última parada

Que raro

CAPITULO 2

Que raro

La alarma sonó, salté de la cama pensando que era tarde, pero me di cuenta de que aún eran tan solo las 7:30. Suspiré, fui al lavabo a ducharme, cepillarme y cambiarme, para finalmente maquillarme un poco. Bajé a desayunar y allí estaban mi madre, mi padre y, claro, mi hermano de dos años. Suspiré y dije -Buenos días- Mi madre me vio y me dijo: -Miren quién se dignó a regresar al instituto después de tres días sin ir- Mi padre estaba ocupado en el ordenador, tomando una taza de café, y lo quedé mirando. Solo solté una pequeña risa y le dije: -Mamá, sabes que estaba mal y tenía que descansar- Ella me miró y dijo: -Bueno, ya que estás aquí, aquí está tu desayuno y el dinero para la comida- Luego se fue caminando y, desde lejos, añadió: -Y no lo gastes en tabaco, sabes Excelentemente, que no quiero hijos con adicciones- A lo que yo, jugando con el desayuno con un tenedor, le respondí:

-Sí, mamá- Cuando terminé el desayuno, agarré mi bolso para irme y mi padre me vio y me dijo: - ¿Quieres que te llevé? - Lo quedé mirando, pero en el momento en que le iba a responder, sonó un auto. Me asomé a la ventana y vi a Iker. Entonces le dije a mi padre algo sonriente: -No, no, tranquilo, ya hay coche- Mi padre levantó una ceja y dijo: - ¿Un enamorado? - Lo quedé mirando y le respondí: -Es solo Iker, ¿por qué sería un enamorado o algo así? - Él se río al saber quién era y me dijo:

-No, solamente pregunto, ya por la forma en que sonreíste- me quedé pensativa, pero le fui a dar un beso en la mejilla de despedida y también a mi hermano menor. -Dile a mamá que ya me fui. Adiós, los quiero- Cuando salí de la casa, lo miré y me percaté de varias cosas que no había notado antes, como que su pelo no era negro, sino castaño oscuro. En verdad, sus ojos eran azules oscuros y sus labios rojos, como las cerezas. Pero, antes de que todos estos pensamientos invadieran mi mente, él me dijo: - ¡Leah!, ¿estás ahí? - Me sorprendí por el grito de mi nombre. - ¡Sí, sí, perdón! Vamos a llegar tarde por mi culpa- Ya cuando me subí al coche y él me quedó mirando cuando me subí. Se acercó un poco, algo que me sorprendió viniendo de él. -Desde ayer estás así, ¿segura que estás bien? -

-Sí, sí, estoy excelente. Mejor será que vayamos ya al instituto, porque si no, vamos a llegar tarde- Él se alejó y encendió el coche -Vale, ya nos vamos- Puso la radio y empezó a sonar una canción de una banda, Miranda, una de sus bandas favoritas. Reconocí la canción y él comenzó a cantarla en voz baja, mientras yo lo miraba en mi mente.

No me importó si arruinásemos nuestra amistad
No me importó y ya qué más da

Éramos tan buenos amigos hasta hoy
Que yo probé tu desempeño en el amor
Me aproveché de que habíamos tomado tanto
Te fuiste dejando y te agarré
A pesar de saber que estaba todo mal
Lo continuamos hasta juntos terminar
Cuando caímos en lo que estaba pasando
Te seguí besando

De pronto, la radio se apagó y él dijo: - ¡Maldito coche de mierda! - Luego, se me quedó mirando y yo le pregunté: - ¿Perdona, ¿qué dijiste? -

-Nada, no importa- Bajó del coche y cerró la puerta de golpe. Yo me bajé y seguí caminando hasta el aula Llegué a clase y me senté en mi sitio. Iker se sentó al lado mío y me miraba de reojo. Luego se volteó y me preguntó: - ¿De verdad no piensas regresar con Alex? - Yo lo miré sorprendida y le respondí: -Ya te dije que no, ¿por qué tanto esa pregunta? -

-Es que andas rara, y así te comportabas cuando te gustaba Alex. Fuiste muy distante con los demás, y no es por quejarme, pero lo fuiste más conmigo- A lo que le respondí: -Perdona si fui así, solo estaba siendo una estúpida más- Él sonrió un poco. -Ya lo sabemos, pero ey, no te vuelvas a enamorar, porque si no, te pierdo de nuevo. Bueno, no solo yo… O sea, si te enamoras, te perdemos todos, no solo yo. Porque, o sea, no tengo miedo de perderte o que tengas novio y no me hables, o sea… Ay, tú me entenderás- Dijo, poniéndose nervioso cada vez más. Yo me reí.

-En serio, no te entendí nada, pero entendí que tienes miedo de perder a tu mejor amiga- dije yo, bromeando. Él se me quedó mirando y dijo: -No es que tenga miedo de perderte, tengo miedo de que otro hombre te haga daño, ya sea mental o físicamente Porque si sales lastimada, como lo hiciste la última vez, juro que haré pagar al miserable cada lágrima que derrames por él...- Él se quedó callado un rato y yo me quedé analizando sus palabras. Luego, dije: -Qué bonito, decías eso para decir que me quieres cuidar- Reí, algo pensativa Él suspiró y volteó para otro lado, callado, pensando en varias cosas, posiblemente. Yo comencé a sacar el ordenador y mi móvil para ver videos o revisar las aplicaciones, porque probablemente la profesora de mates no iba a venir y tendría hora libre Pasaron unos 10 minutos y nos avisaron que teníamos hora libre, pero Iker todavía estaba callado. Le dije: -Oye, ¿estás bien? Estás más callado de lo normal- Él se me quedó mirando y sonrió. -Sí, sí, estoy bien. Bueno, ¿no hay profe, ¿verdad? - -Lo acaban de decir hace un minuto, que no había venido la profe, ¿cierto?

-Lo siento, ando en otro mundo- Entonces sacó su móvil. Mientras él estaba viendo su móvil, yo lo miré de abajo arriba. Por primera vez, lo veía de una forma diferente... ¿se podría decir? Esa camisa negra le quedaba súper bien, aunque creo que ya se la había puesto antes, pero hasta hoy me di cuenta de lo mucho que le quedaba bien. Lo quedé mirando de arriba abajo y él se me quedó mirando. Luego, dijo en tono de broma: - ¿Te gusta lo que ves? - A lo que yo respondí, inconscientemente: -Sí...- En ese momento, él había tomado agua y, al escuchar mi respuesta, casi la bota. - ¿Espera, ¿qué? Dijiste? - algo sorprendido. A lo que yo respondí, confundida: - ¿Qué dije? Espera, no, no, olvídalo, no sé lo que respondí-




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.