CAPÍTULO 13

Estaba sentada en la heladería esperando a Samuel, a la final le mandé un WhatsApp diciendo que aceptaba vernos, pero le valió porque llega tarde. Me dice de venir urgente, y él llega tarde, no si es el colmo de los colmo, niño insolente, mal educa..

—Hola Alma —me giro para verlo, y él aprovecha la situación y me saluda con un beso en la mejilla. ¿Y este qué?

—Hola —digo lo más fría posible —¿A qué se debe esta “reunión”? —hago comillas con mis dedos

—¿No quieres un helado?

—Es de mala educación responder una pregunta con otra. Y no, no quiero, gracias. Habla, apura que tengo cosas importantes que hacer —era mentira, porque no sabía que era más divertido si ver volar una mosca o ver crecer el césped.

Él solo me miro con dolor, ¿ahora se supone que yo soy la mala?

—Perdón —él fue quién me abandonó y… ¿Cómo comito? ¿Escuché bien?

—¿Cómo dices que dijiste? —siempre quise decir la frase de Miley Stewart de la serie “Hannah Montana”

—Te quiero pedir perdón, me he comportado como un verdadero imbécil —yo sólo afirmo con la cabeza — me caes bien, y en serio quiero ser tu amigo, pero mi orgullo me impedía decírtelo. Sé que sólo nos hablábamos por celular porque te daba excusas para no verte y así no pelearme con Savana, pero ese mes en el que hablamos fuiste un gran apoyo para mí, aunque no lo supieras. Nunca creí que Savana te hiciera algo así, pero eso es tema de ustedes y no tiene por qué importarme. Solo… solo quiero que seas mi amiga, por favor, ¿podría ser? —juro que estaba estupefacta. Nunca creí que pasaría esto

—¿Y qué ocurre con Savana? —pregunté curiosa. Primero pregunto, luego de arrepentirme ¿no?

—Se molestará, ¿pero qué más da? Luego de pensarlo y pensarlo, llegué a la conclusión que no perdería a una buena amiga por una novia. Así que ¿quieres o no? —me mordí el labio inferior pensando qué hacer

—Bueno, ya qué, pero lo haces una vez más y te corto los testículos—le sonreí inocentemente

—Eres tan encantadora

—Siempre querido, siempre —dije haciéndome la lady

Y así paso la tarde, entre bromas y risas con Samuel. Éste chico, aunque no lo aceptara en voz alta, me hacía bien, me hace bien..

Estaba oscureciendo y ya era momento de que me vaya a mi casa

—Bueno —dije alargando la “u”— creo que ya debo de irme

—¿Quieres que te acompañe?

—No gracias, además está cerca —dije levantándome de mi asiento —bien, adiós —me despedí

En el camino a mi casa, iba pensando en todo lo ocurrido. Tengo que hablar con Savana, y decirle que con Samuel no quiero nada más que una amistad, que no se preocupe. Aunque haya hecho mal, no quiero problemas con ella a futuro. Mientras pensaba, escucho mi celular sonar, era Maya

*Llamada de Maya la más bella<3*

—¡Perra! —tuve que alejar el celular de mi oído por su grito

—Maya Anahi Moor, ¿Qué te dije de gritarme así estúpida? —dije enfadada

—Ay, perdón primis. ¿Dónde estás?

—Yendo a mi casa ¿por qué?

—Okay, hablamos cuando llegues. Besitos

*Fin de la llamada*

Que chica más extraña. ¿Por qué no me consigo amigas normales?

Al llegar a mi casa, abro la puerta y voy directamente a la cocina a tomar algo

—Ay odiosa, ¿ni siquiera un “hola prima querida”? —del susto se me calló el vaso, me giré automáticamente y grité para luego correr ha abrazarla

—¡Te odio maldita pejelagarta!

Mi prima estaba aquí, esto iba a ser una locura..