Un Amor Fuera De Lo Común #1

CAPÍTULO 60

*Cinco meses después*

Todo iba más que bien entre Samuel y yo. Ibamos un año y un mes de relación, era la relación más imperfectamente perfecta...

En realidad, todo iba más que bien en mi vida. Mi hermano vino el mes pasado con mi cuñada y sobrina de visita, se arreglaron con Camila, no bien, pero ahora se tratan. Lucía y Angela les cayeron bien a toda la familia, hasta a Camila. John está fascinado con Angela, siempre está con Lucía en todos lados y cada que ella llora él es el primero en ir corriendo hacia ella. Angela estaba hermosa con sus seis, casi siete meses. Estoy feliz por el rumbo que empezó a tomar mi vida.

Faltaban días para que cumplieramos catorce meses con Samuel. Un año y dos meses, ¿quién lo diría? Catorce meses y estaba completamente enamorada de él, tanto que lo creía el amor de mi vida. Aunque, ¿quién sabe? Puede que si lo sea.

Estaba sentada con Lucía en la sala de la casa que alquilaron por el tiempo que se iban a quedar aquí, mientras Ken estaba en la cocina preparando palomitas de maíz. Yo tenía a Angela en mis brazos jugando, cuando recibí una llamada a mi celular, era Maya

*Llamada de Maya*

—Hola mi reina, ¿cómo estás?—dije mientras le pasaba Angela a Lucía y le daba una sonrisa

—Hola Alma, bien, tengo que decirte algo—eso se escuchó mal

—¿Qué ocurre? No me asustes Maya—dije viendo a Lucía que me miraba preocupada

—Samuel... Él, aish. Samuel me coquetea por facebook. Si no me crees, te puedo pasar la contraseña para que veas que no miento y... —la interrumpí

—¿Qué? ¿A tí? ¿Por qué a ti?—dije sintiendo el nudo en la garganta

—Lo siento, creí que debías de saberlo. A penas me empezó a decirme cosas que no me parecían correcto, te llamé. Me habló y yo como, bueno somos amigos supuestamente, le respondí, estábamos hablando bien, hasta que empezó a decirme cosas como "eres muy hermosa, ¿lo sabías?" y cosas así, que no me parecieron—dijo Maya nerviosa

—No sé qué decir—dije casi sin poder hablar

—Oh cielo... Te pasaré mi contraseña por WhatsApp y tu verás los mensajes y decides que hacer, ¿te parece?

—Sí—dije en un susurro y cuando me empezaron a caer las lágrimas colgué

Lucía se levantó y vino hacía mi y me abrazó con Angela en brazos, me acurruqué en su pecho y lloré. Lloré por él, lloré por mí, lloré por lo idiota que fui, lloré por todo. Sobre todo, lloré por el gran dolor que sentía en mi pecho. ¿Cómo pudo hacerlo? ¿Con mi mejor amiga? Hubiera preferido mil veces con otra, que con ella

—¿Qué ocurrió?—dijo Kendall viniendo hacia mi, una vez que se sentó a mi lado me lancé a sus brazos

—No sé, recibió una llamada y luego se puso a llorar—dijo Luci acariciando mi cabello

—¿Qué pasó pulga?—dijo Kendall besando mi cabello

—Sa-sa-samuel—lloré más fuerte—Samuel me es infiel—¿por qué coquetearle a otra es ser infiel, verdad?

—Hijo de su...—dijo Lucía cosa que me hizo reír

—Yo creía que eso lo diría Ken—dije limpiandome los mocos

—¿Cómo te enteraste?—dijo Ken viéndome a la cara cuando me levanté y quedé sentada en medio de ambos

—Me llamó Maya diciendo que él le decía cosas por Facebook, me pasó la contraseña de su face, para que entre y revise y vea qué quiero hacer al respecto. Y lo entiendo, Maya es hermosa, castaña con un cuerpo fenomenal, divertida, inteligente, capaz..—me interrumpió Lucía

—Alma Isabella Smith, tú eres igual o mejor que ella. No la conozco, pero sé que lo eres. Mírate, eres hermosa y podrías tener a cualquiera. Pateale los huevos y terminale. Conseguirás mejores que él—dijo acariciandome el cabello

—Así es Alma, no quiero escucharte decir nunca más algo así. ¿Me escuchaste?—dijo Kendall

—¿Puedo regresar con ustedes? Bueno, en realidad ¿puedo ir a vivir con ustedes y estudiar allá?—susurré con tristeza mientras jugaba con mis dedos

—Mi amor, no tienes que dejar toda tu vida solo por ésto—dijo Lucía

—No es eso, ya lo tenía pensado, pero lo que me hacía dudarlo era mi relación con Samuel. Por mis amigos no me preocupo por que sé que muchos se irán, y además puedo venir cada tanto a visitarlos y.. —Ken me interrumpió

—Claro que puedes, nosotros encantados te tenemos allá. No tienes por qué dudarlo ni nada. Feliz de tenerte conmigo hermanita. Solo, decídete bien ¿sí?




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