Tú y yo, (no)s(otros)

Capitulo 6

Por ser el último día de mi estadía aquí, Bian decidió que tendría que ser el mejor. Y por ella ahora me estoy arreglando para ir a un bar que según, es al que todas las celebridades van.

Mi habitación de hotel para este punto está increíblemente ordenada gracias al personal de limpieza, porque de no ser así estaría súper desordenado y no encontraría nada mañana para mi vuelo.

No creí conveniente salir hoy pero como mi vuelo es al medio día, no encuentro tanto problema. No pienso beber mucho.

Me visto simple con un pantalón negro ajustado y un top a juego.

Mi pie para este punto está bastante bien, pero por las dudas me pongo unas zapatillas cómodas.

No puedo dejar de sentir vergüenza por mi comportamiento con Alejandro . Estaba como… hipnotizada. Fue un poco humillante que esa chica en la biblioteca nos observará.

Creo que sus tatuajes me desconcertaron.

Si fue eso estoy segura.

Le dije a Bianca que yo iba al lugar, ya que no quiero tener que pasar por mi situación respecto a los autos con ella. No quiero realmente preocuparme.

Tomas el bus aquí es bastante tranquilo, además de que con Google maps todo es fácil. En unos 15 minutos estaré ahí.

Cuando llegó, Bianca estaba sentada en una mesa al fondo. El ambiente parece más de un club de esos que los señores cincuentones con la billetera a estallar acuden, creyéndose dueños, pero de igual manera ahí hay muchos jóvenes.

Me coloco junto a ella y le pido una cerveza para empezar.

Nos conocimos en las vacaciones de verano cuando yo decidí inscribirme en un curso de dibujo al que ella decidió también entrar ya que estudiaba diseño gráfico y le gusta al igual que a mi. Nos hicimos amigas súper rápido, es una persona increíble, lastima que no nos podemos ver mucho ya que vive en Italia y estaba en Londres de paseo. Para ese momento tenía a su novio que se convirtió en prometido.

Algunas veces también Sarah se pone celosa cuando hablo de ella, pero yo se que le cae bien. También hablo con ella cuando estamos en video llamada.

-¿No tuviste complicaciones de camino?- preguntó

-Un poco, no sabía donde bajar exactamente.- su expresión era de culpabilidad -perdonada de qué preocuparse- trate de tranquilizarla.

- No entiendo porque no aceptaste que te buscáramos, pero está bien. Estás aquí y es lo que importa - le sonreí y acerqué el vaso en señal de brindis.

- Sabe, te extrañe demasiado y estoy un poco molesta conmigo misma por no haber pasado tanto tiempo contigo estos días.

- Tranquila, no pasa nada. Estuviste ocupada con tu trabajo y la organización de la boda, es normal que no tuvieses tiempo.- sonreí comprensiva.

- Es una pena que ya mañana te vayas, ojalá pudieras quedarte más tiempo- me causo un poco de risa el hecho de que hiciera un puchero.

-Nos veremos nuevamente dentro de poco, ya verás que el tiempo entre tanto trabajo pasa volando.- asintió dándome la razón y justo en ese momento llegó Michael, su prometido.

- Emma, cómo estás?- me dió un pequeño abrazo a modo de saludo

-Pues estoy en Roma, así que diría que muy bien. Y tú?

- ¿Yo? Pero que pregunta. Me voy a casar con la mujer más hermosa de todas, ¿cómo crees que estoy?- la sonrisa de Bianca al escucharlo irradiaba tanta felicidad y amor a la vez, que hizo que sonriera también.

- Mi culpa, tienes razón. Pregunta equivocada - alce las manos en señal de rendición.- Igual ten cuidado. Porque con una mujer tan hermosa, no es fácil ahuyentar a los depredadores. Incluso yo podría robar si la descuidas.- acto seguido le guiñe un ojo a mi amiga.

- ¿Tu? Pfff por favor, no me hagas reír. Los dos sabemos que podrás ser linda, pero no le ganas a mis encantos- contratado.

- Oh por favor, no peleen por mi amor- dijo llevándose una mano a su cabeza y soltando un suspiro. Los tres reímos y nos sumergimos en una muy animada conversación.

Eran apenas las dos y yo ya había ingerido suficiente alcohol como para ponerme melancólica. 

-Oye.- dije llamando la atención de mi acompañante - ¿que se siente que te amen?

Bianca que tenía una gran sonrisa debido al exceso de alcohol en su sangre, se quedó mirando sin parpadear.

-Oh. Pues no lo sé. ¿Qué se siente?

- Tú eres la que está comprometida, no yo. Tú deberías saberlo- dije agitando los brazos con exageración.

Al percatarse de que tenía razón comenzó a reírse a carcajadas, y yo no tardé en unirme. Cuando por fin nos tranquilizamos, le pedimos dos chupitos más al bartender. Que con una sonrisa coqueta nos sirvió.

 En ese momento Michael llegó con los chicos de la banda, bueno con tres de ellos. Reconocía a dos y el otro me resultaba familiar.

-Hola holaaa- saludo el rubio 

-Pero si es mi Sami Sami - Bianca se le tiró encima, literalmente, para darle un abrazo

- ¿De nuevo tomando?- Miró a Elijah, un poco avergonzada - Espero que está vez no tengamos ningún incidente.




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