Un Acto Casi Nada Infantil

8

Nos trasladamos a la habitación de al lado para evitar testigos y el ruido, que a pesar de no ser excesivo, requeríamos de mayor atención.

        — Conseguí unos cuantos sospechosos.

        — ¿Cuántos?

        — Diez.

        — Debemos entrevistarlos entonces.

        Tuve que frenarle esos ánimos precipitosos. El tiempo que nos queda es poco cómo para desperdiciarlo en acciones no analizadas con antelación.

        — Su equipo de investigación puede encargarse de eso, ¿no lo cree?

        — Así es.

        — Perfecto, necesito la mayor información posible de todos ellos- le entregué una hoja que realice mientras veníamos hacía aquí, con los nombres de mis sospechosos.

        El agente Ramos leyó la hoja, su frente se contrajo, evidentemente irritado por no poder realizar las entrevistas. Sin embargo, si él quisiera hacerlo, no podría detenerlo.

        — Además, hay otros dos sospechosos que no están en la lista- agregué.

        — ¿Quiénes?

        — Los rectores de las universidades que se encuentran en constante conflicto.

        Su ira se disipo en cuanto lo dije, sus ojos parecían expresar cierta sorpresa. Por primera vez pude ver sus ojos cafés demasiado oscuros y su piel manchada pero clara, resaltando su cabello negro canoso. Me parecía extraño verlo callado por el asombro.

        — Será necesario que tu equipo también los investigue- continué.

        — El conflicto entre ellos lleva años, nunca harían algo así.

        — El poder y el dinero mueven lo peor de la gente.

        — Se han hecho daño de muchas maneras, pero cometer actos semejantes…

        — Parece demasiado seguro, ¿por qué?- le ataje.

        — Yo atendí unos cuantos de esos ataques entre ellos, pero le puedo asegurar que nunca hicieron daño a alguien directamente.

        No suelo confiar en el criterio de la gente, menos en investigaciones policiacas, las personas mienten, olvidan y ocultan cosas, muchas veces las tres al mismo tiempo, ya sea por convicción o por ataduras. Pero el agente Ramos ha confiado en mí, aunque sea a regañadientes. ¿Debería confiar en él o debería seguir el procedimiento al que estoy acostumbrada? Si decido lo primero, puede que para cuando queramos tomar esa dirección, sea demasiado tarde; en caso de escoger lo segundo, es posible que pierda todo el progreso que he conseguido con el agente Ramos hasta ahora. Y en este caso dependo de él.

        — Confío en usted- me límite a decir.

        El agente Ramos asintió, luego salió de la habitación con mi papel en la mano mientras murmuraba algo que no logré escuchar.

        Mi amigo se levantó de su asiento y se me acercó con cautela, debe estar pensando que estoy analizando alguna pista o algo semejante. Me senté y le indique con la mano que hiciera lo mismo.

        — Puedes quitarte el vello falso de la cara- le indiqué después de mirarlo unos segundos, esperé a que se los quitara, luego de dejarlos sobre la mesa movió varias veces lo labios—. ¿Qué deseas decirme?

        — ¿Por qué?

        — No es un caso particular, esta vez me encuentro regida por protocolos y normas. No quiero forzar demasiado las cosas para que pueda resolverlo, si sobrepaso demasiado los límites podrían quitarnos del caso.

        — Entiendo.

        — Ahora no es el momento de complicar las cosas. Ni aunque el agente Ramos quisiera apoyarnos, hay gente con mayor autoridad y con demasiados intereses.

        Me quite los mechones la cara que me estorbaban la visión. Jordi movía la cabeza lentamente en un gesto afirmativo.

        El agente Ramos regresó y nos informó de que su equipo ya se encuentra trabajando en mi encargó y que también estaban realizando otra.

        — También me dijeron que esperan no tardar demasiado.

        Sería una larga espera, sin duda. Consulté mi celular para sorprenderme de que el tiempo se va volando cuando no lo vigilas. Ya pasan de las seis y media.

        — Puede retirarse si lo desea- dijo sin mirarme, así que debí delatarme hace unos instantes. La verdad es que Ramos parece demasiado seguro de que su equipo tardara horas y horas, lo cual debe ser cierto puesto que él trabaja con ellos.

        La verdad es que no consultó demasiado al reloj cuando estoy en casa, ya todo está previamente planificado y ahora ya todo se convirtió en rutina. Únicamente lo hago cuando la rutina sufre variaciones.

        Su oferta era tentadora, puede ser que al final no haya ningún dato relevante. De lo contrario, quiero ser de las primeras en enterarme, tal vez no pueda actuar hoy, pero sí podría pensar, analizarlo cuidadosamente.

        Al parecer el agente Ramos se quedará a esperar la información, por lo que sería prudente que hiciera lo mismo.



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En el texto hay: asesinatos, crimen, detective

Editado: 22.03.2020

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