Un Amor Fuera De Lo Común #1

CAPÍTULO 58

*Un mes después*

Nada podía estar mejor entre Samuel y yo, bueno, al menos eso creía. Cada día me enamoraba más, aunque ahora estábamos un poco distanciados puesto que no nos hablábamos, y cuándo lo hacíamos era muy poco, pero todo iba más que bien.

Ahora me encontraba sentada en la vereda de mi casa con Emma, hablando sobre mi relación con Samuel

—En serio Alma, tú no te das cuenta porque estas en tu burbujita de amor, donde todo es color de rosa. Pero te digo que Samuel anda raro, sino ahora estaría aquí contigo, pero no, llevan días sin hablar normal—dijo jugando con el césped de la acera

—¿Qué tienes en mente tú? ¿Qué crees que ocurra?—la miré

—Savana—la miré incrédula

—¿Savana?—pregunté

—Sí, Savana. Para mi él se está viendo mucho con ella, pero no en plan romántico ni nada, sino como amigos, pero aún así ella le está llenando la cabeza a él—suspiro con frustración

—No, no creo que se vea con ella. Me lo hubiera dicho—dije arrancando césped de la acera

—El otro día se estaba mensajeando con ella—me dijo mordiendose el dedo pulgar

—¿Qué? ¿Y por qué no me lo dijiste?—pregunté

—Porque creí que ya lo sabías, hasta este momento

Estaba por responderle, cuando vemos que un taxi estaba por estacionar frente a nosotras. Así que nos levantamos de nuestro lugar y nos acercamos hacia la puerta de entrada. Pero nos quedamos ahí paradas, para ver quién había llegado. Cuando veo un cabellera castaña que conocía a la perfección, me puse a correr hacia ella. No dejé que termine de poner el pie en el suelo que la fundi en un fuerte abrazo

—¡Te extrañe maldita perra! ¿Por qué no me dijiste que venías?—dije aún en el abrazo

—¡MAYA!—gritó Emma quién venía corriendo también hacia ella y se unió al abrazo —¿Qué haces aquí?

—Si Emma, yo también te extrañé—dijo Maya

—¿Señorita, piensa pagar?—dijo el chófer del taxi interrumpiéndonos

—Aquí tiene—dijo Maya dándole el dinero al hombre—Bien, ¿entremos?—dijo agarrando su maleta

—Oh, yo no puedo ya es tarde y tengo que volver a mi casa—dijo Emma haciendo puchero

—Oh..entonces te acompañamos, pero primero deja que deje mi maleta que en serio está pesada—se rió

Le abrí la puerta y con Emma la esperamos en la sala, mientras ella iba a dejar sus cosas en mi habitación. Maya apareció y partimos hacia la casa de Emma

—¿Y de qué me perdí todo éste tiempo?—preguntó Maya

—Además de todo lo que te hemos contado, porque siempre te manteníamos informada de la situación fuese la que fuese...creo que nada—dije

—Exacto, además...—empezó Emma diciendo, pero se detuvo bruscamente, nos giramos para ver que le sucedía—Oigan, ése el de allá, no es...¿no es Samuel?—dijo señalando hacia una pareja

—Sí, es él y esa no es...¿Savana?—dijo Maya y luego se giró a verme—¿Qué está haciendo con ella?

—Parece que ella era su "tengo cosas importantes por hacer, luego te hablo bebé"—dije haciendo comillas a las palabras que él había usado esa misma mañana

—Vamos—dijo Emma agarrándome del brazo y llevándome hacia ellos

—¿Qué? no, ¿para qué?—dije intentando zafarme del agarre, pero Maya me agarró del otro brazo

—Tienes que enfrentarlo Alma. Te mintió, no puedes seguir cegandote ante ésta situación—dijo Emma parando de caminar para mirarme a la cara.

Yo solo asentí con la cabeza, es cierto, tenía que enfrentarlo. Sabía que se veía y hablaba con Savana, pero yo quería que él me lo dijera.

Llegamos hasta ellos, la primera en vernos fue Savana, ya que Samuel estaba de espaldas

—Oh chicas, que gusto verlas. ¿Cómo están?—dijo Savana haciendo que Samuel se girara.

Al vernos quedó mudo, se leía la palabra "culpa" en su cara

—Oh querida, veo que sigues teniendo la misma cara de zorra de siempre—dijo Maya en su mismo tono.

Escuchamos unos pasos y giramos la cabeza para el costado, se trataba de Ethan, wow estaba muy cambiado. Al verme se sorprendió mucho y no sé que lo llevó hacer lo que hizo, pero gustosa acepté su abrazo

—Que cambiada estás. Estás más hermosa de lo normal—susurró en mi oído

—Gracias Eth—le sonreí y volví mi vista hacía Samuel, quién miraba furioso a Ethan—tú y yo tenemos que hablar—dije haciendo que ahora me mire a mí, él solo asintió con la cabeza—Anita, querida, ¿podrías dejarnos a solas?—le sonreí lo más faslamente




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