Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 19

Estamos en casa de Samuel, decidimos venir aquí, antes que yo me vuelva a Houston.

Almita y Samuel llevan hablando ya como media hora, y eso me está poniendo nerviosa, ¿por qué? No lo sé, pero necesito saber que todo está bien.

—Alma —dijo Drake llamando mi atención y parpadee para mirarlo apenada

—¿Si? Perdona, estaba en otra —sonreí avergonzada y Drake sonrió divertido

—Te pregunté que, ¿cómo está Maya? —se cruzó de brazos viéndome curioso— no he tenido tiempo de ir a verla

—Mejor, mucho mejor— hablé un poco torpe— tiene una pierna fracturada y todavía está internada y en revisiones, ya sabes, para recuperación y que ellos estén seguros de que no tiene nada más

—¿Y Cameron? —preguntó mirando al rededor

—Se fue al hospital luego del funeral— contesté y él asintió con la cabeza

—¿Qué sabes de Peter? —fruncí el ceño

—Estuvo en el funeral a petición de Almita, nos saludamos con un movimiento de cabeza, pero no se más —suspiré y él asintió con la cabeza

—¿Cómo vas con...? —señaló con su cabeza hacia donde está Thom, hablando con Emma y Ángel

—Bastante bien, es un hombre que... No sé cómo describir, porque me saca de quicio con su orden y locura por la perfección, pero a la vez me resulta un tierno oso de felpa— contesté suspirando, mientras miro a Thomas

Al parecer sintió mi mirada sobre él, porque levantó la vista hacia mí y me sonrió una vez que nuestras miradas se cruzaron.

Le dijo algo a Emma y Ángel, para luego empezar a caminar hacia nosotros.

—Admito que es demasiado guapo— comentó Drake a mis espaldas haciéndome reír, pero no quité la vista de Thomas

—¿Quién es demasiado guapo? —preguntó alguien a nuestras espaldas

Ambos nos giramos a ver de quien se trata y nos encontramos con Alessander.

—Thomas —respondimos ambos a unísono

—¿Así que te parezco demasiado guapo?

Cerré los ojos con fuerzas al reconocer la voz de Thomas atrás mío. Gire sobre mi eje y empecé a abrir los ojos lentamente, encontrándome con una sonrisa burlona en su rostro.

—No dije demasiado guapo —intenté excusarme, aunque luego de decirlo, noté que, de todas formas le dije guapo

Thomas elevó una ceja, aún más divertido que antes.

—Pero soy guapo —sonrió altanero y yo gire los ojos haciéndolo reír bajo

Se acercó para luego darme un beso en la mejilla, me abrazó por detrás y colocó su mentón en mi cabeza.

—¿Cómo estas? ¿Drake, cierto? —preguntó Thomas aún en la misma posición

Drake me miró juguetón, y sé que es por lo que hizo Thomas hace unos momentos, para luego mirar a Thomas y asentir con la cabeza.

—Si, soy Drake, por cierto él es mi esposo Alessandro, Ale, él es el esposo de Alma— presentó Drake

Thomas se separó un poco de mi y estiró su mano, estrechandola con la de Ale, quien me miró con una ceja alzada.

—Larga historia, otro día te cuento —comenté antes de que él dijera algo.

Me giré notando que Samuel había llegado a la sala con Almita y le sonreí a los chicos disculpándome, me giré sobre mi eje, aún rodeada por los brazos de Thomas, hasta quedar frente a él, quien me sonrió de una manera muy adorable.

—Quiero ir hablar con Samuel, luego vuelvo para ver lo del vuelo, ¿bien?— pregunté mientras lo veo a los ojos

—Si, mi amor —contestó haciendo que mis mejillas se sonrojen levemente

—No tienes que fingir delante de mis amigos, ellos saben todo —reí mientras me separó de él

Thomas metió sus manos en los bolsillos delantero de su pantalón y me otorgó una sonrisa ladina

—¿Quién dice que estoy fingiendo? —me guiño un ojo, para luego caminar hacia algún lugar de la casa

Espera, ¿qué? ¿Me llamó "mi amor" a propósito? ¡¿SOY SU AMOR?! Bueno, basta Alma, no es momento de gritar como niña porque te hayan dicho mi amor.

Me centré en lo que iba a hacer y empecé a caminar hasta Samuel, quien al verme suspiró aliviado, al parecer, también quiere hablar conmigo. Se levantó de dónde estaba y caminó hasta mi encuentro, para luego abrazarme.

—¿Podemos hablar? —preguntó aún sin separarse de mi y yo asentí con la cabeza

Nos separamos y él agarró mi mano para empezar a caminar hacia el jardín trasero.

Al llegar, me hizo señas para que nos sentemos en las sillas que hay ahí, así que le hice caso y me senté, para él sentarse luego.

—¿Esta todo bien? —pregunté frunciendo el ceño preocupada

—Si, sólo... ¿Esta mal que me sienta aliviado por la muerte de Savana? —preguntó para luego suspirar y mirarme a los ojos, mientras que yo fruncia aún más el ceño— si me duele, pero me siento más aliviado, como que ya tenía afrontado esto

—Alto, alto, alto —me apresuré en decir antes que siga hablando— ¿de qué hablas? —pregunté totalmente confundida

—Cierto, no sabes —suspiró para mirarme a los ojos— Savana estaba enferma...

—¿Cáncer? —pregunté con los ojos abiertos de par en par —¿o alguna enfermedad parecida?

—No, ella tenía una enfermedad que los doctores intentaban saber qué era— hizo una mueca, para luego mirar sus manos— he estado con ella, luego de que me lo contara, la cuidaba sin despegarme un momento de ella, salvo cuando tenía que ir a trabajar y llevar a Almita a la escuela, porque la enfermedad de ella trataba de una bacteria en su interior, que empezó chica, pero se iba expandiendo cada vez más, como un cáncer, pero sin serlo —lo mire sorprendida y él no levantó su vista de sus manos— estuvo en tratamiento, la bacteria impedía que a veces ella coma o duerma siquiera, siempre tenía fiebre como si tuviera gripe

—Con razón la última vez que hablamos por teléfono, sonaba cómo con gripe— hable entendiendolo todo

—Si, está así hace un año —abrí los ojos sorprendida, esta así desde antes que yo vuelva a San Francisco... —pero yo me enteré tarde, cuando ella no pudo seguir ocultándomelo. El doctor dijo que, al no saber que enfermedad era, no podían tratarla como tal, pero aún así hacían pruebas con ella, algunas la destruían, hacían que esté semanas devolviendo, una la lastimó y devolvía sangre, fue horrible, creí que se moría y yo no lo había aceptado ni afrontado aún— me mordí el labio inferior al saber todo lo que pasó Samuel— lo acepté, lo aceptamos, sabíamos que en algún momento moriría, porque no tenía cura, entonces mis ganas de estar con ella incrementaban cada vez más, no quería ver a nadie que no sea ella, quería aprovechar sus últimos momentos




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