Un Amor Fuera De Lo Común #1

CAPÍTULO 43

—Nena ¿quieres salir a tomar algo con Matt y conmigo?—me preguntó Josh al teléfono 

—Vale, no tengo otra cosa mejor que hacer...¿a qué hora? 

—Pasamos por ti a las 4, ponte guapa bebé, que hoy, te conseguiremos chicos—dijo coqueto 

—¿Más guapa de lo que ya soy? Por favor, eso sería ilegal y una gran injusticia para los demás—dije haciéndome la lady. Josh soltó una gran carcajada al otro lado 

—por eso te amo, bueno me tengo que ir. Nos vemos bebé—y colgó

Era sábado por la mañana, no tenia mucho por hacer, así que decidí ir a la sala a ver un poco de tele. Cuando estaba yendo, escuché el timbre, así que fui abrir. No me esperaba a la persona que estaba detrás de la puerta

—Abuela, ¿cómo estás?—sonreí forzadamente 

—Hola. Bien, gracias. ¿Me dejas pasar?—es un amor, ¿a poco no? 

—Si claro, adelante. Mi mamá se encuentra en la cocina—dije mientras me hacía a un lado, así ella entraba 

—Muy bien, lleva mi equipaje por favor. Gracias—dijo pasando directamente hacia la cocina. Solté un suspiro

Sería la semana más larga y pesada que podría haber. Digamos que la relación que tengo con mi abuela, no es del todo la mejor. Ella era madre de mi mamá, no la veía mucho, ya que ella vive en Florida, y no viaja demasiado para estos lares. Pero cuando lo hace, siempre alaba a Camila y que es una diosa en todos los sentidos, mientras que yo soy el fracaso, la decepción. Siempre nos compara. Yo soy la gorda, ella la de figura excepcional. Soy la castaña, ella es rubia natural. Jamás e tenido tantos pretendientes como ella. Jamás tuve tan buenas notas como ella. En fin, yo seria la oveja negra de la familia, y mucho más, cuando estoy de lado y me llevo mejor con Ken. Con eso, deje de ser su nieta; pero para lo que me importa, porque ella hace mucho dejó de ser mi abuela.

Estaba llevando su maleta hacia el cuarto de huéspedes, cuando me tropecé sin querer con la alfombra que había ahí, logrando así, tirar la maleta, causando un gran ruido.

Mi madre y abuela vinieron corriendo hacia dónde me encontraba. Mi madre se acercó a mi, mientras que mi abuela se acercó a su maleta. Al parecer tenía un regalo ahí, pero por el golpe, ahora estaba roto. Ella me miró y juro que me dieron ganas de ser un avestruz para poder meter la cabeza en el suelo

—¡Pero si serás estúpida! 

—¡Mamá!—grito mi mamá 

—¡Nada de mamá, Megara!—me volvió a mirar—¿Acaso no puedes con tanta grasa que acumulas, que te caes para los costados? No puedes ser tan torpe. En serio si estarás mensa. ¿No tienes ojos? ¿No viste el suelo? Hay que ser tremendamente idiota para caerte como tu lo has hecho. No, si hasta John hubiera podido con esto mejor que tú, ¿por qué? ¿Por qué dios nos castigará con alguien tan fracasada como tu, en la familia?—se me llenaron los ojos de lágrimas.

 Si bien antes me decía cosas, pero nunca algo tan fuerte como esto

—Mamá... —dijo mi madre sorprendida

Lo único que pude hacer y que se me ocurrió en el momento, fue levantarme del suelo y salir corriendo hacia mi habitación. 

Hace mucho tiempo no lloraba por nada de lo que me dijese la gente, pero maldición, esto me había dolido. ¡Era mi abuela, carajo! ¿Solo por no tener el mejor físico, tenía que tratarme así? Ya sé que nunca fui esa clase de chica de la cual todos se enamoraban. Nunca fui la chica con un físico extraordinario, ya sé que nunca fui especial para nadie, pero vamos ¿hasta alguien propio de mi familia, tenía que tratarme tan mal y recordarmelo? 

Me siento tan patética ahora, llorando frente del espejo, un espejo que no deja de mirarme con repulsión. Odio que digan algo sobre mi, sobre mi aspecto, sobre mi físico, porque siempre que lo hacen, siento que me pierdo yo misma en mis pensamientos, tratando de saber cómo poder competir contra las demás, en lugar de ser segura y feliz por ser solamente yo. Siempre que entro en este mundo de la depresión, de la baja autoestima, luego no se dónde dar la vuelta. Estoy atrapada en esta rutina, necesito cambiar mis maneras de ser fuerte, de qué en serio nada me duela en vez de solamente fingir y de ser siempre débil. Ya no quiero tener miedo, vergüenza o hasta incluso inseguridad por lo que soy, quiero despertar sintiéndome hermosa, hoy, mañana y siempre. Sé que estoy bien y que lo estaré, porque todos son perfectos, claro esta, en una manera muy inusual. Pero, solo quiero creer en mí.

No puedo salir de mi reflejo, me tiene prisionera en mis propios pensamientos, consumiendo mi autoestima poco a poco, pero ya no lo permitiré. Porque el espejo puede mentir, no muestra lo que eres dentro, y a veces eso, puede decir que estas lleno de mentiras, porque es asombroso lo que puedes ocultar solamente poniendo una sonrisa. No, ya no más. No volveré a llorar por mi físico. No volveré a llorar por nadie, me di cuenta que no por llorar, haré que las personas que no me quieren, me quieran. Así que, hoy me propongo un reto. Aprender a amarme a mi misma, y... Salí de mis pensamientos, cuando escuché unos toques en la puerta, me giré para ver quién era 




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