CAPÍTULO 10

Todos estábamos callados, nadie sabía qué decir ó qué hacer. Yo estaba con la cabeza gacha pensado si fingir que mi mamá me hablaba por teléfono y rajar del lugar o quedarme a escuchar cómo Savana y Samuel se conocieron

—¿Qué nadie va a decir nada? —preguntó Gabi frustrada

—Savana, comienza a contar tu la historia —dijo Ethan

—Bien, pero la que más me interesa es la de Alma —levanté la cabeza para verla, y su mirada no me gustó nada ¿qué le pasaba? Ni que me hubiera besado con Samuel —Nos conocimos en una fiesta ¿vale? Había ido sola, ya que Gabi estaba estudiando y tú—me miró con un poco de asco, ¿se supone que ahora soy su enemiga? —bueno, tú estabas triste ese día. Entonces salí sola y lo conocí, él estaba bastante tomado y yo, había empezado a tomar, una cosa llevó a la otra y nos terminamos acostando, fue un buen sexo —Lo decía como si fuera la mejor historia, mientras que Samuel estaba incómodo —y bueno, yo sólo creí que sería eso, sólo sexo, pero como 1 semana después tal vez, nos chocamos en un parque, él me invitó a tomar un helado, yo acepté, me gustó, le gusté, y ahora somos novios —esto último dijo mirándome a mi

—Uy, veo que lo de ir a tomar helado se te hizo algo… cliché —dije con sarcasmo. Samuel me fulminó con la mirada

—Que… linda historia romántica —me siguió el sarcasmo Ethan, seguro noto como Ana me miraba, ¿se dan cuenta por qué lo amo y digo que es el mejor amigo del mundo mundial? —Bien, ahora su historia —dijo mientras miraba a Samuel y a mi, y viceversa

—La nuestra no significó nada, no fue nada importante —dijo Samuel tosco, frío

—Así es —dije con el mismo tono de voz

Suficiente tenía con la conversación que tuve con Maya, como para aguantar esto, lo peor es que todavía no sé por que carajos me duele si hace solo un mes lo conozco.

—Ay Almita, no seas así y cuéntanos —dijo Ana con ironía. ¿Y a esta qué?

—Me lo cruce en una tienda, hablamos, fuimos a tomar un helado y ya. Eso fue todo. ¿Contenta? —sonreí falsamente

—No — me regaló la misma sonrisa

—¿A ver Savana qué carajos te pasa? —pregunté cansada de la situación

—¡Que no pensé que tu eras esa zorrita que quería robarme a Samu!

¿Me dijo zorra? Zorra su abuela.

—¿Cómo dices que me dijiste?—pregunté moviendo mi dedo junto con mi cabeza. Lo sé, soy toda una diva

—Ay no te hagas la buena y santa Alma, por favor, que ambas sabemos que te gusta MI novio, y me lo quieres robar —se cruzo de brazos.

Samuel miraba la escena incomodo, y los otros dos… Los otros dos estaban gozando de esto. Malditos pejelagartos

—¿Qué?—dije incrédula mientras soltaba la mejor risa sarcástica que pude hacer —si mal no recuerdo mi amor, yo no fui quién se acostó con el novio de la otra sabiendo que era su novio —le sonreí con sorna

—Tal vez se acostó conmigo, por qué, no sé, ¿soy mejor? O sea, soy flaca—dijo empezando a enumerar con sus dedos—más inteligente, más guapa, con plata, y soy todo lo que un día tu no llegarás a ser —entiendo que esta conversación dio un giro inesperado, pero ¿en serio había dicho eso?

—¿Te estas escuchando corazón? ¡Estas dando pena ajena! —me reí— Mi amor, puedes tener uno de los mejores “promedios de inteligencia”, puedes conocerte todos los países, puedes tener el máster de tu vida, el auto que siempre quisiste, puedes darte el lujo de comprar lo que se te venga la gana, puedes tener la ropa, la casa, los zapatos, los chicos que quieras —“por perra” dijo Ethan tosiendo, cosa que a Samuel no le gustó ese comentario, pero no dijo nada. Quise reírme, pero no era el momento— puedes tener todo el dinero del mundo, puedes tener la mejor máscara. Pero... Me seguirás dando pena, y sólo porque te llenas de tantas cosas que te olvidas de la grandeza interior, te olvidas que tienes un corazón que late, que exige vivir, que existe algo más allá de la belleza externa, como la personalidad, la originalidad, la seguridad en una misma, el amor propio, porque si no tienes AMOR, no tienes una mierda. Oh cierto, lo olvidaba, tu no tienes nada de eso —dije tapándome la boca inofensivamente —por eso crees que ser linda lo es todo. Pero tranquila mi amor, para ti, tu cara bonita si es un privilegio, ya que estás vacía de todo lo demás, ya que... No tienes nada más. Por cierto, él —señale a su novio—no me interesa como nada, muy... Infantil para mi gusto, oh con razón te gusta tanto, es perfecto para ti—le tiré un beso.

Agarre mis cosas, vi como Ethan me sonreía, Gabi y Savana estaban con la boca abierta, y Samuel no sabía que cara poner, y me fui de ahí.

Quería llorar, llorar por haber recordado un pasado que prometí borrar. Pero no, prometí no volver a llorar por lo mismo, ya había roto una promesa, no iba a romper otra