Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 21

Estamos preparando todo para el cumpleaños número cinco de Amira.

Sucede que, ella quiere todo de princesas y, Sophie no quiere, quiere que tenga cosas más divertidas. La idea de Thomas, fue hacer un cumpleaños de princesas y, a la vez, de espías, para que los compañeros varones de Amira, también la pasen bien. Pero como soy demasiado fan de Disney, apoyé emocionada la idea de Amira, dando la idea de que sea una fiesta de Mulan. Es una princesa y, a la vez, hay acción.

Así que ahora estamos arreglando el jardín trasero, para el cumpleaños de Amira. Por suerte el día está lindo, soleado, para poder hacerlo aquí afuera, sino tendría a Thomas loco porque estarían ensuciando adentro.

Estoy terminando de colocar las guirnaldas, es muy difícil, ¿saben? Porque estoy subida en el último escalón de la escalera y aún así estoy haciendo puntitas de pie, para poder terminar de colgarla. Maldigo mi metro sesenta y cinco.

La escalera se tambaleó y digamos que yo en puntas de pie, tampoco ayudó demasiado, pero por obra y gracia del señor, no me caí porque pude volver a estabilizar la escalera. Solté un suspiro aliviado, si bien no estoy demasiado lejos del suelo, igual hubiera sido un golpe demasiado horrible.

Iba a volver a ponerme de puntitas, cuando una mano en mi cintura y una en mis piernas me lo impidieron, porque ya no estoy parada en la escalera, sino que ahora me encuentro en los brazos de Thomas y este me mira con el ceño fruncido.

—Casi te caes de ahí arriba, ¿y no pensabas bajarte aún así? —me miró de manera seria y yo le sonreí inocente

Thomas me dejó en el suelo, para agarrar la última guirnalda, subir tres de los cinco escalones y colgarlas. Claro, como él mide 1.85. O bueno, eso creo.

Bajó de la escalera y se posicionó delante mío, mirándome de manera severa.

—Si tienes que hacer algo en altura, avisame, ¿bien? —suspiré y gire los ojos

—Bien —me crucé de brazos

Thomas sonrió, para luego darme un rápido y corto beso en los labios, antes de irse hacia la mesa dulce.

Me quedé mirándolo fijo, viendo como charla con Leti, quien está acomodando todo lo dulce que preparó ella misma. Empecé a reír, cuando Leti lo regaño por darle "disimuladamente" una pan a Lucifer y otro a Judas.

Ximena dijo de atar a los perros, para que las personas no se asusten o algo, pero Thomas y yo nos opusimos. Estos perros son un amor y hay que demostrarle a las personas, que pensaron como yo que son malos, que no lo son, que todo depende del dueño que lo crie.

—¡Alma, mírame! —gritó Amira haciendo que me gire a verla

—¡Wow! ¡Eres la Mulan rubia más linda que vi en mi vida! —exclame sonriendole mientras me acerco a ella

—Gracias —sonrió con las mejillas un poco sonrojadas

—¡Mírame a mi, Alma! —gritó Sophie saliendo de la casa vestida como Mulan, pero cuando ya va al ejército

—¡Tú también eres la Mulan castaña más hermosa que hay! Obviamente, en secreto —le guiñe un ojo y ella rió

—Esto es mejor, porque mi identidad está oculta, ¡nadie sabe que soy mujer! —elevó los brazos alegre y yo reí

Mire a Martina, quien también está vestida como Mulan, pero de mujer. Ella se parece más, por su cabello negro, largo y lacio, lastima que tiene ojos grandes, como para ser china. No mas que ella caminó hasta su papá, quién la chuleo de arriba a bajo y vi a Martina reír y sonrojarse.

La fiesta dio comienzo y con ellos, los amiguitos de Amira empezaron a llegar, junto con sus primos y uno que otro invitado de Martina y Sophie. Lo que me sorprendió, fue ver a las tres brujas aquí, con sus hijos. Pero al parecer, Amira es amiga de esos engendros del mal.

—Alma, querida, ¿cómo estás? —preguntó Miryam y yo sonreí falsamente

Ámbar me pellizco el brazo y supe que es porque a ella también le pareció un saludo demasiado forzado

—Miryam, querida, muy bien, ¿y tú? —pregunté con el mismo tono de voz que ella —Anna, Jennifer, ¿cómo están queridas?— pregunté y ellas sonrieron igual de falsas

—Muy bien, ¿y Thomas dónde está? —preguntó mirando a su alrededor

Abrí la boca dispuesta a responderle, pero Anna me interrumpió

—Yo que tu, lo mantendría vigilado, porque él puede estar allá, adentro de la casa, con nuestra amiga Ximena habiendo quien sabe qué —se encogió de hombros

—Mira, no sé quién serás, pero de mi hermano no vas hablar y menos en su casa— habló Ámbar sacando sus uñas de hermana

—Yo sólo le estoy dando un consejo a mi queridisima amiga Alma —se defendió Anna, mirando mal a Ámbar

—¿Y querida, dónde está? —preguntó Jennifer

—Si me dejarían hablar, les diría que esta allá —señale a Thomas detrás de ellas, y las tres giraron a verlo, para luego volver a verme— con mis suegros —sonreí

Tal vez haya sido conexión o telepatía o no se, pero Thomas empezó a caminar hasta nosotras. Llegó a mi lado y me abrazo por los hombros.

—Hola señoras —saludo amable y juro que vi a las tres babear. Perras.— ¿de qué hablan? —preguntó mirándome y yo sonreí

—Preguntaban dónde estabas, al parecer ocurrió algo con Ximena que debías estar con ella, no se —me encogí de hombros y ellas abrieron los ojos de par en par

—Oh si, hablé con Ximena, pero dijo que no se siente bien, así que está en la cocina —contestó mirando a las brujas y ellas se miraron entre sí

—Si nos disculpan, vamos a ver a nuestra amiga —informó Miryam, par a luego caminar hasta la casa

—Que brujas —murmuró Ámbar —¿Cómo haces para soportarlas? —me miró curiosa y yo reí

—Trato con Ximena todos los días, así que ya es como normal— contesté para luego abrazar bien a Thomas

¡TIENE PUESTA LA LOCIÓN QUE LE DIJE QUE ME ENCANTA! huele tan delicioso, que quiero mantenerlo así, siempre.

Thomas tampoco se quedó atrás y envolvió mi cuerpo, en un fuerte abrazo y yo siento que estoy en el paraíso de las lociones deliciosas.




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