CAPÍTULO 2

—No sé por dónde empezar— comentó Peter mirándome a los ojos— digo, quiero gritarte por arruinar todo esto— nos señaló —pero, luego intentarías arreglarlo y... Ya no tiene sentido, ya no— habló Peter con la voz temblorosa

—¿Qué? —pregunté incrédula —yo sé que ahora estas enojado, lo entiendo, pero... —me interrumpió

—Ya no te amo y lo lamento tanto, pero ya no lo hago— soltó al fin aquello que tanto atormentaba en sus ojos— estoy tan enfermo y cansado de pretender que lo hago— comentó y pude sentir mi corazón romperse, de nuevo, en miles de pedazos

—Quiero estar contigo hasta que me muera— trague saliva, y me tome un tiempo para luego seguir hablando— y eso es lo que exactamente intento hacer, porque el "felices por siempre", existe, es real, estoy segura que lo será para nosotros —comenté segura de lo que digo, mientras que él mantuvo su mirada en el suelo

—¿Crees qué por el hecho de amarme, las cosas van a cambiar? —levantó la mirada hacia mis ojos

—Creo... Si— tembló mi voz al responder

—No Alma, no. ¿Crees qué la costumbre se irá y le dará paso al amor, así como así? Claro que no— negó con la cabeza —lo de nosotros es demasiado difícil, abrumador, dañino —mire el suelo y me permití inhalar hondo para luego volver a mirarlo— me tengo que ir, Alma — vi sus ojos empezar a llenarse de lágrimas 

—No te estoy pidiendo que te quedes— di dos pasos hacia él— quiero que te quedes o quiero ir contigo, no lo sé, me da lo mismo, pero quiero que seas quien realmente quieres ser —me miro a los ojos, mientras agarro su mano y la acaricio con mi pulgar —y sé que estar conmigo es difícil, pero dios, yo sé que te aburrirías mucho si fuera fácil —sonreí lo mejor que pude y él comenzó a negar con la cabeza

—Difícil no es lo mismo que dañino y lo de nosotros lo es, Alma— sentí el nudo en mi garganta— ¿y sabes? Sí quiero que sea fácil, quiero que sea cómodo y sentirme en calma, en paz—me miró con dolor —es más, sé que tú tampoco me amas, lo noto en tu mirada, porque así estas ahora, mirándome, sin una pizca de amor en tus ojos, pero no entiendo como no lo vi antes —rió, pero sin humor— hace mucho que tú ya no me miras así y yo tampoco

—Te di tantas oportunidades... —fue lo único que pude responder

—Lo lamento tanto— contestó con la voz débil— todo esto fue tan difícil, porque realmente estaba muy enamorado de ti, pero... No puedo hacerte esto, no puedo hacerme esto, no puedo hacernos, esto—suspiró —merecemos más

Ninguno de los dos dijo nada, solo estábamos ahí, mirando a la nada misma, prohibiéndonos a llorar.

Los dos sabemos que ya hemos llorado mucho por el otro y que, ya es momento de dejar de hacerlo

—No sé qué esperas que te diga —solté de repente limpiando una lagrima que se me había escapado

—Tienes que dejarme ir —hablo Peter y yo decidí mantener su mirada, para ver si lo que dice es cierto o no— tienes que dejarme, dejarte ir— le tembló la voz y vi como sus ojos se llenaban más y más de lágrimas— necesito que hagas eso por mi, por ti, por nosotros

—Si quieres seguir adelante, solo hazlo —sorbí mis mocos, pero no me iba a permitir llorar —en fin, igual, de todas formas, te agradezco —sonreí sin mostrar los dientes

—¿Por qué? —preguntó confundido

—Siempre quise un amor que me consuma— reí sin gracia alguna— pasión y aventura, y me has dado todo eso— asentí con la cabeza y él sonrió leve

—Perdóname, en serio —comentó con la voz temblorosa— necesito algo más ahora, pero sé que no eres tú —asentí con la cabeza lentamente

—Supongo que... —hablé llamando su atención, así que me miro con sus ojitos llenos de lágrimas— si te amo, debo dejarte seguir adelante y si eso es lo que quieres, lo haré— mire el suelo y volví a verlo— esta es la última vez que te voy a ver, este es el adiós —coloque una mano en su nuca y lo acerque a mi

Este fue el peor beso de mi vida, pero no porque haya sido malo en el sentido de que él es un mal besador, sino que... Pude sentir la diferencia entre un beso lleno de amor y un beso lleno de... Nada

Al terminar el beso, nos quedamos abrazados por varios minutos, tal vez una eternidad, desearía que fuera una eternidad

Sentí la barbilla de Peter en mi cabeza y como esta se movía, antes las palabras de él

—Sé feliz Alma, eso es lo que más quiero con todo mi corazón —me separó de su cuerpo y me dio un beso en la frente

Sin darme tiempo a reaccionar, Peter se dio media vuelta y empezó a caminar lejos de mi.

Les explicaré un poco de lo sucedido... Resulta ser que Peter sí, estaba en el trabajo. No terminé de hablar con Henry, que él salió del edificio, al verme se quedo quieto en su lugar, me acerqué a él y le pedí hablar. Como verán, aceptó y empezamos a caminar, sin rumbo alguno, hasta que llegamos a una cafetería y pues, hablamos allí, durante casi una hora, pero decidí ponerles en palabras las más importantes

Sin más, salí de la cafetería y decidí hacer lo que mejor me sale hacer. Huir de mis dolores y problemas.

Así que, volví al edificio dónde trabaja Peter, que es allí dónde dejé el auto de Ángel y partí a casa de Emma. Al llegar, me bajé del auto y entré en la casa, dejé las llaves donde se encontraban antes y caminé hasta la sala, encontrándome con una escena demasiado extraña.

Thom, hablando de manera ligera, normal, como si los conociera de toda la vida, con mis amigos. Estaban tan entretenidos hablando, que no notaron mi presencia, así que carraspee para llamar su atención y funcionó, porque todos voltearon a verme 

—No le hiciste nada al auto, ¿verdad?— preguntó Ángel alarmado y yo sólo negué con la cabeza

—Hago mis maletas y nos vamos, ¿te parece?— pregunté mirando a Thom, quién frunció el ceño para luego asentir con la cabeza

—Claro —respondió Thomas, para luego encogerse de hombros

—¿A dónde se van?— preguntó Maya mirándome preocupada, para luego mirarse con Emma

—¿Les parece si Thom les explica esto, mientras que yo preparo mis cosas?— contesté y todos asintieron con la cabeza preocupados