Un amor eterno

Nuevos amigos???

Canción: (unwritten natasha bedingfield)

Aria (⁠◕⁠ᴗ⁠◕⁠✿⁠)

Estaba justo detrás de la puerta del aula cuando la profesora salió y, al verme un poco confundida, amablemente me invitó a entrar... como si tuviera otra opción.

—Atención, todos —dijo la profesora a mis "nuevos compañeros"—. Hoy tenemos a una nueva alumna y espero que se le trate como es debido, así que presten atención ya que se presentará.

Vieja ridícula, apenas la estoy conociendo y ya me cae mal. ¿Presentarme? Como si estuviéramos en primaria.

—Aaa... buenos días... mi nombre es Aria Rinaldi y... espero llevarme bien con... todos —eso último lo dije titubeando, creo que en vez de hablar estaba tartamudeando demasiado... Dios, por favor llévame o yo misma me mando.

—Tranquila, Aria, no estés nerviosa. Sé que tendrás nuevos amigos aquí y que todos te tratarán bien —perfecto, ahora la maestra me habla como discapacitada y mis "compañeros" no tardan en cuchichear.

Hay tantos chicos y chicas con cara de bullies aquí que me dan asco... No entiendo cómo algunos permiten que los acosen o molesten. Ojalá nadie me moleste o mi mamá pasará un buen rato en la dirección.

—Bueno, Aria, te puedes sentar junto a Ángel. Él te prestará los apuntes que llevamos hasta la fecha y luego, si es tan amable, te dará un recorrido por el colegio. ¿No es así, Ángel?

Estaba un poco confundida; no sabía quién era Ángel porque la profesora hablaba mientras revisaba algunos apuntes y no dirigía su mirada a nadie. La verdad, rogaba que no fuera el rubio que me miraba con cara de pervertido y se reía con media sonrisa. No sé cómo pensaba que se veía, pero para mí se veía realmente ridículo.

—Claro, profesora.

Respondió un chico en la penúltima fila. No sé cómo no lo había visto, pero ahora que lo miraba... qué guapo estaba. Sus ojos eran de un café claro, su cabello oscuro estaba peinado pero revuelto al mismo tiempo, tenía algunas ojeras, aunque casi no se notaban, sus cejas eran pobladas, su piel era clara, aunque no blanca, su mirada profunda. Pero lo que más me llamó la atención fue un lunar un poco más bajo del pómulo.

—Muy bien, entonces, señorita Rinaldi, tome asiento al lado del señorito Moretti —dijo la profesora. Sin esperar mucho, fui hasta mi asiento y me senté a su lado.

—Hola —saludé, y me miró directamente a los ojos, lo que no sé por qué me puso nerviosa.

—Hola... Los apuntes te los prestaré cuando salgamos y el recorrido lo haremos en el break.

—Bueno —respondí de manera seca al ver su actitud. Parece que me equivoqué y este también era uno de esos chicos mimados, odiosos, clasistas, presumidos, tontos...

—Me llamo Ángel Moretti, mucho gusto. Me llamó mucho la atención tu nombre... creo que no lo había escuchado antes. ¿Qué significa? —dijo, extendiendo su mano e interrumpiendo mis pensamientos erróneos una vez más.

—Muchas gracias —respondí un poco titubeante—. Y la verdad, no sé con exactitud qué significa, solo sé que mi papá fue quien lo decidió así que... —respondí, aunque él me seguía mirando un poco intrigado, tal vez.

—No te preocupes, nadie nació sabiéndolo todo, ¿verdad? —la verdad, ese comentario sí me sacó una sonrisa.

La clase transcurrió aburrida y algo monótona, así que tomé apuntes y no pude dejar de mirar de reojo a Ángel, y sé que él también me miraba porque un par de veces lo noté. Al fin, la clase había acabado y ya estaba lista para mi recorrido, por lo cual guardé todo en mi mochila y me apresuré para seguir a Ángel, quien ya estaba en la puerta.

—Hola, ¿Eria? ¿así es verdad? Soy Adrián, el capitán del equipo de fútbol de la escuela, y ellos son todo el equipo —se presentó el de la sonrisa rara, aunque debo recalcar, bastante educado.

—Mucho gusto, Adrián... es Aria... —dije sin saber bien qué responder. La verdad, no soy buena para estas presentaciones. Una de las cosas que me gustaba de mi anterior escuela era que todos ya me conocían.

—Mmm, disculpa, Aria. Ahora supongo que estás algo abrumada. Si quieres, puedes venir a ver las prácticas luego... Si te decides, estaremos todos en el gimnasio. Angelito de seguro te mostrará el camino.

—Mmm, ok... tal vez llegue.

—Espero verte ahí. Hasta pronto, guapa —dijo el rubio mientras salía del aula. Por un momento, pensé que todos pasarían empujando a Ángel, por lo que no noté que se llevaban bien, pero solo se limitaron a dirigirse una mirada y el rubio con su equipo salió en santa paz.

—¿Quién le dice "guapa" a una chica que no sabe ni pronunciar su nombre?

—El rubio que acaba de salir —le dije con un poco de sarcasmo, a lo que se limitó a sonreír.

—Bueno, demos el recorrido por esta prisión, digo, secundaria.

—Muy bien, pero antes déjame llamar a Adán para decirle que estamos en break.

—Y... Adán, ¿es tu novio?

—¡Nooo, para nada! Él es mi hermano mayor, que está no sé dónde, pero anda por ahí.

—Mmm, ¿y su cabello es café, sus ojos de un color ámbar como los tuyos, alto y con cara de estrés?

—Sí, ¿cómo lo sabes?

—Porque viene hacia nosotros con cara de estrés.

Volteé y vi a Adán caminando hacia nosotros con cara de "quién es ese". Aunque ahora venía acompañado de una chica muy bonita, por cierto.

—Hola, Aria... parece que ya hiciste un amigo.

—Ángel, mucho gusto. Y tú debes de ser Adán, el hermano de Aria.

—Así es... soy yo y espero que todos nos llevemos bien —dijo Adán con una mirada rara dirigida a Ángel que, por alguna razón, la sostuvo. Supongo que es un tipo de código Morse de los hombres, pero bueno.

—Adán, ¿no me piensas presentar a la chica que te acompaña? —pregunté, ya estresada de mirar cómo se miraban.

—Cierto, Aria, ella es Nicole. Es mi compañera y me dará un recorrido por la secundaria —dijo, levantando una ceja con cara de "no será solo una amiga"... Creo que lo mejor que teníamos Adán y yo era la manera de entendernos.




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