Un Amor Fuera De Lo Común #1

CAPÍTULO 21

Estábamos parados en la puerta de entrada abrazados fuertemente. Él tenía su cabeza escondida en el hueco que hay entre mi hombro y mi cuello, y yo lo abrazaba todo lo posiblemente fuerte, quería decirle que todo estaría bien con mi abrazo, quería.. No sé, quería reparar lo que tenía roto, aunque sea un poco

—Cariño, ¿quieres que vayamos a la sala y así hablamos mejor?—pregunté con calma, él negó con la cabeza 

—Solo quiero estar así un rato más, por favor—yo solo asentí lentamente con la cabeza 

—Esta bien —se me ocurrió una idea—ven

Lo despegué de mi, cerré la puerta, y lo guíe hasta el sofá e hice cómo hacía mi madre conmigo cuando era pequeña, me senté con las piernas cruzadas puse un almohadón entre mis piernas, hice que ponga su cabeza ahí mientras le acariciaba el cabello. Pero él hizo algo que no me lo esperaba. Me estiró hasta casi acostarme, y él prácticamente se acostó encima mío, puso su cabeza en mis pequeñas bubis y me abrazó fuertemente, agarró mi mano y la puso en su cabello. Lo más extraño de todo esto, es que no me siento incómoda, todo lo contrario, estoy muy cómoda así con él, me siento bien, me siento completa como hace mucho no me sentía. Le seguí acariciando el cabello, hasta que sentí que su respiración se regulaba y dejaba de sollozar

—¿Mejor cariño?—no sé qué me pasaba, pero no podía no tratarlo así. Él asintió con la cabeza, pero no dijo nada—¿Ahora sí quieres hablar?

—Sólo quiero estar así un ratito más, por favor—lo dejé estar así, puesto que tampoco quería que él se separara de mí

—Está bien. ¿Sabes?—pregunté mientras jugaba con su cabello—me gusta tu cabello, es sedoso y suave, como el de toda una princesa preciosa—se empezó a reír, y les juro que ése sonido me alegró, me alegraba haber logrado sacarle una sonrisa

—Gracias—en eso se separó y se sentó a un costado, mientras yo también me levantaba

—De nada—lo miré por primera vez desde que llegó y pegué un pequeño grito horrorizada—¡¿Pero qué te pasó?!—tenía el ojo morado, en la nariz tenía sangre seca y tenía el labio partido

—Am, pues, ¿puedo confiar en ti verdad?

—Ajá—no podía articular una palabra bien

—Me pelee con mi papá—¿su papá? ¿Tenía padre? No sabía que decir, y creo que mi cara lo decía todo—Si lo sé, te preguntarás que cómo o por qué, y te lo resumo porque no quiero hablar de eso, pero necesito desahogarme con alguien—puse mi mano sobre la suya y le sonreí

—Puedes confiar en mi cariño—el agarró mi mano y la apretó, pero no la soltó

—Lo se. Bueno, pues mi papá es alcohólico, y... siempre que llega alcoholizado intenta golpear a mi mamá. Y mi madre es mi todo, jamás dejaría que algo malo le pase, ¿entiendes? Así que hace mucho, desde que tengo no sé, 13 creo—no dejé que termine

—Perdón, pero.. ¿Cuánto años tienes?—da vergüenza conocerlo hace meses y no saber ni su segundo nombre, lo sé

—18 y tu 17 ¿no?—se ríe, yo asentí y le hice señas para que siguiera contando—bueno, desde los 13 años que me peleo con mi papá, para impedir que él golpee a mi mamá. Bueno, en realidad desde los 13 años que él me golpea y a los 15 aprendí a defenderme de él. Ya no sabemos qué hacer con mi mamá, ella tiene miedo que un día las cosas empeoren. Y tranquila, ya lo hemos denunciado, pero la policía no ha hecho nada, y eso fue peor. Él fuera de ebriedad es bueno, lo que le queda, pero ebrio.. Pues ya sabes. Fue a rehabilitación, pero no colaboro y no quiso dejarlo—cuándo vi que sus ojitos empezaban a llenarse de lágrimas, no dejé que terminara, ya no me importaba lo que seguía, así que sólo lo abracé, dejé que mi abrazo le dijera todo

—¿Qué está pasando aquí?—preguntó Maya




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