Acto 6

Desde que comenzaron las clases a Ester le ha ido muy bien, aunque tenía el apartamento de Steven hecho un chiquero de telas y papeles por doquier porque el dormitorio no era suficiente <<Te apoderaste de mi piso y ni renta pagas>> le había dicho Steven un día, pero él la dejaba hacer lo que quisiera siempre y cuando le dejara experimentar con sus cabellos o le llevara algún dulce del café donde trabaja. Ya no tenía dos turnos en el café, ahora trabajaba solo un turno, porque tenía que asistir a las clases en las mañanas los días de semana; de Chazz no había vuelto a saber nada desde que le dejó un día las invitaciones para el estreno de Hamlet, según él tenía mucho ensayo, lo que era cierto llegando tan cansado al W. que una vez en la suite se tiraba en la cama y se quedaba dormido con el móvil en la mano queriendo enviarle un mensaje sin llegar a hacerlo.
      Ella no podía dejar de extrañarlo, no podía olvidar cuando se quedó a dormir en el apartamento de Steven, la sensación que le causó cuando se le acercó acorralándola contra el escritorio; entonces a la mañana siguiente descubrió que lo habían pasado buscando temprano y por quedarse dormida no se pudo despedir siquiera. Miraba a cada rato el móvil, pero no le llegaba ningún mensaje y no se atrevía a escribirle porque no quería que pensara que estaba ansiosa por saber de él o darle a entender que le importaba, lo que era cierto más se negaba a reconocerlo; tampoco le volvió a enviar un solo regalo, que aunque no le gustaban si le agradaba sentirse de algún modo importante para el actor << ¿Se habrá rendido? ¿Será que ya no le importo? Vamos, Ester ¿Cuál es el problema si ya no le importas? No estás en Nueva York para romances ¿Recuerdas?>> pensaba mientras atendía en el café.
      De pronto sintió el móvil vibrando en su bolsillo << ¿Será él?>> se preguntó mientras dejaba sobre una mesa desocupada un trapo y extraía el móvil. No era Chazz quien le escribía sino Jules Dickens, su amigo de infancia y cuyo cuerpo desde que se había desarrollado la atraía como una flor a un colibrí. Jules estaba en la ciudad y sabiendo que ella estaba también ahí, la invitaba a comer pizza en el almuerzo. Ester le escribió diciendo que salía a las dos. Guardó el móvil y pidió la orden a unas adolecentes muy emperifolladas que le hicieron señas.  

Los ensayos habían terminado y mañana sería el estreno, era la primera vez que se emocionaba desde que hizo su debut como actor; durmió hasta tarde, Ester salía a eso de las dos, así que no tenía prisa. Chazz se duchó y se arregló, descubrió una nota de su madre diciendo que lo esperaba en el lobby, ella lo estuvo acaparando después de cada ensayo llevándolo a cenar lo que lograba agotarlo más de la cuenta sin poder siquiera escribir un mensaje a Ester. Ignora la nota y abandona la suite. Al salir del ascensor, deja el W. sin que su madre se dé cuenta o al menos eso es lo que él cree. El valet le entregó las llaves del Audi, se subió al coche y puso le motor en marcha. Estaba decidido hacerle un nuevo regalo a Ester y sabía que no lo rechazaría, y si lo hacía entonces le rogaría que lo aceptara.
      En la tienda escoge un vestido azul, le pide a una de las muchachas que atendía ahí que se lo pruebe, tenía la piel casi del color de Ester aunque algo amarillenta y la misma contextura física; al ver a la chica con el vestido de escote corazón, corte sirena y detalles en plateado, se imaginó a Ester en la prenda, sus ojos resaltando con el color, se vería preciosa. Decide llevar el vestido. Más tarde entra en una tienda de zapatos de mujer, donde se da cuenta de que alguien lo anda siguiendo desde que salió del hotel, mientras hacia una llamada a Steven para saber que numero calzaba Ester; el espía se hacía el loco rondando por la tienda y mirando zapatos e ignoraba a las empleadas, llevaba una gorra y unas gafas oscuras, así que Chazz no podía adivinar quién era. Compra los zapatos y al salir de la tienda sube al Audi, vigilando a quien le seguía, no parecía paparazi, pero tenía una cámara; el extraño subió también a un coche, pero Chazz era bueno conduciendo como un loco y quien lo seguía le perdió de vista. Hizo un par de compras más y ya iban a dar las dos. Fue al café.
      Al llegar aparcó el coche y se bajó. No quería entrar en el café y por alguna razón estaba nervioso << ¿Será por el tiempo que tengo sin verla? ¿Estará molesta porque no le he escrito o le habrá dado igual mi distancia? Vamos, Chazz, relájate>> se sentía estúpido parado fuera del café, le sonrió a una señora que salía del local. La mujer lo ignoró. En eso Ester sale fuera.
      _Hola_ la saluda de inmediato. Perecía ansioso.
      _Hola ¿Qué tal?_ dice ella, mirando su reflejo en las gafas oscuras del actor.
      _ ¿Quieres venir a almorzar conmigo?_ preguntó Chazz, con una sonrisa que le encantó.
      _Oh, Chazz, lo siento, pero ya cuadré con alguien más_ respondió Ester, apenada.
     _ ¿Quién?_ inquirió él, cuya sonrisa se borró de inmediato. Ahora su rostro era una máscara inescrutable, no había nada en él ni enfado ni sorpresa, nada.
      _Jules, un amigo mío_ comentó Ester, luego señala a un tipo joven bronceado, rubio y musculoso, que se acercaba con un andar despreocupado, vestía una sudadera sin mangas, shorts y unas deportivas, era verano_ ahí viene, es él.
      Una vez llegó Jules con Ester, éste la saludó dándole un beso en la mejilla y Chazz sintió que le hervía la sangre; sonrió al recién llegado cuando ella los presentó, pero no le dio la mano. Jules parecía simpático y a Chazz le recordó a un golden retriever, aun así no le agradaba y tal vez fuera porque era muy cariñoso con la chica que le gustaba y ella con él, lo que hacía que lo carcomieran los celos por dentro << ¿Qué tiene ese que no tenga yo? Parece un muerto de hambre por mucho musculo que tenga>> cuando aquellos dos se iban, Chazz decidió invitarse también y se ofreció a llevarlos. En la pizzería, Chazz se sintió algo apartado, Jules y Ester hablaban de un pasado en el que él no estaba presente y se reían de las cosas graciosas; deseó partirle la cara a Jules y cuando éste fue al baño, aprovechó el momento para invitar a Ester a cenar ya que no la pudo tener para él solo en el almuerzo. Pero Ester rechazó su invitación, diciendo que esa noche irían a una fiesta, una invitación de Peter y no se podía decir que no.
      _Entonces yo también iré_ dijo Chazz.
      _ ¿Estás seguro? No creo que sea una fiesta que te agrade, no será elegante_ inquirió Ester, mordiendo un trozo de pizza que dejó Jules_ será al aire libre, bajo un toldo, con música country, tacos y un montón de gente que no conoces.
      _No me importa, con tal de estar contigo_ comentó él. Ester sintió las tan nombradas mariposas en el estomago y se quedó a medio morder el borde del trozo de pizza. Chazz molesto de que se coma las sobas del plato de Jules, le quita el trozo de borde_ deja de comer las cosas de otro. Si quieres más pizza solo pídela y ya, es de mala educación lo que haces, en especial en un lugar público.
      _Bah, ni que fueras mi papá_ espetó ella, pero dejó los trocitos del palto de Jules quietos.
      _Pero podría serlo y me podrías decir papi Chazz_ musita Chazz, acercando el rostro al de  ella con una sonrisa pícara.
      _Déjate de payasearías ¿Quieres?_ dijo ella, apartando el rostro del actor con una mano grasosa.
     _ ¡Qué asco! ¿Al menos podrías limpiarte las manos?_ se quejó él, cogiendo una servilleta y limpiándose. Ella se encogió de hombros.
      _ ¿Cuándo te vas a quitar esas gafas?_ preguntó Ester. Bebió un trago de gaseosa.
      _No puedo, estoy en un lugar público_ respondió él_ no quiero que me reconozcan.
      _ ¡Ja! ¿Y en la fiesta también andarás con ellas?
      _Tal vez, quién sabe.
      _ ¿Qué, nos vamos entonces o pedimos más pizza?_ quiso saber Jules, que estaba de regreso.
      _No más pizza, nos vamos_ dijo Chazz, molesto por la interrupción del otro.