Un acento y medio

Capítulo 1

Good 4 u

 

 

 

Good 4 u. Olivia Rodrigo.

02 de febrero de 2019.

 

¿El alcohol pone agresiva a la gente?

Díganselo a mi mejor amiga Aria que se encuentra sollozando en medio de una sesión de fotos en exterior por llevar un vestido de novia en color blanco cuando ella claramente quería que fuese negro.

Así es, negro

Y ni siquiera es quién se va a casar, aunque lo cierto es que yo tampoco, pero llevo un vestido demasiado pomposo y extravagante con el que apenas puedo respirar.

—¿Podrías permitirnos un momento por favor? —cuestiono al fotógrafo que parece querer a echarse llorar también ante lo depresiva que parece estar la pelinegra.

Aria está posando sobre un columpio lleno de flores en tonos pastel mientras toma algo de vuelo para echarse a llorar nuevamente con fuerzas, tanto que incluso en uno de sus impulsos su cabello se enreda entre las manos zafando un mechón.

¡Un mechón!

—Claro—dice el hombre con gorra en color beige dándome el especio suficiente para entrar en acción—. Trate usted de calmarla p-porque yo la verdad es que no puedo—pide mirándome fijamente con seriedad que parece transformarse en angustia en cuestión segundos—. E-es que yo no puedo con el sentimiento tan doloroso que carga la novia y menos con el suyo, lo siento mucho—expresa el fotógrafo soltándose a llorar de forma desconsolada mientras se abraza a sí mismo dejándome confundida.

 

¿Están todos llorando?

Sí que lo están.

 

—¿Qué le ha contado exactamente? —cuestiono cruzándome de brazos mientras observo de manera reprobatoria la sonrisa apenas perceptible que tira de las comisuras de Aria.

—Todo—dice el hombre abriendo mucho los ojos y haciendo ademanes de grandeza.

¿Qué has hecho Ariadna León? ¿En que lío nos hemos metido esta vez?

¿Todo? —cuestiono nerviosa.

—Sé que a la pobre la dejó su novio plantada en el altar hace dos semanas con ese vestido blanco—espeta el hombre negando repetidas veces llevándose una mano al pecho mientras trato de contenerme para no soltarme a reír a carcajadas ante lo que acaba de decir.

¡Por favor, si Ariadna ni siquiera ha tenido novio desde la secundaria! ¿Cómo querría casarse ahora?

—Por eso quiero uno negro para enfrentar mi dolor—se defiende Aria aún con el rostro cargado de lágrimas ¡Pero que buena actriz es!

—También sé que la ha dejado por su mejor amigo—agrega con voz rencorosa el hombre dejándome atónita de todo lo que ha podido contarle en los 10 minutos que fui al baño—.Es terrible —niega horrorizado—. ¡Pero su caso! —vocifera señalándome con ojos furiosos—. Su caso es el peor créame.

—¿M-mi caso? —tartamudeo confundida mientras Ariadna niega en mi dirección.

—No sé como se sobrevive a eso...—continúa hablando el fotógrafo mientras pierdo el hilo de lo que dice hasta que finaliza simulando un calibre con su mano—. Un disparo estaría mejor.

—¡No le crea! Cualquier cosa que le haya dicho esa chica es mentira—me defiendo mientras le pido ayuda a la pelinegra para terminar con todo esto que se ha inventado, pero ella me ignora por completo.

—Me dijo que diría exactamente eso ¡Pero allá usted por elegir el dinero antes que el amor! —expresa el fotógrafo dolido.

¿Qué demonios?

Aunque siendo sinceros esa lógica no suena nada mal... ¡Concéntrate!

—Porque el amor se encuentra una sola vez en la vida ¡Una sola! —continua mi mejor amiga mientras toma más vuelo en el columpio.

Solo espero que no haya ningún accidente, ninguno.

—Papok debe estar llorando al verla casarse con otro hombre, ¡Diablos él no lo soportará! —dice el fotógrafo sacudiéndome por los hombros, ¿Acaba de decir Papok?—. Si usted medita tan solo un poquito y se diera cuenta de que está por cometer un error—expresa el hombre sin dejar de mirarme mientras debato internamente si debería reírme o reventar con Ariadna por lo que se acaba de inventar—. De igual forma—menciona sorbiéndose la nariz fuertemente—. A cualquiera de los dos que elija para casarse llámeme para ser su fotógrafo—me entrega una tarjeta de presentación—. Aunque si elige a Papok le hago más descuento, espero su llamada.

Me quedo quieta sobre mi posición por unos segundos con la tarjeta sobre mi mano derecha tratando de entender todo a lo que he sido acusada en cuestión de segundos y cuando vuelvo en sí camino a paso furioso hasta el columpio del cual Ariadna parece querer huir.

—¿Qué acabo de escuchar? —digo deteniendo el columpio con fuerza mientras la observo colérica.

—Tantitas mentiras—dice con una sonrisa ladeada—. ¡Venga Loredana no te encabrones conmigo!

Respira, solo respira...

—¡¿Papok?! —reviento soltando una risa sarcástica ante el nombre tan estúpido que se acaba de inventar—. ¿Estás tomándome del pelo? Prácticamente le acabas de contar...—me detengo en seco.

¡Por favor quien habla de su ex amor después de años! ¡Vamos reacciona Montalvo! 

—¿Le acabo de contar toda tu vida amorosa resumida en un hombre turco? —ataca elevando su ceja con facilidad—. Además le cambié un poco para que no se diese cuenta de quién es realmente.

—Claro, porque Papok es súper diferente—ironizo cruzándome de brazos tratando de entender porqué su nombre parece entrar a este nuevo capítulo de mi vida con tanta facilidad.

—Cambié la i por la o ¿Entiendes? —se justifica—. No es Papik, es Papok—expresa con obviedad—. ¿Estás encabronada conmigo regia?

Medito por segundos mi respuesta sin dejar de mirarla amenazadoramente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.