Un Amor Fuera De Lo Común #1

CAPÍTULO 47

Así pasó una semana desde que empecé a venir a casa de Samuel para cuidarlo. A decir verdad, fue una semana increíble, lo llegué a conocer más, no es lo que creía, es mejor. Fue una semana divertida, aunque bueno, creo que para él fue dolorosa. ¡No sé cuidarme ni a mi misma, así que tampoco esperen que sepa cuidar a otra persona! 

Pobre, me aguanto todo, pero conste que él era quién me pedía que vuelva al día siguiente, y al siguiente, y así... Yo no me pediría volver si fuera él sinceramente. Cuándo lo ayudé a pararse para ir al baño, pues me tropecé y para no caerme yo, lo tiré a él, luego de eso no me volvió a pedir que lo ayude para ir a ningún lado. Después le di tres veces las mismas pastillas, ¡es que no entiendo por qué tantos medicamentos! pero bueno, se nota que me quiere demasiado y por eso me aguanta todas mis torpezas. 

Era sábado y estaba yendo hacia la casa de los Jones, cuando me llamó mi primo Aron

*Aron primito lindo*
 ―¿Prima? Bueno, te llamaba porque antes de hacer todo lo procedido contra ése hombre, necesitamos hablar con la esposa o, por lo menos, con los hijos...¿crees que se pueda?

―Sí, ya le avisaré a la señora Jones, justo iba camino a su casa―dije parando de caminar, ya que estaba en la esquina de la casa 

―Vale primita, si puede ser el lunes o martes por la tarde, te lo agradeceríamos. Queremos hablar con la señora lo más antes posible―se escuchó la voz de Luca en el fondo diciéndole "yo también me quiero despedir de ella"―¡Adiós, te amamos!—dijeron al unísono y colgaron

Vale, ahora llegaré y hablaré con la señora Jones. Tenemos que aprovechar la oportunidad que tenemos. Es una gran oportunidad y ventaja que el señor Jones no haya venido aún, y, según me dijo Emma, no cree que venga hasta la próxima semana. Me contó que así había sucedido una vez que ocurrió lo mismo haya en México, cuándo el señor este golpeó tan fuerte a Sam que le llegó a quebrar un brazo, dijo que no apareció por dos semanas...

Llegué hasta la casa y toqué el timbre, al rato apareció Sam. Cuándo me vio, sonrió y me dio un beso en la frente. Ya se le había echo costumbre saludarme así, y no voy a negar que me gustaba

—Veo que ya estas mejor, entonces me iré, ya no necesitas de mis excelentes cuidados—me miró y se rio

—Claro, "excelentes"—dijo haciendo comillas con los dedos, me reí—y si el caso para que vengas a cuidarme es que esté mal, entonces dame un segundo y me caigo y ya estaré adolorido de nuevo—lo mire incrédula

—Javier Jones, haces eso y no te hablo nunca más en tu vida. ¿Escuchaste?—dije poniendo mis brazos como jarra—te estás curando ¿y quieres volver a sentir dolor? Es que eres imposible.

—Con tal de tener tus cuidados, sería capaz de hacer eso y hasta más, todo sea por estar todo el puto día contigo a mi lado—acto seguido me robo un corto beso y se adentró a la casa riendo.

Yo estaba con una sonrisa de boba en el rostro, todavía parada en la entrada

Me giré para cerrar la puerta e ir dónde él, que creo que había ido a la sala. Cuándo Emma me habló

—¿Cuándo aceptarás que mi hermano te gusta?—me giré hacia ella, que se encontraba con los brazos cruzados al pie de la escalera y con una sonrisa pícara

—Muy pronto, tal vez—le sonreí. Ella pegó un pequeño grito

—¡Lo sabía, lo sabía, te gusta!—chilló feliz

—Shhh que no quiero que él lo sepa así, ¿vale? Él cree que no siento nada—dije mordiendome el labio inferior.

¿En serio acabo de confesar que me gusta Samuel Jones?

—Pero le imagino que si se lo dirás—me miró

—Sí, pero no sé cómo

—Y si...cuándo él te lo diga, le dices "oh Sam, yo también"—dijo Emma haciendo una muy mala imitación de mi voz

—Una, así no es mi voz, y dos, no lo sé, tengo que hablar de esto con Maya—dije mordiendome la uña del dedo pulgar

—¿Hablar qué con Maya?—dijo Samuel, haciendo que ambas giremos hacia él

—Sobre ir juntas a Argentina, ¿verdad Alma?—me miró Emma

—Si, así es—dije sonriendo

—Sabían ambas...¿Qué son pésimas mentirosas?—se rio Samuel, ambas nos encogimos de hombros

—Bueno, vamos a ver una película, ¿te parece?—dije cambiando de tema.

Samuel asintió con la cabeza, mientras que Emma me guiñaba el ojo, para luego decirme que saldría con Hector. La miré con el ceño fruncido, pero antes de poder decirle una palabra, ya había salido. ¿Qué estará ocurriendo en esa cabecita loca? Me encogi de hombros y fui con Samuel hasta la sala




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