Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 14

Bien, al parecer cenaremos con la ex de Thomas. ¿Eso es normal? ¿cenar con tu ex? O sea, ¿en qué mundo ven que hacen es...? oh esperen, no puedo decir nada porque, oh si, resulta que yo también soy amiga de mis ex, o bueno, dos de ellos. 

Así que ahora me encuentro, sentada delante de Macarena, quién ríe con las niñas. Ah si, eso no les conté, las niñas LA AMAN, a Martina le faltó decir "¿por qué no te casaste tú con mi papá?" y listo, se completa el combo, porque Sophie la invitó a jugar a los espías, porque, atención... ¡NADIE JUEGA COMO ELLA A LOS ESPÍAS! No, no, y eso no es todo, Amira le dijo que extraña que le haga leche con chocolate, porque nadie sabe hacerlo como ella. ¡YO HAGO UNA EXQUISITA CHOCOLATADA, PEQUEÑA DESAGRADECIDA!.

Bien, es momento de calmarme, hasta que me dé un tic nervioso en el ojo y todos noten lo enojada que estoy, y he de admitir, que sí, un poco celosa también estoy.

Lo único que me digné por hacer, es comer y escuchar los halagos hacia ella y las palabras dulces que le dice Thomas. Lo bueno es que la comida está deliciosa, sino, ya me hubiera ido, lo juro.

—Papi, quiero ir al baño— comentó Amira y supe que mi momento había llegado

—Claro tesoro, ahora te acompaño— respondí por Thomas y Amira me miró con pena, haciendo que detenga mi movimiento de dejar la servilleta en la mesa

—Perdón Alma, pero yo quiero que me acompañe Maca— contestó Amira con pena y pude sentir cómo se sintió Ximena cuando ella le dijo eso, se siente horrible, joder

¿Dije que mi momento había llegado? Pues ya se fue. Se cayó por un acantilado y sigue cayendo.

—Oh Ami, pero...— empezó a hablar "maca" mirándome con pena y me daban ganas de decirle "¿QUÉ MIRAS?" pero no, eso no es correcto.

—Por favor— suplicó Amira poniendo su cara de cachorro

Macarena me miró como pidiendo permiso y yo intenté darle una buena sonrisa y asentí con la cabeza. Ella se levantó de su silla, dejando la servilleta en la mesa y ayudó a Amira con su silla

—Yo también voy— comentó Martina, levantándose de su asiento

—Y yo— le siguió Sophie

Genial, ahora hasta todas van al baño. Falta que también quieran ir a la casa sin mi y listo. No, no, no... Falta que me digan que me vuelva a San Francisco, porque ahora Macarena estará casada con Thomas 

¡¿Y POR QUÉ SIQUIERA ME IMPORTA?! En un par de meses me iré y no volveré a ver a esas mocosas mal agradecidas. 

—¿Estás bien?— preguntó Thomas a mi lado y me giré a verlo

—¿Por qué no lo estaría?— pregunté a la defensiva

—No sé, te pregunté porque estas pinchándote el tenedor en tu mano—señaló mi palma

No fue hasta que él lo dijo, que sentí el dolor en mi mano. Mierda. Duele, duele. ¿Desde cuándo tengo tanta fuerza?

—Au— me quejé en voz alta, viendo la palma de mi mano

Thomas agarró mi mano y pasó con cuidado y de manera lenta su dedo pulgar por mi palma, justo por dónde me lastimé y me miró preocupado, para luego depositar un dulce beso en la palma y en el dorso. Cuando creí que iba a soltar mi mano, no lo hizo, es más, entrelazó nuestros dedos y dejó su mano y mi mano en su regazo, para mirarme a los ojos

—¿Estás molesta porque no te dije que vendríamos a cenar con mi ex novia?— preguntó inclinando su cabeza hacia un lado

¡NO IDIOTA, ESTOY FURIOSA PORQUE ES TU EX! ¡TU. JODIDA. EX!

—Si —respondí cortante y él frunció el ceño— parecí una tonta al no saber que vendríamos, digo, podrías haberme dicho el nombre siquiera o algo, pero no, mi cara de tonta debió ser fatal— bufé y saqué mi mano de entre la suya, para cruzarme de brazos y dejar de verlo

—Mjm— respondió con un tono de voz divertido, haciendo que lo mire de costado— a mi se me hace, que lo que te pasa en realidad, es que estás celosa— dedujo aún más divertido, y mi lado dramático me permitió soltar un jadeo totalmente indignado 

—¿Celosa? —pregunté incrédula y él asintió con la cabeza— ¿de qué estaría celosa? no mames Thomas— abrió los ojos de par en par al escuchar como le dije

—No sé, de Maca, tal vez— se encogió de hombros 

Solté una risa muy, demasiado, sarcástica para mi gusto

—No tengo nada que celarle, mi amor— sonreí con sorna y él ensanchó aún más su sonrisa burlona

—De acuerdo, entonces no te molesta si luego de llegar a la casa y dejar a las niñas, yo me voy con ella, ¿no?— me miró retadoramente 

Fruncí levemente los ojos, maldito perro, pero me recompuse rápido y le sonreí con burla, de manera desinteresada y trate que en mi mirada se reflejara un "claro que no me importa"

—Acordamos eso, ¿no?— eleve una ceja— puedes acostarte con quien gustes Thomas, no me importa— solté un pequeño jadeo burlón

Pensé que se enojaría, pero no, lo único que hizo fue mirarme divertido, para luego soltar un jadeo divertido, se relamió los labios en un gesto demasiado sexy y negó con la cabeza.

—Claro, de acuerdo— asintió con la cabeza en un gesto divertido

Le estaba por reclamar que en serio no me importaba si quería acosarse con Macarena o no, pero no pude hablar, porque llegaron y mi humor empeoró.

—Y bien Alma, cuéntame cómo haces para soportar a este ser— habló Macarena, señalando a Thomas— porque yo no pude y por eso terminé con él—rió y Thomas la miró mal

—Papi, eso no se hace —lo regañó Amira y yo la miré ofendida

—No sé cómo Thomas habrá sido contigo, pero conmigo es un caballero de primera— sonreí y Macarena asintió con la cabeza— es más, él me tiene que soportar a mí— reí al darme cuenta que sí, así es. 

—¿Por qué?— preguntó curiosa

—Resulta que aquí, la presente, mi esposa, es una niña— se quejó Thomas para luego bufar— no tengo tres hijas, tengo cuatro 

—¿Logras sacar de quicio al perfecto Thomas Mendes?— dijo totalmente sorprendida

—Si, no es tan difícil, sólo debes empezar una guerra de lodo con sus hijas y cosas así— me encogí de hombros




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