CAPÍTULO 2

Miraba el reloj de la pared constantemente, ¡la clase de matemática no acaba más! Pasaron 3 minutos desde la última vez que lo vi, y juro que fue hace más tiempo que 3 minutos. Yo creo que el reloj está en nuestra contra, en contra de los pobres estudiantes que odian algunas materias (o como yo, que simplemente no le gusta ninguna materia) y se pone lento, solo para hacernos sufrir, maldito.

—Señorita Smith, ¿está prestando atención? —me llamó el profesor clavito amorosito.

Es un amor, da ternura, pero aburre, aburre demasiado

—Eh.. ¿si? Digo, si mi profesor adorado, querido, ¡amado! Puede proseguir con la clase, no se preocupe por mi —le dedique mi mejor sonrisa inocente

—Señorita Smith, si no va a prestar atención a mi clase, va a mirar cada 5 segundos el reloj y sobre todo, va a bufar exasperadamente, ¿sería tan amable de retirarse de mi clase? ¿Por favor?—me dio la misma sonrisa que yo le di. Desgraciado.

—Ja —puse mi mano dramáticamente en mi pecho —¿me esta echando querido profesor? —dije haciéndome la ofendida

—Si señorita —dijo cruzándose de brazos

—¡Esto es una barbaridad! ¿Sabe qué? Usted no me echa, yo me voy. Con permiso—dije "ofendida"

Me levanté de mi asiento con mis cosas en la mano, y salí como toda la diva que soy, haciendo reír a un par de mis compañeros.

Genial, ahora estoy sola, aburrida, y con hambre. Y todavía tengo que tratar de que la directora no me vea. Ya mátenme ¿no?.

Decidí sentarme en las escaleras a escuchar música, hasta que fuera el receso.

Estaba tan aburrida, que me puse a pensar en el niño mocos. Ya habían pasado dos semanas desde que conocí a ese chico, que para ser sincera no recuerdo el nombre, pero sí recuerdo cómo era él, esa cabellera negra, su piel bronceada por el sol, pero sobre todo no me he olvidado de sus ojos azules...eran tan intensos, tan hipnotizantes, tan..

—Hola—dijo una castaña

¿Y ella cuándo llegó?

—Ehh, ¿hola? —dije extrañada

—¿Qué tal? ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Emma, un gusto, soy nueva —dijo estrechando mi mano velozmente.

Esta chica si que tiene energía para ser Lunes. Pero ahora que la veo bien, es bastante guapa, cabello color castaño, tal vez más claro que el mío, unos lindos ojos color verde, y de lindo cuerpo

—Para ser un Lunes, tienes mucha energía o eres una chica muy alegre. Me llamo Alma, también es un gusto chica nueva

—Oh Alma, que bonito nombre, tan celestial, tan puro, tan tan.. tan algo bonito, lo que quieras imaginar en este momento que sea bonito, eso es tu nombre—dijo logrando que me riera

¿Y yo me creía extraña? 

—Una pregunta así, casual —ella asintió con la cabeza, para que prosiguiera — ¿Eres así de extraña siempre... o es solo por ser la nueva? —ella soltó una risa nerviosa

—No, nunca soy así, bah solo con mis hermanos, pero por lo normal soy tímida —se sonrojo, aw que ternura— como te vi sola y yo me perdí, haciendo así que nunca llegué a mi clase, me arme de valor para venir a hablarte y ver si podría hacer una amiga nueva siquiera en este Instituto

—Ya veo, yo solía ser así como tu, hasta que conocí a mis amigas —me reí recordando esos espantosos años de vergüenza máxima por todo— y, ¿cuántos años tienes?

—16 ¿y tu?—dijo amable

Cuando estaba por responder, sonó el timbre del receso, y junto al timbre se escuchó el escandaloso grito de mi mejor amiga Gabriela Adams

No me dio tiempo ni de preguntarle por qué gritaba, que me sacó a rastras de ahí para llevarme al patio. Esta niña me desesperaba a veces. Ni siquiera pude despedirme de Emma, me había caído bien, era agradable y graciosa, tal vez podríamos ser buenas amigas...

—¡Estúpida, escúchame cuando te hablo! —me gritó Gabi.

Mi mejor amiga era alta, como yo o tal vez más alta, cabello color negro y unos lindos ojos color marrones, de contextura normal

—¡Ay Gabriela, ni que estuviera sorda! Habla, apura que tengo hambre—ella solo se dedicó a mirarme indignada

—Como te decía, conocí a un chico, es hermoso, cabello negro, ojos azules, se llama...

No pudo seguir contándome, que alguien choco con nosotras, al girarnos, vimos a la persona que menos esperábamos..