CAPÍTULO 54

Estaba cuidando a mi linda sobrina mientras Lucía se tomaba un baño, cuándo recibí una llamada de Emma.

*Llamada de Rubia loca*
—Hola Emma. ¿Cómo estás?—dije viendo a Angela en mis brazos

—Hola Al, bien ¿y tú? ¿Cuándo vuelves?—se la escuchaba rara

—Bien gracias, ehh todavía no lo sé. ¿Por qué? ¿Qué ocurre Em?—pregunté dejando a una dormida Angela en su cuna y me fui a sentar en la mesedora

—Cómo me conoces maldita—dijo riendo—tienes que volver, y rápido.

—No me asustes Carolina, ¿qué ocurre?—dije saliendo de la habitación, cuándo Luci entró. Le sonreí y me disculpe

—Bueno pues... Primero, debes prometerme no enojarte, ni nada por el estilo—tenía ganas de matarla

—Emma Carolina Jones. Sabes cuánto odio que me hagan esto. Dime de una puta vez qué carajos ocurre—dije ya harta de tantas vueltas

—Lo sé, pero ten en cuenta que lo que te estoy por contar es traicionando la confianza de mi hermano—me tiré en mi cama esperando que me contara—le prometí no decirte nada, pero crucé los dedos cuando se lo prometí, así que no cuenta y ¡ay es difícil contarte esto! Pero bueno, aquí va.... Samuel se está viendo con Savana—me levanté de la cama de un golpe y casi me caigo porque me maree, así que tuve que volver a sentarme

—¿C-Có-cómo?—tragué saliva—¿me está siendo infiel?

—¡NO! No... Bueno no sé—tenía un nudo en la garganta, uno muy feo

—¿Cómo que no sabes? Explícate por favor Emma

—El otro día los crucé en el parque, estaban hablando y riendo como unos simples amigos. Me fui a mi casa, sino iba a cometer un homicidio doble si seguía viendo, y cuándo él llegó lo llené de preguntas. Me dijo que no te estaba siendo infiel, que solo eran amigos, que se llevaban muy bien y habían decidido ser amigos. Le pregunté si tú lo sabías, y me dijo que no, que no te lo había dicho y que le prometiera no decirte nada. Pero no pude no decirte Alma, porque de todo corazón no sé si te está siendo infiel o no. Es mi hermano, y cuando le pregunté si te estaba siendo infiel dijo que no, pero no se porque no le creí. Aunque bueno, no quiero insertarte la duda, porque sin pruebas no hay nada, pero... Vuelve, por favor, yo sé que él está haciendo esto porque te extraña. No quiero que lo de ustedes se acabe, tu le haces demasiado bien al pendejo éste que no se da cuenta, pero...—se escuchó un ruido de fondo—espera, es Sam, por favor has como si no supieras nada, cuando estés aquí ambas lo sorprenderemos, ¿sí?

—De acuerdo. Siempre tienes buenos planes—y era cierto, esta vez seguiría los planes de Emma

—Hola hermanita, ya me voy, era para decirte eso... ¿Con quién hablas?—era la inconfundible voz de Sam, juro que mi corazón estaba latiendo muy rápido, pero no sabía si era por él, por escuchar su simple voz... O por el dolor

—Con Alma—estoy más que segura que se encogió de hombros, haciéndose la inocente

—Préstame, quiero hablar con ella—se escuchó un ruido y a continuación la voz de Sam—Hola mi amor—tengo ganas de mandarlo al diablo

—Hola—carajo, me salió triste ese hola. Puta vida.

—¿Qué te pasa bebé? ¿Por qué estás triste? ¿Alguien te hizo algo?—preguntó preocupado y eso hizo que mi corazón se estrujara más

—No mi amor, estoy bien. Sólo que estoy melancólica, los extraño a todos allá—Bien Alma, bien

—También te extraño. Bueno, me tengo que ir, luego te hablo ¿sí? Te quiero mundos—no dejó que le respondiera que le pasó el celular a Emma—¿Alma? —dijo Emma

—Aquí... —susurre desanimada

—Oh corazón, no me hagas caso. Tal vez yo estoy loca ¿sí? Sin pruebas no hay nada y..

—No dejó que me despidiera, nunca hace eso, siempre espera y después de eso nos quedamos más tiempo. Por más apurado que esté, siempre lo hizo, y ahora...—suspire

—No te hagas la cabeza, olvida lo que dije, rebobinalo, bububu, has de cuenta que eso fue un sonido de rebobinación—me reí—¿vas a volver antes de lo previsto?

—Oh si bebé, creeme que sí—ella se rio de una forma "malvada"