CAPÍTULO 55

Pasaron unos días donde todo iba de maravilla. Habíamos vuelto a ser nosotros. Ahora sí creía que lo que sentía por él, era más fuerte que nada, pudimos con la distancia, y si pudimos contra ella, estoy segura que podremos contra todo.

Ahora estaba con Emma en su patio trasero, creo que pasaba más tiempo aquí que en en mi casa

—¿Y qué harás éste fin de semana? Bueno, toda la semana en realidad—preguntó Emma riéndose

—Estaré en mi casa, supongo, no tengo nada interesante qué hacer—me encogi de hombros—¿por qué?—la miré curiosa

—¿Quieres ir con nosotros a México?—preguntó de repente haciendo que la mire incrédula—¿Qué? Mi mamá quiere ir a visitar a la familia, ver la hacienda, que sé yo, y nos dijo que si queríamos te podíamos invitar—preguntó viéndome

—No sabía que tenían una hacienda—dije

—Si, en Yucatan. Es muy linda. Siempre hay una semana exactamente donde toda la familia se reúne. Mis tías, tíos, primos, mi abuela. Toda la familia de parte de mi mamá se reúne. Anda, vamos—dijo codeandome

—No sé, tengo que pedir permiso. Acabo de volver de un viaje y ustedes me están mandando a otro—dije riendo

—Si, pero esta vez ni mi hermano ni yo te extrañaremos porque estarás con nosotros—me reí

—Vale, deja que llame a mis padres así pueden hablar con tu mamá, ¿de acuerdo?

—De acuerdo

Me levanté del césped y marqué el número de mi papá. Estaba esperando que me atendiera mientras me alejaba un poco de Emma

*Llamada a Papá*

—¿Hija, qué ocurre?—preguntó mi papá

—Papito lindo de mi alma, precioso, divino. Mi rey, mi todo.. —me interrumpió

—¿Qué quieres Alma?—me reí

—¿No puedo decirte cosas lindas y ya?—ahora él es quien ríe

—Te conozco como la palma de mi mano hija, así que dime. ¿Qué quieres?

—¿Puedo ir mañana con los Jones a su hacienda en México?—me mordi el labio inferior

—¿Quienes irán? ¿Cuánto tiempo es? ¿Exactamente qué lugar de México?

—Irá la mamá de los chicos y los chicos. Estarán ahí una semana. Yucatan—me mordi el labio nuevamente

—Quiero hablar con la señora Jones

—Claro papi, ahora te la paso

Llamé a Emma con la mano y ella se acercó a mi a un paso rápido

—Llévaselo a tu mamá, es mi papá que quiere hablar con ella—Emma asintió y cogio el celular de mi mano y se fue

Me senté nuevamente donde estábamos, y apoye mi espalda en el tronco del árbol, cuando veo a Samuel acercarse a mí

—Hola amor, no sabía que estabas aquí—me dio un corto beso y se sentó a mi lado. Bueno, en realidad no, se acostó y puso su cabeza en mis piernas

—Si bueno, no quería despertarte de tu siesta—me reí

—Por eso te quiero ¿ves? Sabes respetar las siestas ajenas—se rio

—Sí, porque espero que tú hagas lo mismo conmigo. ¿Lo aprenderás algún día amor?—le sonreí con ironía

—Oh, te desperté una sola vez no más—se rio

—Si, una vez. Pero a almohadasos y luego me tiraste agua—levanté una ceja

—¿Te había dicho alguna vez que te ves hermosa haciendo ese gesto?—me sonrió. Maldito. Ya estaba sonrojada, se rio y me besó la mano—también te ves muy tierna cuando te sonrojas. Anda, agachate un poco y dame un beso—estiró sus labios como pato y me reí

Hice exactamente lo que él dijo, bajé un poco la cabeza y le di un beso en la frente. Él abrió los ojos y me miró con decepción. Me reí a carcajadas y le di un beso en los labios, al separarnos le mordi el labio inferior

—¿Mejor?—pregunté volviendo a mi postura inicial. Él sólo me sonrió

—Oye amor...—dijo jugando con mi mano

—¿Sí?—lo miré jugar con los dedos de mi mano

—¿Quisieras ir con nosotros mañana a Yucatan, México? Es solo una semana, estaríamos volviendo el domingo y...—en ese momento llegó Emma con mi celular en sus manos y lo interrumpió

—Tarde hermanito, ya la invité yo—le sonrió y le sacó la lengua

—Te dije, que yo quería invitarla Carolina.

—Bueno, no importa quién me haya invitado primero, la cuestión aquí es... ¿Tengo permiso?—miré a Emma

—Lamentablemente.... ¡Sí! Prepara tus cosas para una semana baby—dijo Emma feliz.