Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 13

ALMA

Discúlpame por todo. Sólo te estoy respondiendo, porque es mi forma de despedirme. Es la última vez que te escribiré, que te escribo.
Gracias por todas las letras, los besos, las caricias, los abrazos, las palabras, los consejos, las veces que el amor nos hizo y nos deshizo, por esas salidas que guardaré y recordaré con tanto amor y cariño, lástima que todos ellos sólo fueron instantes, que ya no están y no volverán.
Es una lástima que dos personas que morían de amor el uno por el otro, ahora tengan que vivir de recuerdos.
Hoy lo entiendo, tú no eras para mí y yo no era para ti. Nadie que es para alguien, se lastima de la manera que lo hicimos.
Me enamoré, perdí la realidad y te convertí en mi sueño. Discúlpame por todas las cosas que te hice, nunca fue mi intención, pero supongo que, si sucedió, fue por algo. Yo ya te perdoné. No quiero recordarte con rencor, porque sería hipócrita de mi parte, luego de todo lo que te amé.
Ojalá nunca hubiera tenido que empacar mi corazón, pero fue horrible darme cuenta que derrumbamos la ilusión. Yo nunca quise darme cuenta que te falle, que me fallaste, que nos fallamos, no quise... Hasta ahora. Y me duele tanto, porque me di cuenta hasta ahora, que nuestro amor no pudo ser. Ojalá no tuviera que arrancarte del corazón, pero no puedo vivir de la ilusión.
Hoy nos despedimos... o más bien, me despido, es una despedida tácita, porque creo que no hay más que decir. Tengo la seguridad de haber tomado el tiempo suficiente para explicar con lagrimas y actitudes todo eso que tanto me dolía. Ambos nos explicamos de mil formas los que nos molestaba, dolía, enfadaba, lastimaba, pero decidimos no cambiarlo y... Así terminamos.
Sé que no es algo que te importe, entiendo perfectamente que mi necesidad de amarte fue más allá de lo que puede explicar mi razón.
Duele... Sólo Dios sabe cuanto duele... pero es momento de decir adiós

Tuve la oportunidad de tener uno de esos amores que te cambian la vida. Lo conocí por casualidad, me enamoré sin esperarlo y le entregué todo de mí, así como él me dio su corazón. Lo cuidé, traté de darle lo mejor, pero aún así no fue suficiente, ni para él ni para mí. Porque nuestro amor no pudo ser, y eso es lo peor, porque ahora me encuentro aquí, escribiendo sobre un amor que se acabó muy pronto para mí.

Hace dos días que le había respondido a Peter. Tiempo después respondió a mi mensaje, pero yo ya no quise leerlo.

Ese día, Thomas me enseñó que ya no debo ni tengo que seguir llorándole a un amor fantasma, no porque no lo valga o haya válido, sino porque... Ya fue. Ya es pasado. Ya está. Por llorarle al pasado, estoy perdiéndome risas del ahora, amores del ahora.

Con Thomas y su familia me di cuenta de que... Cuando nos rodeamos de gente que sonríe mucho y que tiene demasiada buena vibra, la vida empieza a cambiar para mejor.

—¡ES LA PEOR PELÍCULA AMIRA! —gritó Sophie alterada— No puede ser que sea la única chica que calce de ese número en todo el pueblo, no manches, ¿tiene un pie especial o qué?

—¡NO TE METAS CON DISNEEYY! —contestó Amira

A continuación, escuche gritos de parte de ambas, así que entendí que era mi momento de intervenir en la sala.

—¿Qué es eso?— preguntó Emma

—Espérame un momento —pedí con un suspiro

Dejé el celular en la mesada de la cocina y caminé hasta la sala para encontrarme con Amira peleándose con Sophie. Ambas a los golpes. Es que las cosas son así, nadie puede decir nada malo de Disney, en presencia de Amira.

—¡¿QUÉ ESTA PASANDO AQUÍ?! —grité alejándolas para que dejen de golpearse

Pero por más que tengo a Sophie de un lado y a Amira del otro, las dos siguen tirándose patadas al aire.

—¡BASTA! —exclamé con mi voz de mando y las dos se detuvieron

—¡Ella empezó! —dijo Amira a su defensa

—¡No es cierto, no mientas! —gritó Sophie

—¡Yo no soy ninguna mentirosa! —chillo Amira de forma quejosa

—¡SI LO ERES!

Y... Ambas quisieron volver a golpearse, pero por suerte aún no las había soltado.

—¡BASTA, YA! —ambas dejaron de patear al aire— No me interesa quien empezó primero o quién no. Me interesa que dejen de pelearse— dije "enojada" y ambas me miraron con ojos de cachorro, pero aprendí a que eso no me afectara... Tanto— ahora Sophie, ve a bañarte que enseguida tenemos que estar listas y tu Amira, termina de ver La Cenicienta, para después volverte a peinar, ¿de acuerdo?

—De acuerdo, Alma— murmuraron las dos en voz baja

—Ahora dense un abrazo

Amo estar en este papel, porque ahora entiendo lo divertido de obligar a tus "hijas" a abrazarse después de una pelea. ¡SUS CARAS DE ODIO! es lo mejor. Debo llamar a mamá y decirle el respeto que le tengo, por ser tan malvada cuando nos hacia esto a Camila y a mí.

Sophie y Amira de abrazaron muy a su pesar y yo sonreí feliz, bueno más divertida que feliz, pero es lo mismo. Sophie se dio la vuelta y salió de la sala, para Amira volver a sentarse en el sofá a seguir viendo La Cenicienta.

Sin más qué hacer, volví a la cocina y agarré mi celular, para volver a la llamada con Emma.

—Ya, volví. Perdona la tardanza— reí y ella también

—¿Esta duro esto de ser madrastra? —preguntó burlona

—No te diré que no, porque sería mentira, pero aún así agradezco que me hayan tocado estas niñas y no otras malcriadas o algo— reí leve para luego soltar un suspiro

Vi entrar a Martina a la cocina, para pasar derecho a la heladera y sacar la jarra de jugo y luego ir por un vaso. Cuando recordé que le había prometido algo




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