Capítulo 8

Hoy no desperté con mi mejor humor.

¿Y cuando si?

Cuando no tengo que tomar un vuelo con resaca 

Estoy en el aeropuerto esperando la hora de partir. Por suerte Bianca entendió mi deseo de viajar sola en autobús y vino para despedirme antes, deseándome suerte.

 Cuando abrí los ojos, mi primera acción fue volver mi cabeza hacia el otro lado de la cama, donde había estado Alexandro anoche. Pero me lleve una gran decepción al ver que en la mañana se había marchado.

Ni siquiera sé por qué. Digo, obviamente no tenemos suficiente confianza y de seguro tenía muchas cosas más que hacer como para tener el tiempo de cuidar a alguien.

 De igual manera debería de estar agradecida, porque a pesar de todo se quedó conmigo y me ayudó a superar mi crisis.

La verdad es que la noche anterior me sentí realmente segura con él. Me ayudó a no sentirme sola y perdida en el pasado.

Su calor corporal y las caricias hicieron que conciliara el sueño muy rápido. Hace mucho que no podía descansar tan tranquila.

 En la mañana, cuando entré a la cocina vi que me había dejado el desayuno. Y también compro muchas cosas dulces, que obviamente llevó a Londres.

En ese momento me encontraba demasiado concentrada  en la página que estaba leyendo, cuando escuché risitas a mi derecha.

 Al levantar la mirada me di con dos chicas, que intercambiaban miradas  del celular a mi persona.

Eso resultaba algo raro, por no decir incómodo.

 No me resultaban conocidas, así que simplemente decidí fingir demencia e ignorar el suceso.

 Ya estaba haciendo fila para abordar el avión,  presenté mi documentación y boleto de avión al trabajador, y caminé hacia el avión a subir por las escaleras.

Al parecer las anteriores chicas tomaban el  mismo vuelo pero iban más adelantadas.

Mi asiento afortunadamente estaba en el pasillo, ya que me gusta más y a decir verdad, me siento más tranquila al poder salir cómodamente sin tener que molestar a las personas a mi lado por si sucede algo.

Me acomodé y saque mi celular nuevamente de mi riñonera para echarle un vistazo, antes de tener que ponerlo en modo avión para cuando despeguemos.

Revisaba Twitter  cuando encontré una publicación, una foto para ser más específicos. Una en la cuál aparecía.

Dónde. Yo. Aparecía 

No puede ser, esto tiene que ser una puta broma.

Es una  imagen en la que estoy en la biblioteca con Alexandro. Y al parecer, para mí suerte fue capturada justo en el momento en que se acercó demasiado. 

Pero la pregunta es… ¿Quién pudo tomar la maldita foto?

Eso no lo puedo saber, pero de seguro fue una de las chicas que perseguían a Alexandro.

 Y ahí es que recuerdo que ví a una chica en la biblioteca, cuando pase por su lado pareció bastante nerviosa al ver que caminaba en su dirección, de seguro ella fue quién nos vio y tomó la foto. 

Aunque no le había prestado demasiada importancia, ni siquiera me preocupé en tomarme la molestia de ver si alguien había presenciado la escena.

Es algo tonto pero ahora todas sus fans piensan que tenemos algo, lo cual es imposible. 

¿En qué estaba pensando cuando dejé que se acercará? ¿En qué estaba pensando Alexandro cuando decidió cometer tal estupidez?

Me preguntó en qué estaba pensando él sobre toda está situación. Bueno, más bien la pregunta sería ¿se habrá enterado yá? Bueno no importa, de todas maneras es algo que mañana ya no tendrá importancia, o eso espero. 

Cerré los ojos mientras soltaba un suspiro. De pronto, una llamada entrante hizo que diera un saltó en mí asiento del susto. Se trataba de un número que no estaba registrado.

Entonces pensé que tal vez podría ser el novio de Bianca o algún cliente de la floristería. Así que quise contestar, pero ya se había cortado. Iba a marcarle de regreso pero en ese momento  me llega un mensaje.

381 567 *** : Hola, debemos hablar.

 381 567 *** : Soy Alexandro.

Mierda.

No, no, no. Y ahora que voy a hacer.