieres que entregue a mi mejor amigo? —sonrío y ella me observa inexpresiva —Pero acá cada ser humano lo conoce y le importa su existencia o como va la cosa —dice y se cruza de brazos, me cae bien. 



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En el texto hay: muertes, asesinoserial

Editado: 30.07.2020

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