Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 6

*Savana*

Que raro, ¿será que pasó algo y por eso me llama ella?

—¿Hola? —hablé extrañada mientras ingreso a la casa

—¡Alma! —exclamó Almita al otro lado y me fue inevitable sonreír

¿Qué les puedo decir? Adoro a los niños. Prefiero tratar con ellos, que con los adultos.

—¡Mi amor! ¿Cómo estás? —pregunté mientras veía a Ximena pasar de largo y mirarme de reojo— te extraño

—Yo también te extraño. Muy bien, ¿y tú? —preguntó feliz —Mi mami me prestó su celu para que te pueda llamar, porque mi papito no está

Llegué a la sala y me senté en uno de los sofás

—Me alegra que estés bien. Bien, bien, todo bien. Que bueno que tu mamá te haya prestado el celu— respondí amable— ¿Cómo están todos por allá? ¿Tu mami? ¿Tu papi? ¿Tus tía?

—Todos bien. Viky esta muy llorona últimamente— hablo preocupada haciéndome sonreír— ¿Cómo es tu nueva casa? ¿Es muy grande? ¿Tiene perros? —dijo de manera rápida haciéndome reír

—Tranquila, ya se le va a pasar, eso es porque está chiquita todavía— la escuche suspirar y sonreí divertida— Si, la casa es gigante, como la casa del papá de Hallie y Annie en Juego de Gemelas— comente emocionada y ella soltó un jadeo de sorpresa— y tiene dos perros, ¿y a que no sabes qué también tiene?

—¡¿Un conejito?! —preguntó emocionada

—No, me gustaría, pero no. Tiene tres hijas

Lo sé, le cuento todo a una niña de casi seis años, pero... Era una buena amiga y confidente

—¡Que genial! Tendré con quien jugar cuando vaya —sonreí al recordar que todos vendrán— ¿Cómo se llaman? ¿Qué edad tienen?

—La mayor se llama Martina, tiene doce años. La siguiente se llama Sophie, tiene ocho y la menor, se llama Amira y tiene cuatro, pero para cuando tú estés aquí, tendrá cinco

Seguimos hablando por unos cuantos minutos más. Me contó cómo le va en su escuela, las cosas en su casa. Hablamos mucho.

—Mi mamá quiere hablar contigo, hablamos otro día, ¡te quiero mucho! —sonreí con ternura al escucharla

—También te quiero mucho —dije antes de escuchar un ruido y la voz de Savana

—Hola Alma, ¿cómo estás? —preguntó amable

—Hola Ana, todo bien, ¿tú, cómo estás?

Sí, digamos que las cosas entre nosotras dos quedaron... Bien. Medio raras. Pero bien.

—Todo bien. ¿Qué onda por allá? Me contaron que te casaste con un extraño —empezó a reír y yo me reí con ella— no se por qué no me sorprende, porque esas son cosas que solo a Alma Smith le pasarían

—Y, un poco jodido esta todo, pero sí, tenes razón, a mi no más me puede pasar todo esto —reí

—Epa, ¿qué pasa? ¿Ese Thomas al final sí es una basura?

—No, no, sino que... No sé si te acuerdas de Ximena— la escuche hacer un ruido pensativo— una cabaretera con la que nos hicimos cagar, y tuviste que ir a buscar a Samuel a la comisaría —empecé a reír al recordar aquello

—Si, ya recordé, ¿qué con ella?— preguntó entre risas

—Está aquí, en esta casa. Era, al parecer, la ex de Thomas, bueno, así como la ex no, pero algo así

—No jodas —empezó a reír y yo eleve una ceja— eso también es algo típico que le ocurriría solo a Alma Smith. Que una persona equis con quien se cruzó, una vez en la vida, luego se vuelva a meter en tu vida temporalmente —empecé a reír porque tiene razón.

—Encima, tiene tres hijas, la mayor, tiene doce años, me detesta

—¿Sabías que tenía hijas?

—No, me enteré ya casi estando aquí en Houston— suspiré

—Lo de la hija, tranquila, no va a tardar mucho para que te quiera. Y respecto a Ximena, no te preocupes por ella, porque si fuera buena Thomas se hubiera casado con ella y no con una extraña en Las Vegas— reí y asentí con la cabeza

—Tal vez tengas razón. ¿Cómo va todo con Samuel?

—Y... Decidimos ser amigos, unos que viven en la misma casa, pero amigos al fin de cuentas —suspiro con pesadez— nosotros no funcionamos como pareja y nos tocó aprenderlo luego de que Almita nos dijera que nos separemos, porque separados nos llevamos mejor que cuando nos volvemos hacer novios, dijo que todo porque no le gusta escucharnos pelear y eso nos hizo un click en la cabeza a Samuel y a mi —asentí con la cabeza aunque ella no me pueda ver

—Entiendo. Además, capaz y así al fin los dos se dejan de joder y pueden tener una familia bien— me encogí de hombros— una familia no tiene porqué ser una mamá y un papá juntos, pueden ser una mamá y un papá separados, pero si se llevan bien ya esta, es una familia igual o mucho mejor que cualquier otra— la escuché suspirar —a parte, así tú podrás ver si al fin cupidito se encarga de ponerte al amor de tu vida en tu camino y a Samuel lo mismo

—Con el amor no quiero saber un carajo, no tengo ganas de tanta mierda llena de color rosa y gris

—Te entiendo, Ana, te entiendo. Estamos en las mismas —suspiré

—Bueno, te dejo. Hablamos al rato, cuídate

—Tú igual, Anita

Me quede mirando un rato mi celular, pensando en que...acabo de hablar con Savana como si fuéramos las mejores amigas, como si nada hubiera pasado entre nosotras.

Bah, supongo que ya es porque estamos madurando o no se.

Mire nuevamente mi celular, viendo que ya van a ser las once, ¿tanto hablé por teléfono?

Me levante y empecé a caminar hasta la cocina, encontrándome con una chica, la misma que conocí apenas llegue a la casa, pero no estaría recordando su nombre en estos momentos, Ximena y Leti.

—Buenos días— hable terminando de ingresar en la cocina

—Uy, como que de repente hay olor feo aquí— comentó Ximena haciendo que gire los ojos

Es tan infantil, que me jode

—¿Si? Pues deberías salirte de la cocina mi reina, que terminaras infestando todo —respondí a lo que ella solo se quejó

Sí, ella es infantil y yo también por responderle, pero no voy a permitir que me trate así, ¿qué se cree? Parfavar




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