Su cuerpo cayó tan despacio al suelo que a Agustín le dio el tiempo suficiente para reaccionar y tomarla en brazos, mi grito quedó opacado por un segundo disparo que juro haber sentido rozar cada célula de mi cuerpo, pero este cayó en el pecho de Nicolás Sánchez, el enmascarado que comparado con los otros dos, no había hecho nada. Sofía seguía tendida en brazos de Agustín y yo, inmóvil vi como el enmascarado se iba por las escaleras hasta que sentí el llanto de mi amigo a mis espaldas, no escuché palabra de Sergio quien quedó sonriendo, observando de donde provino el disparo. —Sergio, reacciona por favor —digo, dirigiendo la mirada hacia él —Te necesito, por favor —mi mano fue a los cachetes de Agustín, limpiando sus lágrimas y dando pequeños golpes, estas no paraban, su mirada seguía clavada en el cuerpo de Sofía, hasta que ambos escuchamos a Sergio susurrar —Alex...Alexander —el agua caía de su cara como cataratas, empezó a temblar y a sacudirse cada ciertos segundos, repitiendo su nombre. Agustín se levantó al ver la sangre inundando sus manos y Sergio comenzó a moverse poco después, yo seguía en el piso hasta que mis oídos empiezan a perderse, no escucho mis alrededores y un zumbido se cambia por las voces de ellos.
Sergio
Claudia cayó al piso en cosa de segundos, mi mente repetía el nombre de Alexander y el otro chico empezó a moverse para dirigir la mirada hacia mi, una chica había muerto a mi lado cuando yo solo podía pensar en otro desconocido que necesitaba nuestra ayuda, los cuerpos que seguro había por todo el liceo a lo largo de la noche y solo podía preguntarme porque. —Hey, hey. ¿Sergio verdad? —dice el chico a mi lado —Si, Sergio... —digo en una voz más fina de lo que me gustaría —Bueno, soy Agustín, por favor podes ayudarme con... mi amiga —el agarra sus manos y yo los pies de su amiga para empezar a moverla hacia la habitación en la que estábamos —¿Qué haremos con el otro enmascarado? —digo, con un temblor en la voz que hasta yo noto —No tenemos que hacer nada, que se ocupen los otros dos, solo movámoslo para un costado del pasillo. Sergio, ella se llamaba Sofía —dice mirándola directamente —Era importante para Alexander, era importante para mi y para Claudia, parece importante para ti él, entonces necesito que me ayudes quedándote acá esperando a que Claudia despierte, mientras tanto yo iré a buscarlo a Pablo y a tu amigo.
—No, no podes ir solo, vos también viste algo traumático arriba no creo que ninguno de los dos estemos preparados para ir a ningún lado —afirmo —Pero... si no vamos, no sabremos que le pueden estar haciendo, no puedo buscar... venganza contra el asesino de mi amiga —dice con grandes pausas, saliendo para buscar a Claudia y esperarme para traerla juntos —Pero si vamos podemos paralizarnos y buscar la muerte en vez de justicia, quiero buscar a Alexander pero no quiero que me pase nada ni a ti —sentimos movimiento de ella y comienza a murmurar —No, no... no vayan a ningún lado, se quedan acá y yo voy a ir.
Alexander
Despierto con pura oscuridad a mi alrededor, los disparos pararon pero ahora no hay enmascarados cerca —¡Hola! —grito, arrepintiéndome cuando las luces se prenden y tengo a dos personas frente a mi, observándome de frente cuando siento mis manos atrapadas por cintas y mis pies por cuerdas —Hola, ¿Cómo estas querido? —dice a quien reconozco como el que habla conmigo —Por favor, ya te lo he dicho, no soy la misma persona que hace años, sea lo que sea que te hice lo siento mucho —digo —Lo peor es que no sabes porque te estás disculpando, no sabes lo que hiciste o si eso tiene perdón —el otro enmascarado solo se queda parado, observándonos —Quizás no tiene perdón, ¿Pero justifica esto?
—Déjame refrescarte la memoria para que puedas entender que pasó y porque hice todo esto —dice y el otro intenta retirarse la máscara —No, no, papá. Todavía no me la voy a sacar, primero vamos a tener una noche de historias... aterradoras, protagonizadas por Alexander, yo y mi hermano.
6 años antes
—Míralo, ahí va el chico espantapájaros —escuché decirte una vez, igual que mi hermano— ¿Qué le dijiste? —está bien Carlos déjalo, no me molesta, le respondí esa vez. —Espantapájaros, le digo como se llama —dijiste —Mira, eres espantoso tú, no puedes decirle nada a mi hermano —esa vez, avancé unos pasos y abrí la mochila, era como una rutina. Tomé la mascara y me la coloque, una vez más. Era como si para esconderme de los insultos tuyos, necesitaba una mascara y cuando la tuviera, me sintiera seguro. ¿Pero y si no lo hubiera ignorado?
Esa vez, mi hermano avanzó conmigo y no te pudo parar los pies, como te lo merecías, decidí darte otra oportunidad y obtuve cosas peores. —Hey, pequeño, no dejes que ese chico te moleste, respóndele de la misma manera y no te escondas detrás de esa mascara, él no es suficiente para superarte a vos —Sonreí después de escuchar eso, pero nada mejoró. En la escuela, seguiste molestándome, me tirabas al piso, tus amigos me golpeaban... Manuel, Oscar.
¿Todavía nada?
Ya te darás cuenta.
No puedo olvidar la fecha, fue un 23 de octubre, fue mi mejor día. Decidiste que esa vez... no sé, no querías molestarme durante la escuela, pude hablar en clase, hasta la profesora se sorprendió. Pero después me enteré que lo habías planeado, dejarme de molestarme durante el día, creería que había parado. Pero fue en la salida, mi madre no pudo venir a buscarme y tuvo que venir Carlos.
Sólo habría deseado que no hubiera podido, que tuviera que haberme ido solo. Fuiste el primero en gritar seguido de Oscar, espantapájaros fue lo primero que dijeron seguido de otros insultos, Manuel llegó después golpeándome en el estomago, crucé la calle tratando de huir cuando veo a mi hermano llegando, no había visto el golpe hasta que sintió otra vez un grito tuyo. Cruzó sin mirar, fue solo un segundo para tratar de ayudarme y el golpe lo llevó a caer al frente mio, vos estabas al lado y me da gusto, supongo que eso es lo que impide que recuerdes, el trauma.