Escenario inicial: El universo en pleno proceso de creación.
----------------------------------------------------------------------------------
Después de que Eradix y Nexugon aceptaran las órdenes de Aureus, comenzaron la monumental tarea de crear el universo bajo la guía del Dios Dragón. Durante varias horas cósmicas, los dioses dragón se sumergieron en la labor de tejer los hilos de la realidad.
En medio de su trabajo, Eradix, con una voz cargada de tensión, se dirigió a Aureus. "Permíteme destruir una de las estrellas que Nexugon ha creado. Está causando desequilibrios en la galaxia que hemos formado."
Aureus asintió con un gesto majestuoso, otorgándole permiso para eliminar la estrella problemática. Eradix concentró su energía y desintegró parcialmente la estrella, pero, por un error de cálculo, una pequeña porción de la estrella aún permaneció. La materia restante quedó errante en el vacío, moviéndose sin rumbo en la galaxia.
Mientras tanto, en una región distante del universo en formación, Nexugon estaba ocupado creando planetas y estrellas. Sin embargo, su concentración se desvió momentáneamente, y su energía se dispersó. Esta energía errante colisionó con la materia estelar residual dejada por Eradix, fusionándose en una explosión de luz violeta. Este resplandor se manifestó en la periferia del cosmos recién creado.
Aureus, al percibir esta inesperada y brillante anomalía, se desplazó a una velocidad divina hacia el origen de la luz violeta. Su mirada se llenó de preocupación y curiosidad mientras se aproximaba a este nuevo y misterioso fenómeno.
¿Qué será aquella luz?... puedo sentir una fuente de energía de ese lugar.... Que extraño...
A medida que Aureus se acercaba, la luz violeta en el horizonte se intensificaba con una fuerza creciente, superando el resplandor de cualquier estrella en su punto máximo de brillantez. El brillo era tan deslumbrante que casi parecía tener una vida propia, lanzando destellos que reverberaban en el vacío cósmico.
Aunque Aureus estaba a una distancia aún considerable, podía sentir el poder que emanaba de aquella luz. Sin embargo, el origen de este resplandor seguía siendo un misterio. A medida que se acercaba, la luz comenzó a desvanecerse gradualmente, revelando lentamente una figura en su centro.
Finalmente, cuando Aureus llegó al epicentro del resplandor, el brillo disminuyó lo suficiente como para que pudiera distinguir con claridad la figura de un dragón de escamas negras. Este dragón tenía un resplandor violeta sutil en su piel, que se movía como una aurora en la oscuridad. Aunque los detalles eran aún vagos, el poder y la presencia del dragón eran innegables.
Aureus observó con una mezcla de asombro y cautela. La aparición de este dragón en medio de la oscuridad del cosmos era un evento inesperado, y el poder que irradiaba era palpable. La presencia del nuevo dragón no solo era sorprendente, sino que también planteaba preguntas sobre el origen de su aparición y su propósito en el recién formado universo.
"¿Es eso... un dragón?" Los pensamientos de Aureus reverberaban en su mente mientras observaba al dragón en medio del resplandor violeta. "Es imposible... Ninguno de mis dragones lo creó... Aunque siento una corriente de energía que recuerda a la de Nexugon, aunque increíblemente tenue y débil."
A medida que la luz se disipaba, el cuerpo del dragón oscuro se hacía cada vez más visible, revelando detalles que sorprendían a Aureus. El dragón oscuro, ahora claramente definido, estaba absorbiendo la última energía de la luminiscencia. Con un movimiento elegante, extendió sus enormes alas, estabilizándose en el vacío cósmico. Sus ojos violetas se abrieron lentamente, fijándose en Aureus con una mezcla de confusión y curiosidad.
Aureus, dominado por una mezcla de asombro y autoridad, abrió su gran hocico y dirigió su mirada al dragón oscuro. Su voz resonó con un tono imponente y lleno de poder, cortando el silencio con una claridad penetrante.
¿Quién eres tú? preguntó Aureus, su voz cargada de una autoridad que retumbaba en el vacío.
El dragón oscuro, aún aturdido y confundido, dirigió su mirada hacia Aureus. Su mente apenas podía procesar el idioma básico que se hablaba en este nuevo entorno. En lugar de responder, el dragón observaba el vasto cosmos con una expresión de desorientación. Finalmente, abrió su hocico con dificultad, emitiendo un murmullo tembloroso.
" ¿Dónde estoy...? ¿Qué es este lugar...?"
Aureus, notando que su pregunta había sido desestimada, frunció el ceño con desdén. Su paciencia se agotaba, y su tono de voz se volvió cortante y autoritario.
- ¿No sabes que ignorar una pregunta de alguien superior es una grave falta de respeto? Su voz retumbó con un eco de amenaza. -Te lo preguntaré de nuevo... ¿Quién demonios eres?
El dragón oscuro, luchando por entender y responder, intentó formar palabras mientras la confusión aún nublaba su mente. Sus escamas reflejaban un leve resplandor violeta, señal de su frustración y confusión.
-Yo... soy... ¿Kuro? No sé cómo llegué aquí... ¿Puedes decirme qué es este lugar?
Aureus observó a Kuro con una mezcla de arrogancia y desdén. Su postura y tono demostraban claramente su dominio absoluto sobre la situación.
-Estás en mi reino, una extensión de mi propio poder —dijo Aureus con una sonrisa de superioridad—. Aunque sinceramente, no puedo evitar preguntarme cómo un ser tan insignificante como tú pudo llegar a este lugar. Eres tan pequeño y débil que no puedo imaginar qué propósito podrías tener aquí.