Un Amor Fuera De Lo Común #1

CAPÍTULO 50

Había pasado 1 semana desde que estoy aquí, ahora estaba yendo de compras con mi cuñada Lucía. Nos llevábamos de las mil maravillas, es divertida, amorosa, salimos a todos lados juntas cuando mi hermano está trabajando, por ejemplo hoy, salimos a comprarme un regalo de parte de Lucía y de paso, ropa para la bebé. Un regalo, porque mañana ya es 13 de agosto, o sea, sería mi cumpleaños, y ella quería regalarme algo lindo aunque le dije que no era necesario. Estaba emocionada porque serán mis 18 años, aunque también estoy un poco triste porque no estaré con mis amigos, ni mi familia. Pero no cambiaría éste cumpleaños por nada en el universo

—Isa, antes de ir por tu regalo, ¿quieres acompañarme a verlo a mi hermano? Vive aquí, a unas cuadras—dijo Lucía.

Sí, ella me decía Isa, porque dice que le encantaba mi segundo nombre

—No sabía que tenías un hermano. Si claro, vamos—dije sonriendole a la recepcionista que me entregaba las bolsas que contenían cosas para la bebé.

Mi sobrina será muy malcriada, por mí y por sus padres, estoy más que segura

—Pues así es, tiene 20 años, y como su gimnasio está aquí a la vuelta, quería pasar a saludarlo—dijo Luci

—¿Propio gimnasio? Wow, tal vez un día de estos me inscriba—me reí, ella me miró y también se rio. Sabe que yo no hago ejercicio

—Ostia tía no, por favor no. Si ya eres bella así, ¿imagínate con un cuerpazo de muerte? Y por eso, me refiero a uno tonificado y marcado. ¡Tu hermano se moriría de celos!—nos reímos—si casi le da algo cuando le dijiste que tenías novio, por favor Isa, quiero que por lo menos llegue a conocer a mi hija—dijo riendo

—Está bien, está bien, por cierto gracias por el halago—le sonreí

—Ah no niña, no es ningún halago. A los 23 años aprendes a solo decir la verdad y nada más que la verdad—se rio—bien, aquí es—dijo empujando la puerta de la entrada

Lucía pasó entre todas las maquinas y yo la seguí, aunque debo de admitir que un poco embobada, ¡si que había hermosuras, cosas ricas, cosas bien hechas aquí! Volví mi vista a Luci, y ella llegó hasta un muchacho, ambos se abrazaron, así que calculo que él era su hermano. Aunque ahora viéndolo bien, se parecen bastante. Ambos rubios de ojos verdes y de tes blanca, aunque él la tiene un poco más tostada a base del sol y, es más alto que ella, ¿cuánto medirá? Me siento una hormiga a su lado. Llegué hasta dónde estaba Luci

—Ángel, ella es Isabella, hermana de Kendall, Isa él es mi hermano Ángel—dijo Luci haciendo las típicas presentaciones

—Un placer Isa, si puedo decirte así—dijo Ángel estirando la mano, se la estreche

—El gusto es mío Ángel, y sí, claro que puedes decirme así—le sonreí

—¿Y qué te traé por aquí? Porque que sepa mucho—dijo Ángel mirando a Luci como pidiéndole permiso—su familia no viene a visitarlo, como tampoco él va a visitarlos

—Sí, no, o sea—me reí y los hice reír a ambos—yo no venía porque no tenía el dinero suficiente, entonces él me pagó el vuelo y con mis padres no tiene muy buena relación—obvie el tema de Camila—ahora que lo pienso, él me dijo que quería que venga porque como mañana es mi cumpleaños, quería pasarlo conmigo y todo el mes, pero se me hace más que quería que venga porque es tu último mes de embarazo—La miré a Luci—esto es una estafa, ambos son unos truhanes—la miré con los ojos entrecerrados y nos reímos

—Lo acepto, te queríamos cómo mi niñera—me reí a carcajadas

—Viles y ruines son ustedes, me usan, me utilizan—nos reímos

—No, ambos queríamos pasar tiempo contigo antes de que naciera la bebé, ya que cuándo nazca tendremos muy poco tiempo. Tu misma has visto que él tiene algo de tiempo, y eso en un 100%, un 70 la pasa contigo, y si estaba la bebé pasaría a un 40...y le dije que no era justo—le sonreí y la abracé

—Gracias

—Así que, ¿mañana es tú cumpleaños?—me preguntó Ángel

—Así es—sonreí

—¿Cuántos años cumples?—preguntó

—18 años, ya soy toda una niña grande—dije haciéndome la lady, nos reímos

—Me imagino que ya tienes algo pensado por hacer

—La verdad es que no—sonreí—recién llevo una semana aquí, y no me llevo con nadie porque no tuve tiempo de conocer a nadie, así que la pasaré con estas dos personitas—dije señalando a Luci y a su pancita—con mi hermano y tal vez con Rosa y José—sonreí

—¿Cómo es eso posible? No tía, no te lo permito. A los 18 yo me mandé alta...—se calló al verla a su hermana que lo miraba con los brazos cruzados y una ceja alzada—mañana pasaré por ti a las 10, iremos a comer con mis amigos a los cuales estoy seguro que os caerás bien. Porque mira, llevas aquí unos, no sé, 10 minutos y ya me has caído bien—le sonreí—y luego iremos a una discoteca a bailar. ¿Te parece?




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