—Uh ¿quién era ese chico tan guapo?—preguntó Savana haciéndome asustar
—Idiota, me hiciste asustar—dije poniéndome la mano en el pecho, mientras rodaba los ojos
—Ya ya—se rió—ahora cuéntame, ¿quién era?
—Un chico que conocí el otro día—sonreí tímida
—¿Sabes? Se me hace conocido
—¿De dónde?—pregunté curiosa
—De.... No, nada, no puede ser—dijo quitándole importancia
No me convenció, pero no le pude preguntar, ya que había tocado el timbre para entrar a clases
Estaba en la última clase, cuando me llegó un WhatsApp
Número desconocido:
Hola chica violenta ;) acepto tu salida a tomar un helado. ¿A qué hora?
Yo:
Amm, disculpa, ¿quién eres?
Me estaba haciendo la boba, ya que sabía perfectamente que era Samuel
Niño lloron:
¿Cómo qué quién soy? ¿Estas de broma? ¿O sea que tienes muchos pretendientes que te invitan a tomar helado? :/
Me tuve que aguantar las ganas de reír, si supiera que estoy más sola que un perro abandonado
Yo:
Am, ¿claro? Useah duh, ubicate querido, todo el mundo quisiera ir a tomar un helado con esta diosa
Niño Lloron :
Resulta ser que ya no eres "chica violenta", ahora eres "señorita ego"
Yo :
JAJAJAJAJA si y mucho ;) ¿te parece después del instituto?
Niño lloron :
No sé, ya me ofendí
Yo :
JAJAJAJA Ándate a la mierda entonces ;)
¿Saben qué paso después? El muy hijo de su mamá me dejó en visto, agh. Ni siquiera sabía por qué me había puesto tan contenta con su mensaje, como tampoco sabía por qué me había enojado tanto que me haya dejado en visto, cuando yo solo se lo dije en broma.
Tocó el timbre de salida y fui a mi casillero a guardar los libros. Y ahí estaban las chicas
—Nena, ¿hacemos algo mañana en la noche?—me preguntó Gabi
—Ehh... ¿requiere salir de mi casa?—pregunté no muy convencida
—Ehh... ¿sí? De eso se trata, creo—dijo Savana con ironía
—Vale, ya qué —bufé—¿A dónde vamos?
—¡Yeeii! Eres la mejor—Gabi me dio un beso en la mejilla—no sé—le llegó un mensaje y lo leyó, para luego levantar la cabeza y mirarnos—luego lo planeamos en el grupo de WhatsApp, ya vinieron por mi. Besos
Ana (como le digo a Savana) se despidió y también se fue. Terminé de guardar mis cosas, y estaba saliendo del edificio cuando me choqué con alguien
—Fijate idio... ¿Qué haces aquí?—pregunté anonadada
—Tu y yo, tenemos una cita ¿no?—me sonrió coqueto
#9397 en Joven Adulto
#36332 en Novela romántica
amor adolecente, amor amistad romance adolesencia, amor decepcion dolor
Editado: 03.01.2020