Tu novio o el mío [sichul]

Capítulo Diez

LA NUEVA versión del cielo para Heechul fue despertar junto a Siwon Choi un sábado por la mañana y saber que disponían de todo el fin de semana para estar juntos.

Se levantaron tarde y fueron a desayunar a una terraza. Luego pasearon por la orilla del río Brisbane bajo jacarandás en flor, disfrutando del sol e intercambiando sonrisas felices y bobaliconas.

Por la tarde fueron al cine a ver una película de miedo. Como adolescentes, en la oscuridad intercambiaron besos con sabor a palomitas de maíz y de regreso a casa pararon en un supermercado para comprar los ingredientes para preparar pasta.

En la cocina de Heechul bebieron vino mientras picaban verduras y cocinaban. Se tocaban y sonreían y se abrazaban y besaban en cada oportunidad que se les presentaba. En una palabra, estaban arrobados.

En el interior de una burbuja de felicidad, Heechul no dejó que nada irrumpiera en él, ni pensamientos negativos, ni preguntas ni dudas.

Eso no se parecía en nada a la promesa de «para siempre» de Kris.

Con Siwon, sólo disfrutaba de un fabuloso fin de semana. Al terminar esos dos días, él regresaría a Willara, sabiendo que él estaba a punto de irse al extranjero.

La salsa para la pasta borboteaba al fuego cuando sonó el teléfono.

Alzó el auricular y contestó con voz plena de felicidad.

—Heechul, ¿cómo estás?

—¿Woohyun? —miró desconcertado a Siwon y éste enarcó las cejas. Woohyun rió.

—No te muestres tan sorprendido.

—Lo siento. No esperaba que fueras tú y estaba… mmm… distraída durante un momento.

—¿Te encuentras bien?

—Perfectamente. ¿Por qué?

—No sé. Suenas… diferente, de algún modo.

—No. Lo que es más importante, ¿cómo estás tú? —volvió a mirar a Siwon. Los ojos mostraban más cautela, como si se sintiera tan incómodo como él.

Y de repente, con Woohyun en el otro extremo de la línea, vio su maravilloso fin de semana bajo otra luz y su cerebro invocó palabras tipo «impetuoso», «descarado», «irreflexivo»…

—Estoy bien, gracias —respondió Woohyun—. Me encuentro en Port Douglas con nuestros abuelos. Ha habido un ciclón, ¿te lo puedes creer? Pero estamos bien. Ha causado daños superficiales.

—Lo del ciclón ha sido mala suerte. ¿Cómo va todo… con… Sungyeol?

—Bien —repuso con tono cortante, de no querer tocar ese tema—. En realidad te llamaba para saber si has estado en contacto con Siwon.

—Oh —al instante se sintió nervioso. Miró a Siwon, señaló el teléfono y movió los labios: «¿Quieres hablar con Woohyun?». Ceñudo, él negó con un gesto de la cabeza. Heechul tragó saliva—. Sí, he tenido cierto contacto con él.

—Intenté localizarlo en el móvil, pero lo tiene apagado, así que llamé a su casa y tampoco estaba allí, por lo que llamé a sus padres y Soojung me contó que se ha ido fuera el fin de semana.

—¿Lo necesitabas para algo importante?

—No especialmente. Supongo que sólo quería asegurarme de que está bien. Sabes que la boda se habría estado celebrando en este mismo momento.

Santo cielo. Heechul miró el reloj de la cocina y vio que su amigo tenía razón. Se preguntó cómo diablos lo había podido olvidar.

—Me habría gustado cerciorarme de que Siwon se hallaba bien —continuó Woohyun.

—Seguro que lo está. Probablemente ha decidido no pensar demasiado en la boda.

—Sí, eso sería lo mejor, ¿verdad? Espero que tengas razón.

En el fuego, la salsa comenzó a hervir y a salpicar el exterior. Heechul gesticuló con vehemencia, pero Siwon había decidido ir a la ventana, concentrado en contemplar el patio trasero. Tenía los hombros y la espalda muy rectos. Signos claros de tensión.

Heechul intentó atraerlo con un susurro:

—¡Pssst! ¿Puedes apagar la salsa?

—¿Tienes a alguien en casa? —inquirió él.

—Sí… sólo un amigo para cenar.

—Oh, estupendo. Entonces no voy a entretenerte más —pero en vez de colgar, bajó la voz—: ¿Es atractivo?

Heechul cometió el error de titubear demasiado tiempo.

—¿Quién es? ¿Lo conozco? —continuó Woohyun curioso.

—Hyun, lo siento, la cena se me quema y he de dejarte. Pero ha sido estupendo tener noticias tuyas y saber que estás bien.

—De acuerdo —Woohyun soltó una risa—. Reconozco una insinuación. Pero si tienes noticias de Siwon, dile que lo llamé y que, aparte del tiempo, estoy bien.

—Lo haré, y le diré que pensabas en él —colgó y fue al rescate de la salsa. Siwon se volvió de la ventana y él suspiró—. Ha sido horrible. Me he sentido fatal mintiéndole.

—No fue precisamente una mentira.

—No, pero le oculté la verdad y eso es igual de malo.

Se puso a ir de un lado a otro de la cocina. Y para su horror, todos los motivos por los que no debía estar con Siwon reaparecieron para hostigarlo. ¿Qué hacía metiéndose en la cama con un hombre que acababa de romper su compromiso?




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