Sal a jugar

Claudia

Pasamos las escaleras con Agustín al borde del desmayo, me volteo y veo el hacha asomarse para bajar los últimos escalones, Sofía corre a mi lado y nos encontramos a Alexander junto a otro chico de frente, dirigiéndose hacia las escaleras. Al ver al asesino detrás se voltean y seguimos corriendo, cuando siento la mano que apretaba desaparecer. —¡Agustín! —grito volviendo, viéndolo con su cabeza agachada, el chico que desconozco se apura para tomarlo en brazos, llegamos al fondo del pasillo y entramos a una sala.

Alexander se apura para poner un banco entre la puerta y un mueble, mientras lo veo buscando algo revisando toda la habitación. El chico coloca a Agustín en uno de los bancos y le da leves golpes en los cachetes, me volteo al sentir la puerta moviéndose, veo la máscara asomándose por el vidrio y desapareciendo, Sofía se asoma y me indica que me acerque —¿Qué hace? —digo antes de llegar y ver al asesino acercándose con un papel "Alexander, sal a jugaar", él se acerca y me abraza sonriente —Estaré bien, no te preocupes —me dice y Sofía, que no lo ha visto en meses se acerca —No te permito morir, eh —sonriendo el otro chico nos observa al llegar y lo mira a él —Te acabo de conocer, pero arriesgué mi vida para buscarte, así que no te mueras—

—Alexander, por favor. Pregúntales donde está Pablo y si está bien —retira el banco y abre la puerta, veo que los dos asesinos se encuentran, uno se sienta frente a nosotros y el otro se va junto a él, alejándose por atrás de la cantina.

Alexander

Si te escondes alguien más morirá por ti. 

Si te escondes alguien más morirá por ti.

Es lo que mi mente me repetía cuando vi el cartel en la puerta, salí rápidamente para que no intenten matar a nadie, siento la mano del asesino sujetarme la espalda apretando para que avance. —Ahora que ya sabes que somos dos —comienza —Te ayudaré a diferenciarme. Soy el que mató a Alicia, a la cantinera, que parecía de tu agrado y también soy el que te ha hablado siempre. Mis palabras fueron transmitidas por mi ayudante y ahora, voy a estar presente para ver tu reacción en lo que me gustaría que se llame "la masacre de Costaneros" —dice cuando toma el cuchillo de su cinturón, mi corazón empieza a acelerarse y veo como se gira a observarme —Entiendo que estés nervioso, vas a ver los cadáveres en primera plana, no te imaginas los diarios, como van a estar buscando la primicia en una tragedia.

Llegamos al patio por el lado de la cantina cuando me tapa la boca y sostiene el cuchillo en mi cuello, empiezo a ver una cantidad de gente sentada en el centro y veo adelante a la directora, que avanza hacia los alumnos. Siento unos pasos detrás y el asesino se gira cuando veo dos armas en sus manos y una cinta, el otro me suelta para tomarme de las piernas y ponerme la cinta. 

Me la coloca en las manos y uno de ellos me lleva junto a un pilar más cercano, golpeándome la cabeza para cuando empiezo a sentir los disparos, veo los cuerpos cayendo y los gritos retumban en mis oídos cuando siento un silbido constante, que parece alejarme de donde estoy. Los sonidos de las risas de ellos a mi lado me devuelven para verlo volteando y sacándose la mascara, mis ojos se nublan y sólo puedo escuchar —¿Ahora lo recuerdas? —dice —Mira mi cara, mírame —me golpea con el mango del arma —Esto es por lo que me hiciste —y logro diferenciar que está señalando detrás —Por lo que le hiciste a mi hermano. Siente la impotencia de no poder hacer nada cuando todos estos hijos de puta se mueren.

—Voy a matar a Sergio, voy a descuartizar a Claudia... —Se coloca la máscara cuando mi vista se va a negro.