C2: ARREGLARLO

RENZO CARTER

Llegué a mí casa, molesto, irritado y sucio.

—. ¡MALDITA SEA! —grito dejando mí saco en el sofa—. Todo me tiene que pasar a mí.

Mí hermana baja las escaleras al escuchar mis gritos de furia.

—. Renzo —me llama confundida—. ¿Que es lo que te paso, hermano?.

—. Meave no me molestes —digo quitándome la corbata—. No tuve una buena noche.

—. Si, eso veo —se acerca a mí y toma mí saco—. ¿Te caíste sobre una fuente de postres?.

—. Tuve un mal encuentro con una mujer loca —le digo y tocó mí cabello—. Tengo crema hasta en mí cabello. Me iré a dar un baño.

—. Está bien, hermano —me sonríe—. Dejaré esto en el cesto de ropa sucia.

Subí a mi habitación, me metí a la cabina de mí baño y giro la llave djeando que el agua. Cierro los ojos y recuerdo a esa chica, golpeó mí pared.

—. Debí haberle devuelvo el golpe —suspiro—. ¡PERO QUE MUJER!.

Apoyo mí cabeza en los azulejos de la pared, inhalo y exhaló.

—. Calma, Renzo —me digo a mí mismo—. Calma, olvídala, ya pasó. Mañana estará todo olvidado.

••••••••••
 

¡RING, RING!. 
 

Mí celular no deja de sonar como sino tuviera paz. Lo tomo de mí mesa de luz. 
 

📱 << —. ¿¡QUE!? — >> grito molesto. 
 

📲 << —. Renzo. ¿Donde estas? — >> pregunta Pietro.
 

📱 << —. En casa, Pietro. ¿Donde más voy a estar? — >>
 

📲 << —. ¿Haz visto la televisión? — >> me pregunta << —. ¡Estás en ella!. Pero no como siempre — >>
 

📱 << —. ¿Que estás diciendo? — >> me siento sobre la cama. 
 

📲 << —. ¿Por qué no me contaste lo que te paso en la gala? — >> dice ofendido. 
 

📱 << —. Pietro... No me digas que... — >>
 

Tomo el control de la TV y efectivamente estoy en ella. Muestra la escena que pasó en la gala, cuando discutí con esa mujer y me tiró el postre.
 

📺 << —. El famoso neurocirujano del hospital Bonaventura, el sin lugar a dudas atractivo Renzo Carter, se vio implicado en un pequeño altercado durante la gala de beneficencia que se realizó en el museo de artes — >> 
 

—. No es verdad... —bufo.
 

📺 << —. Aún no se conoce el motivo de tal discusión ni qué relación llevan el neurocirujano de treinta y dos años y la joven cuya identidad aún es desconocida para los medios... — >>
 

Me quedo helado mirando la escena que fue grabada. Me levanto para darme una ducha, me vestí para irme al hospital, un pantalón negro y una camisa blanca antes de salir me tire mí perfume.
 

Baje a la sala y escuché la risa de Meave, fui hasta ella y se giro hacia mí. 
 

—. ¿Eso fue lo que te paso? —pregunta riendo.

—. Meave... —la miro molesta—. No me molestes.

Se ríe a carcajadas, aunque es bueno hacia tiempo que no reía 

—. Quiero conocer a esa chica —dice mirándome—. Parece ser agradable.

Fruncí el ceño y caminé hacia la cocina, prepare un desayuno rápido. Veo a Meave mirándome con una sonrisa

—. ¿Que paso con esa chica? —me pregunta—. ¿Por qué te atacó de esa forma?.

—. Fue un accidente que tomo rumbos... Extraños —me sirvo café—. ¿Quieres desayunar?.

—. ¿Para que? —baja la mirada—. Lo voy vomitar despues.

Me acerco a ella, la abrazo y beso su cabeza. Desde que comenzó su enfermedad ella se ha deprimido y se volvió muy callada.

—. Verás como todo pasará, hermanita —le sonrío—. Pronto.

—. ¿Es el doctor quien me habla o mí hermano mayor? —pregunta tristemente.

—. Ambos —le sonrío y la abrazo—. Te trato como doctor y te quiero como tu hermano.

••••••••••
 

Llego al hospital donde trabajo, bueno técnicamente soy el director del mismo, mí bisabuelo fundó el hospital hace años, mí padre fue el director después de él y yo ahora, aunque no asumí mí puesto, mí tío se hace cargo. 
 

Al entrar todos se me quedan viendo, me pongo mí bata y me pongo a trabajar. 
 

—. Renzo —Pietro entra en mí oficina—. Me debes muchas explicaciones. 
 

—. Pietro, por favor —le digo—. Acabo de llegar. 
 

—. Es que vamos... Todo quedo grabado —se ríe—. Parecía una escena de una película de comedia. ¿Que le hiciste a esa chica?.
 

—. Prefiero no hablar de eso —niego. 
 

En ese momento la puerta se vuelve a abrir y mí tío Dominic entra con clara expresión de enojo. 
 

—. Doctor Martins, por favor... —mira a Pietro—. Déjeme a solas con mí sobrino. 
 

—. Claro director —asiente y se levanta mirándome—. Hablamos después. ¿Okey?. 
 

—. Está bien, Pietro —asiento. 
 

Él se va y mi tío se cruza de brazos visiblemente molesto. 
 

—. ¿Que fue lo que pasó allá, Renzo? —me pregunta furioso—. Hiciste un desastre. 
 

—. No fue mí culpa —digo mirándolo—. Fue esa mujer. ¿No viste el video en la televisión? ¡ELLA ME LANZO UN POSTRE EN LA NUCA!.