MATH
Vaya el matrimonio de mis amigos es una locura y la familia de Ezra nosé diga, su hermana parece de esas caza fortunas, es guapa si, pero las chicas como ella se aprovechan de su belleza, solo es ver cómo se viste para concluir eso, se que uno no debe juzgar a las personas sin conocerlas, pero no me interesa.
Observó bajar a Tom y hablamos hasta la cocina.
—ese no es el trono familiar qué tanto cuidas– dice entre risas...observó que en la orrilla de la piscina está el trono que perteneció a mí familia de generación en generación.
— Y en el está mí Rosa turca– digo, observando a Angie, que tiene puesto un bañador de dos piezas, color negro que muestra sus curvas, ese color le sienta bien hace lucir su piel blanca, su cabello es risado color marrón, tiene una corona de flores que resalta sus ojos celestes.
Tom se ríe, haciendo que salga de mis tontos pensamientos
—¿ Tu Rosa turca?– dice— si ya sabes ,que suelo apodar a las personas, por ejemplo a Ezra le digo cereza ya que es dulce– le digo.
—Y a Angie,¿ Por qué le dices Rosa turca? – dice– por qué las Rosas turcas son diferentes a las demás rosas, tienen un elemento que las demás no tienen– le digo – me dí cuenta con lo poco que la observé, que tiene algo distinto– le digo, pero que me pasa, pienso.
Salgo corriendo enfurecido, la tiró del trono desde atrás, haciendola caer a la piscina.
—¡ Imbéciiil!– grita.
Llevo el trono a una vitrina de vidrio especialmente para el.
Después de un rato, estoy escribiendo, cuando aparece Angie, con un puchero en su cara.
— Escúchame– dice– nosé por qué hiciste lo de hace rato, tu no tienes derecho, era algo perteneciente a mí hermana, no entiendo porque fuiste y me votaste de el– dice enojada.
— Pueda que estaba en la casa de tu hermana, pero ese trono me pertenece, es una reliquia familiar– le digo.
—¡Vayaaa! Aparte de aguafiestas, también tienes espíritu de señor que le gusta guardar cosas viejas– dice, haciéndome enojar, el cual es muy raro de mí ,soy muy paciente.
– por eso no tienes novia– dice.
— ja, y tú por qué dices eso si no conoces nada de mi– le digo.
— Es claro que no tienes – dice riendo.
– Y tú tienes, ya encontraste a quien quiera una mujer como tu – le digo,haciendola enfurecer, agarra mí café me lo arroja y se va, pero quien se creer.
Editado: 14.11.2024