Tu novio o el mío [sichul]

Capítulo Doce

AL PRINCIPIO, se arregló muy bien. En Londres y París había tantas cosas para ver que pudo mantenerse ocupado todos los días y cada experiencia nueva le resultó apasionante y estimulante.

Pero, desde luego, echaba de menos a Siwon y a menudo pensaba en él. Demasiado a menudo.

Aun así, se mostró muy disciplinado y restringió los mensajes que le mandaba a uno cada dos días, manteniéndolos breves y alegres.

Las respuestas de Siwon eran decepcionantes, y a menudo llegaban mucho más tarde que lo que a él le habría gustado. Y siempre lo hacía con tono distante y sin atisbo alguno de romanticismo.

Era evidente que se tomaba en serio la petición de él de que extendieran el período de distanciamiento.

Intentaba animarse invocando imágenes del beso de despedida en el aeropuerto. Pero cada día lo echaba más de menos.

Estaba oscuro cuando Siwon regresó al rancho. Alimentó a los perros en la terraza de atrás, luego fue a la cocina a calentar una lata de sopa de tomate. Eran más de las ocho y estaba demasiado cansado para hacerse otra cosa. Desde que Heechul se fuera, se había centrado en trabajar mucho los siete días de la semana con la esperanza de que esa disciplina sirviera como sedante.

Pero no había funcionado.

Nada en su vida parecía ir bien. No podía dormir. Su existencia solitaria, que nunca antes le había molestado, en ese momento lo ahogaba.

No podía dejar de pensar en Heechul en Europa, y deseaba estar con él. No paraba de revivir todas las veces que habían estado juntos. No sólo cuando habían hecho el amor… sino en los momentos cotidianos.

Y cada recuerdo pequeño había adquirido una nitidez dolorosa y precisa. Tan importante.

Con tiempo para pensar, comprendió que la vorágine de la boda le había impedido notar lo bien que encajaba Heechul en la vida de Willara Downs. Y a pesar de sus intentos de evitar esos pensamientos peligrosos, supo que los planes para prolongar su soltería empezaban a perder atractivo.

No le extrañó no poder dormir.

Mientras iba en taxi desde el aeropuerto de Praga, Heechul no podía dejar de pensar en Siwon. Había llevado consigo el libro hermoso que él le había regalado y no paraba de pensar en la noche que habían cenado en la terraza trasera de Willara Downs y él le había hablado de la Navidad en Praga.

Siguiendo un impulso, le mandó un mensaje:

13:30: ¡¡¡¡Estoy en Praga!!!! Mi primer vistazo de este horizonte de cuentos de hadas. El castillo perfilado contra un cielo de un blanco invernal. Me dejó sin aliento. Tan bonito y atemporal.

La soledad descendió sobre él como la nieve.

Recordó todos los pasos que había dado Siwon antes de que él se fuera… el ramo enorme de flores, los ofrecimientos para ir a visitarlo a su apartamento, el viaje al aeropuerto para despedirse. Cada vez que había intentado reiniciar la relación, él lo había bloqueado.

¿Por qué? ¿Por qué había estado tan obsesionado con mantenerlo a raya?

Sólo tenía acertijos sin resolver.

Y tenía que preguntarse por qué él había insistido en alargar el período de enfriamiento.

Su cautela inicial, poco después de que la boda se cancelara, había sido sensata. Pero ¿era tan buena idea continuarla?

De pronto, carecía de sentido racionar los mensajes de texto.

Tenía que establecer contacto con Siwon. Si no podía estar allí, necesitaba compartir sus experiencias a través del único medio del que disponía. Abrió el teléfono móvil y comenzó a teclear:

16:15: Ya ha oscurecido, está nevando y llevo puesto un gorro rojo de lana que me compré en París.

17:45: Estoy en la Plaza Antigua. Muchos sonidos. Campanas de iglesia, una orquesta de metal y percusión tocando villancicos, el tañido del famoso reloj astronómico.

18:01: Ahora estoy cruzando a pie el Puente Charles. Un artista callejero toca el violín. Mágico.

19:10: Goulash para cenar. Delicioso.

19:30: Acabo de tomar mi primer trago de grog… una mezcla de ron y té. Te echo de menos un montón. Besos.

Cuando se fue a dormir, no había tenido respuesta de Siwon. A pesar de achacarlo a la diferencia horaria, eso no evitó que se deprimiera, se sintiera solo y se compadeciera de sí mismo.

Lloró hasta quedarse dormido y durmió mal, ya que se despertó a menudo para comprobar el móvil.

A las tres de la mañana sólo había recibido un mensaje de su madre.

A la mañana siguiente, seguía sin noticias de Siwon. Se tranquilizó diciéndose que había muchas explicaciones posibles para ello. Desde que hubiera salido temprano al campo hasta que la batería de su aparato estuviera descargada.

08:05: Desde la ventana de mi apartamento miro los tejados inclinados cubiertos de nieve y puedo ver el castillo de Praga.

¿No desearías estar aquí?

08:35: Los coches están cubiertos de nieve. Las estatuas también. Las ramas de los árboles se doblan bajo su peso. Hay niños deslizándose por ella.




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