Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 17

ALMA

Estamos en la sala, viendo una película con Thomas, aprovechando que las niñas están en sus correspondientes clases. Martina en boxeo, Sophie en gimnasia acrobática y Amira en ballet.

Estoy demasiado concentrada, cuando mi celular empezó a sonar haciendo que me sobresalte del susto y pude ver a Thomas sonreír un poco, intentando no reír. Desgraciado.

Me fije en mi celular y fruncí el ceño al ver que es un número desconocido, pero da la casualidad, que este número ya lo conozco. Peter. ¿Y ahora qué? ¿Debo contestar? ¿Y si es algo malo? Nah, si fuera algo malo, me enteraría por otras personas, no por él. Aunque...

—Deberías atender —comentó Thomas aún viendo la película, pero no sé si le estará prestando atención

—No lo sé, ¿para qué? —dije dispuesta a no contestarle

—Puede ser importante, aún proviniendo de tu ex— se encogió de hombros —iré a buscar algo para tomar, mientras atiendes— sacó su brazo de mis hombros y se levantó del sofá

Decidí hacerle caso a Thomas. ¿Total? No pierdo nada. Tal vez un poco la cordura, pero la recupero rápido.

—¿Hola? —pregunté una vez que contesté

—Hola Alma— respondió una voz que no pude reconocer rápido

—¿Almita? —pregunté confundida mientras fruncía el ceño— cielo, ¿qué haces con Peter? —me acomodé en el sofá, viendo a Thomas volver con dos botellas de agua y mirarme preocupado

—Alma, tengo miedo —escuché como se sorbía los mocos y mi preocupación aumentó

¿Qué carajos esta ocurriendo?

—No entiendo, ¿qué está ocurriendo Almita? —indague y sentí a Thomas sentarse a mi lado y mirarme atento

—No sé dónde está ni mi mamá, ni mi papá —sollozo haciendo que mi corazón empiece a latir con rapidez

—¿Cómo que no sabes dónde están tus papás? ¿Con quién estás? ¿Estás con Peter? —pregunté todo de manera rápida, dudo que pueda responder todo

—Con Joey y Nico— sorbió sus mocos nuevamente y yo fruncí aún más el ceño— si, estoy con Peter. Alma, tengo mucho miedo, quiero a mi mamá —sollozo

Sí los mellizos están con Peter, es porque algo realmente grave pasó, ¿o qué está sucediendo?

—¿Y Peter no te puede decir dónde está tu mamá o tu papá?

—Sólo me dice que estarán bien, que se tuvieron que ir de urgencias— murmuró y yo ya estaba a nada de sufrir algo por tanta preocupación— pero yo sé que me esta mintiendo, yo solo quiero a mi mamá

PETER
*unas horas antes*

Miré por décima vez mi reloj de mano, dándome cuenta de que... No, mi cita no vendrá. Me dejó plantado. Genial.

Pagué por el vino que bebí mientras esperaba y me levanté de mi asiento para salir del restaurante, pero al hacerlo me choqué con Samuel Jones. Genial, ahora también esto. ¿No querés enviarme algo más, Dios?

Estaba por pasar de largo, esperando que él no me vea, cuando note que está hablando por teléfono y que de repente, su expresión cambió y hasta puedo decir que empalideció. Me acerque hasta él, preocupado de que se fuera a desmayar

—Hey, ¿estás bien? —pregunté pasando una mano por su cara

Samuel salió del trance y me miró como si fuera la salvación de su vida.

—¿Podrías quedarte con mi hija, por un par de horas? —preguntó empezando a caminar de nuevo hacia el restaurante y yo fruncí el ceño y lo seguí

—¿Qué?

—Debo ir al hospital con Cameron, así que también quédate con los mellizos, por favor —contestó, entrando al restaurante

Me quedé en mi lugar, sorprendido. Sin saber qué hacer o decir. ¡NI SIQUIERA SÉ QUE ESTÁ OCURRIENDO!.

Vi a Samuel decirle algo a Cameron, que le cambió la expresión rotundamente y ambos salieron del restaurante con los niños. Almita al verme, me sonrió y saludo con la mano e hice lo mismo.

—Niños, ahora se quedarán con él, por unos momentos, ¿si? Papá y tío Samuel tenemos cosas de grandes por hacer. Pórtense bien—dijo Cameron a sus hijos

—Mi amor, te quedaras con Peter, tengo cosas que hacer, pero volveré rápido— dijo Samuel a Almita

Las dos empezaron a correr hacia algún lugar en específico, dejándome a los niños sin permitirme decir algo

—¡¿DEBO LLAMAR A TU HERMANA O QUÉ HAGO?! —grité esperanzado de tener alguna respuesta, pero no fue así

De repente, sentí una mano agarrar la mía, baje la mirada y vi que se trataba de Nico, quien me sonrió enseñándome sus dientitos de leche. Estaba por decir algo, cuando sentí que alguien me agarraba la otra mano, al girarme, vi que se trata de Almita y está agarra la mano de Joey. Perfecto, ya no tengo opción de salir corriendo.

—Bien niños, iremos a mi casa y de ahí, su tía Emma los pasará a buscar, ¿si? —comenté de la forma más amable que pude

Guíe a los niños hasta mi auto y los ayudé a subir en la parte trasera del coche, mientras abrocho sus cinturones de seguridad, rogando a todos los santos porque la policía no me detenga, por tener a dos menores de edad así, sin su sillita.

Llegamos a mi casa, y puse a los tres niños a mirar la televisión, mientras me digno a llamar a Emma. Lo bueno, es que nunca me digne a borrar su número o el de alguno de ellos, ¿por qué? No lo sé, más porque me olvidé de hacerlo que por otra cosa, aunque en estos momentos agradezco haberme olvidado.

Un tono, no contesta. Dos tonos, no contesta. Tres tonos, no contesta. Al cuarto tono estaba por colgar, pero, contestó.

—¿Hola? —preguntó con un tono de voz preocupado

—Hola Emma, soy Peter, sé que esto es extraño para ti, pero me encontré a tu hermano y a Cameron, y... —no pude seguir contando, cuando me interrumpió




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.