Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 5

Me desperté porque sentí que alguien me estaba mirando. Así que mire por encima de mi hombro, encontrándome con Thomas arreglando su camisa y mirándome.

—Buenos días— bostece y me restregué los ojos

—Buenos días —contestó de manera amable

Yo seguí en mis estiramientos matutinos, mis refregadas de ojo y todo lo que tenga que ver con revolcarse en la cama con tal de hacer tiempo y no levantarme

—¿Te habían dicho antes, que te ves horrible por las mañanas? —hablo ganándose mi atención y logrando que dejé de moverme como gusano y lo mire

Lo extraño, es que sus ojos me transmitían... No se, seguridad. Me hacían sentir hermosa.

Pero su boca dice que me veo espantosa. No si, la bipolaridad es tremenda en él

—¿Te habían dicho antes, que no me importan las opiniones que no se han pedido? —pregunté de manera encantadora haciéndolo soltar una carcajada

Vi sus intenciones de responderme, pero un toque en la puerta lo interrumpió

—Adelante —hablo de manera seria

¿No les digo? Bi-polaridad.

Hace unos minutos estaba riendo a carcajadas y ahora está más serio que cuando disimulas que tú no te tiraste un pedo.

Ximena ingresó en la habitación y me daban ganas de gritar "¡No jodas!" es muy temprano para escuchar su voz o verla o saber que estamos respirando el mismo aire siquiera.

Ella me miró y pude ver el odio brotar por sus ojos, y sé lo que pasó por su cabeza. Ella cree que Thomas y yo tuvimos sexo.

Es que, estoy usando una camisa de Thomas como pijamas. Si, sucede que no sé dónde dejaron toda mi ropa y era tarde para preguntar o molestar a la servidumbre, entonces le pedí a Thomas una camisa y bueno. Estoy con un short un poco corto que encontré de pedo en una de las valijas donde sólo había ropa que no es para dormir y la camisa de Thomas.

—¿A qué viniste? —preguntó Thomas cortando con su mirada de odio que me estaba lanzando

—Oh si, vine a decirte que hoy no podré llevar a las niñas a la escuela— hablo apenada

—Yo no puedo llevarlas hoy —comentó Thomas preocupado

—Podría tratar... —empezó a hablar Ximena, pero la interrumpí

—Perdona que me meta —dije ganándome, de nuevo, una mirada de odio de su parte, pero Thomas me miró curioso— yo podría llevarlas

—¿En serio? —me miró relajado, como si estaría quitándole un gran peso de encima

—Si, a parte, así nos iremos acostumbrando, en su escuela me conocerán y conoceré a sus profesores— me encogí de hombros

—Pero ella ni siquiera conoce Houston, no sabe dónde está la escuela de las niñas— habló Ximena

—Es cierto amor, te puedes perder —dijo Thomas preocupado

Aún no me acostumbro a que me llame amor, o cosas así. Es extraño, cuando no te lo dice la persona que quieres o amas o siquiera conoces.

—Estamos en el siglo XXI, hay gps —me arrodillé y "camine" en la cama hasta llegar a Thomas —tranquilo, yo las llevo, ¿si? Llegarán sanas y salvas— sonreí mientras le acomodo la corbata

—De acuerdo, tienes razón, confío en ti— sonrió para luego darme un casto beso en los labios

Vi en sus ojos eso, confianza...

Esto es realmente raro. Fingir la familia feliz, es... No sé, me siento muy extraña.

—Bueno, eso era todo, volveré para el almuerzo, tengo que ir a comprar medicinas —habló Ximena llamando nuestra atención y giramos a verla

—Bien. Puedes retirarte— respondió Thomas sin mirarla mientras me abrazaba por la cintura

Escuché un bufido por parte de ella y luego el sonido de la puerta al ser cerrada. 

Ahora sé que Thomas también hace esto, para darle celos a Ximena, cosa que me parece pendejísimo. O sea, sí, yo lo hago, pero porque me parece divertido molestarla, no con una intención en específico. Además, ¿celos para qué? ¿seguirán teniendo algo?

—¿Qué sucede?— preguntó Thomas sacándome de mis pensamientos y lo miré, dándome cuenta que se había alejado de mí y se estaba colocando un saco

—Nada, sólo pensaba en una cosa que no sé si tiene importancia o no— me encogí de hombros, mientras me bajaba de la cama 

—Toda tu ropa ya está en el armario, les pedí esta mañana que lo pusieran ahí, hasta que te hagan tu propio armario —lo miré sorprendida, para luego asentir con la cabeza y caminar hasta el armario— ¿en qué pensabas? 

—La verdad es que no tiene importancia alguna para mí, pero no sé si eso afectará en algo —comenté mientras sacaba ropa y encontré mis maletas pequeña, dónde tenía mi cepillo dental, cepillo de cabello y demás, y la agarre— pero, si quiero que esto funcione por los seis meses que estaré aquí, debo serte sincera y espero que tú lo seas conmigo— me giré a él y vi su cara llena de confusión —¿tienes algo con Ximena? te pregunto, porque de que cogieron, cogieron, eso se les ve de aquí a China —reí levemente al ver su cara de sorprendido—pero no sé si siguen teniendo algo o no, y me gustaría saber, porque aunque no estemos en un matrimonio oficial ni nada, no me gustaría ser una cornuda— me encogí de hombros y empecé a caminar hacia el baño personal— digo, ya sabiéndolo, no me interesa ya más nada 

Thomas abrió la boca un par de veces, pero así como la abrió, la cerró. Yo me mantuve en la puerta del baño, esperando su respuesta.

—Me sorprendiste y mucho con todo lo que me dijiste —empezó a decir y yo me dediqué a verlo, a los ojos y cada movimiento nervioso que haga— pero te responderé de todas formas, no tengo nada con Ximena y tampoco cogí con ella —habló tan serio, que por poco me la creo

Me la hubiera creído, si no fuera porque hubo una milésima de segundo, en que dejó de mirarme a los ojos y, luego de eso, se hizo tronar los dedos.

Ojo, le creo el hecho de que ya no tienen nada, pero no de que no hayan cogido, porque, todo lo que dije respecto a sus movimientos, lo hizo mientras decía "tampoco cogí con ella".

Sonreí de lado y solté un pequeño ruido lleno de diversión. 

—No te creo, Mendes —le otorgué una sonrisa y me entré en el baño, cerrando la puerta con pestillo atrás mío




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.