CAPÍTULO 41

Me levante para ir a almorzar. Sí, así es, luego de ir a dejar a Maya al aeropuerto me volví a dormir, ¿qué esperaban? ¿qué me quedara despierta? Pues no, no pude y me dormí. 

Estaba yendo hacia el comedor, cuándo siento el teléfono de la casa y me encamino hacia él, no sin antes gritar "¡ya atiendo yo!"

—¿Hola?—pregunté una vez que levanté el teléfono 

—¿Alma? —me respondió una voz grave, al otro lado del teléfono 

—Sí, ¿quién habla? 

—Soy Kendall 

—¡KENDALL! —grité entre feliz y emocionada. Extrañaba tanto a mi hermano—¿cómo estás? Te extraño 

—Yo también te extraño pulga, y por cierto estoy muy bien, ¿y tú?—sentía su sonrisa, pero estoy segura que no era tan grande como la mía 

—Muy bien, gracias. ¿Y a qué se digna tu llamada? Ya que no me llamas mucho—dije con voz de reproche

—Lo sé, lo sé pulga, justamente por eso te llamaba. Aunque un poco precipitado lo mío, pero es que apenas se me ocurrió no dude en llamarte, para ver que te parecía mi id..—lo interrumpí 

—Pero dale hombre, cuéntame que me tienes en ascuas—dije impaciente, haciéndolo suspirar 

—Veo que tu no cambias más he... —se rió— vale vale, lo que te quería decir es que... a ver, empecemos porque en cuatro meses es tu cumpleaños, ¿verdad? 

—Ajá, ¿y? 

—Y, qué te extraño muchísimo...—dijo mientras soltaba un suspiro 

—Si si, yo también te extraño demasiado. ¿Y el punto es qué...?—estaba intrigada, no sé si lo había mencionado antes, pero soy una persona demasiado curiosa 

—Tranquila fiera, bueno, lo que te quería decir o más bien preguntar era si....¿quieres venir a pasar tu cumpleaños aquí a España, o bueno, más bien si quieres venir a pasar todo ese mes aquí? —estaba con la boca abierta 

—¿Qué? ¿Lo dices en serio Kendall?—chillé feliz

—¡Claro que sí pulga! Extraño a mi hermana y ya que yo no puedo viajar—noté que había cambiado la palabra "puedo" por "quiero" pero lo deje pasar—quiero que vengas tú aquí, además pulga, ¿quién mejor que yo, para hacerte pasar tu cumpleaños número 18 cómo se debe?—me reí a carcajadas 

—Obvio nadie, porque no hay quién me conozca mejor que tú. Pero, hay un problema—dije volviendo a la realidad 

—¿Cuál? 

—Sabes que no tengo dinero para viajar hasta allá, y dudo demasiado que papá y mamá quieran pagarme el vuelo, además que no estamos demasiado bien económicamente como para permitirse costear algo así... —empecé a decir todas las posibilidades del porqué no podría viajar, hasta que Kendall me interrumpió 

—Eh eh eh... ¿Acaso yo dije que tú irías a pagar algo? No ¿verdad?—mi felicidad y emoción empezó a florecer de nuevo—pulga, si te dije que vinieras es ya sabiendo todos los pro y contras, yo voy a costear tu vuelo ida y vuelta, yo me haré responsable de ti durante todo ese mes y si así lo deseas, por más tiempo también, tengo pensado todo, hasta... si quisieras venir a estudiar aquí, también te la pagaría yo—juro que la mandíbula se me había trabado de tanto que abrí la boca 

—Pe-pe-pero... no tengo palabras, en serio...

—¿Qué acaso.. —se aclaró la garganta—acaso, no te gustó la idea, no quieres venir? 

—¡CLARO QUE QUIERO IR, IDIOTA! Oh Dios, estoy tan feliz, en serio Kendall, gracias, en serio, te amo—dije al borde de una locura de felicidad 

—También te amo mi Almis, ahora ve y diles la idea a papá y mamá, cualquier cosa o duda que tengan, llámame al WhatsApp y yo hablaré con ellos

—¡Te veo en cuatro meses! —chillé feliz, haciendo que él ría 

—Te veo en cuatro meses pulguis, me tengo que ir. Cuídate, te amo —dicho eso, colgó el teléfono 

Estoy sin creérmelo. Extrañaba tanto a mi hermano, que no creía que en cuatro meses lo iba a ver, hablábamos por WhatsApp, pero eran raras veces ya que no coincidíamos en los horarios, entonces eso hacía que lo extrañara más de lo normal. No veía a mi hermano hace seis-siete años. Me emocionaba volver a verlo.

Todavía seguía apoyada en la pared, con una sonrisa de boba que no cabía en mi cara. Estaba tan ensimismada en la llamada todavía, que no escuché cuándo mi mamá se me acercó