Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 4

Nos quedamos mirándonos con Ximena, aún de manera sorprendida. ¿Qué carajos hace ella aquí?

—¿Ustedes se conocen?— preguntó Thomas confundido

—Si —respondimos ambas a unísono

Ninguno volvió a decir alguna otra cosa, nos quedamos ahí, mirándonos. Bueno, Ximena y yo nos miramos, Thomas nos mira a ambas sin saber qué decir o hacer.

—Xime, mira, ella es mi nueva mami— habló Amira cortando la tensión

Amira agarro mi mano haciendo que corte mi contacto visual con Ximena, para verla a ella y otorgarle una sonrisa amable.

—¿Cómo que tu nueva mami? —preguntó Ximena desconcertada y luego giro a ver a Thomas

—Ella no es, nuestra nueva mamá —habló Martina

—Ximena, te presento a mi esposa, Alma Smith, aunque claro, ya se conocen— contestó Thomas la pregunta de Ximena

La cara de estupefacción de ella, me hizo sentirme poderosa, empoderada.

—Pero no te lo puedo creer— jadeo "Xime" con una pizca de burla— Vos no te quedas atrás, ¿eh, querida?

Abrí la boca para responderle, pero Thomas fue más rápido

—Niñas, vayan adentro que tenemos que hablar los grandes— ordenó de manera amable

Las tres empezaron a caminar hacia adentro. Esperamos un par de minutos y luego Thomas nos dirigió hacia alguna parte de la casa.

Abrió una puerta para nosotras e ingresé dándome cuenta que este era su despacho. Luego de estar los tres adentro, Thomas cerró la puerta y se dirigió hacia su escritorio y nosotras lo seguimos.

Thomas se sentó en su silla detrás del escritorio y nosotras en unas sillas frente a él.

—Ahora sí, díganme qué problema hay entre ustedes dos o de dónde se conocen— habló Thomas viéndonos a cada una

—Nos conocimos en San Francisco, amor —Thomas alzó una ceja al escuchar cómo lo llamé, pero también vi que intentaba no sonreír, mientras que Ximena puso cara de perro— no tiene importancia, es irrelevante

—¿Temes contarle la verdad y que vea lo ordinaria que eres? —preguntó Ximena con un tono de voz lleno de arrogancia

¡Ja! ¿Conmigo pretende usar ese tonito? ¿Qué no sabe quién soy? ¡Mi amor, soy la esposa de Thomas Mendes! Con tan solo chasquear los dedos, hago que te vayas de esta casa.

Bueno no, sería hermoso, pero no tengo ese poder.

—Si mi esposa dice que es un tema irrelevante, entonces lo es— respondió Thomas de manera seria

Agache mi cabeza, para que él no vea mi sonrisa de satisfacción al ver el rostro de incredulidad de ella

—Sin embargo —hablé llamando la atención de ambos— me interesa saber, ¿qué hace ella aquí? —pregunté sin dejar de mirarla

—¿Celosa? —se mofo— dicen que los celos son inseguridad de una misma —me miró de manera retadora— ¿Temes no ser suficiente mujer, Almita? —me otorgó su mejor sonrisa burlesca, mientras que yo sonreí con superioridad

—¿Celosa de quién? —mire a mi alrededor para luego volver a verla— No veo a nadie por aquí de quien podría llegar a estar celosa o siquiera, ser insegura de mi misma, porque claro que para eso la mujer tendría que ser... No se, alguien como Anne Hathaway, no sé. Sin embargo, yo no veo a nadie parecida, ¿pero sabes a quien sí te pareces? —pregunté con una emoción fingida y vi como ella hacía sus manos dos puños

—¿A quién? —respondió de mala gana

—A mi vecina pochita, tiene sesenta años más o menos y no digo que sea una mujer fea eh, solo que tiene una belleza particular... —me encogí de hombros. Si, resulta ser que Pochita es transexual pero sin las operaciones, exacto, Pochita es hombre— volviendo al tema, me parece maravilloso que mi esposo dé trabajo por caridad. Tiene un corazón tan puro y lleno de bondad que siempre quiere ayudar, eso es una de las tantas cosas que me tiene enamorada de él— sonreí "enamorada" hacia Thomas, quien me mira sorprendido

—Bueno ya —hablo Thomas llamando nuestra atención— amor, Ximena es nuestra veterinaria, pero vive aquí y también es la que me ayuda con la casa cuando no estoy— asentí con la cabeza pero mi rostro es neutro mientras que ella porta una sonrisa de oreja a oreja— pero ahora que estás aquí, ella sólo cumplirá con su roll de veterinaria— lo mire sorprendida, pero por dentro estaba gritando "¡EN TU CARA, PERRA!" ya que a Ximena se le fue la sonrisita

—Claro amor— sonreí amable y él se relamió los labios sonriendo divertido

—¿Cómo está Peter, Alma? —preguntó Ximena haciendo que la mire— me imagino que Thom sabe quién es Peter— elevé una ceja al escucharla llamarlo "Thom"

No igualada, tu debes decirle patroncito y a mi Ama, patrona, señora de la casa.

—¿Por qué no le preguntas tú? Digo, si tan buena relación tenías con él... —me encogí de hombros y ella me miró comprendiendo lo que le quise decir— pero si tanto te interesa, está bien, y sí, claro que Thomas sabe sobre Peter. Hasta incluso, lo conoce y todo— sonreí satisfecha al ver su cara de sorprendida

Ella abrió la boca para decir algo, pero justo tocaron la puerta y Thomas dio permiso para que entraran.

Era una señora informándonos que la comida ya está lista. Thom le agradeció y luego que la señora se fue, nos miró a ambas.

—Bien, hasta aquí está conversación. Ya sé lo que quiero saber, no me interesa mas. Ahora vamos a comer

Ambas asentimos con la cabeza y nos levantamos de nuestros asientos.

Empecé a caminar hacia la puerta, pero una mano en mi muñeca lo impidió.

Thomas me hizo girar hacia él y colocó una mano en mi cintura, para luego unir nuestros labios bajo la atenta mirada de Ximena.

Sin poder resistirlo, sonreí en medio del beso. He de admitir que el niño bonito besa bien, muy bien. Sus labios son tan suaves y carnosos, que me hacen querer morderlos, pero no... ¿O si? No, no, no.

Nos separamos de golpe, cuando escuchamos un portazo de golpe. Giramos nuestras cabezas y nos dimos cuenta que Ximena ya no está en la escena, así que me volví hacia él.

—Gracias por eso— sonreí apenada, enseñándole todos mis dientecitos




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