Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 24

ALMA

Las cosas están yendo de maravilla. Ayer tuve la cena romántica con Thomas y terminó muy bien, lo único que me apena, es que él ya admite cada vez más que le gusto, mientras que yo aún no le he dicho ni me. Pero, él no me presiona para decirle algo, así que me siento bien de que, si llega a ocurrir que me gusta, poder hacerlo y decirlo en mi momento.

Estoy en el despacho de Thomas, usando su computadora, acordando todo con respecto a la publicación de mi segundo libro, todo está casi listo para el lanzamiento, pero un golpe en la puerta hizo que levante la mirada por unos momentos.

-Pase -hablé para luego volver a ver la computadora

-Alma, hablaron del colegio de las niñas- comentó Miranda haciendo que levante mi mirada hacia ella

-¿Ocurrió algo malo?- pregunté preocupada y Miranda tambaleó su cabeza de un lado a otro

-Martina, llamaron para avisar que necesita que su padre o tutor, vayan ahora mismo- fruncí el ceño, mientras cierro la notbook y me levantó de mi asiento

-¿No te dijeron nada?- indagué, empezando a caminar hacia la puerta

-Sólo que Martina golpeó a un compañero de clases- asentí con la cabeza y empecé a caminar hacia la puerta principal- no quise decirle nada a Ximena, porque ella es la tutora, pero, no quiero que griten a la niña Martina, porque yo sé que si ella hizo algo malo en el colegio, fue porque algo pasó- habló apresurada, mientras que yo me pongo el saco

-Tranquila Miranda, hiciste muy bien en avisarme a mi -sonreí para luego abrir la puerta -cualquier cosa, salí por aire fresco, ¿de acuerdo? -dije con voz de mando y Miranda asintió con la cabeza

-¿A dónde vas?- preguntó Ximena impidiendo que me vaya

Gire mi cabeza, para poder mirarla sobre mi hombro y sonreí de lado.

-Eso no te interesa -le guiñe un ojo, para luego salir de la casa

Por suerte, Pepe es quién tenía las llaves de la camioneta, así que se las pedí y ahora me encuentro manejando hacia el instituto, y estoy muy preocupada por lo que haya pasado realmente. Porque es cierto lo que dijo Miranda, Martina es una niña muy tranquila y algo tuvo que pasar para que se metiera en problemas.

Llegué al instituto de las niñas y entre, dirigiéndome directamente a dirección. Tengo suerte de haber venido antes, a causa que me llamaron para firmar unos papeles por las niñas.

-Buenas, me llamaron por Martina Mendes- hablé una vez que estuve frente a la secretaria

-Por supuesto, acompáñame

Se levantó de su asiento y empezó a caminar hacia una puerta, tocó dos veces y se escucho un "pase", así que la joven abrió directamente la puerta, para luego ingresar y yo pase detrás de ella.

-Oh, señora Mendes, la estábamos esperando, pase pase -invitó la directora Morales

Caminé ante la mirada del profesor de Martina, Jennifer, su esposo y el niño. Me senté al lado de Martina, quien tiene la cabeza gacha.

-Buenos días, ¿podría saber a qué se debe esto? -pregunté tratando de sonar lo más formal posible

-Por supuesto señora Mendes, lo que pasó fue... -la directora no pudo seguir hablando, porque Jennifer la interrumpió

-¡Esa niña es una bestia! -señaló a Martina y sentí a esta hundirse cada vez más en su asiento, mientras que yo eleve una ceja- ¡Mira como golpeó a mi hijo! ¡Mira como le dejó el rostro! -comentó señalando el rostro del niño

Es cierto, tiene un ojo hinchado y le sale sangre de la nariz. Así que las clases de boxeo sí funcionan eh...

-Señora Brix, le pediría que se calme y tratemos esto con tranquilidad y respeto -intervino la directora para después girar a verme -como dijo la señora Brix, Martina agredió físicamente a Thiago y eso en esta institución, no está permitido- golpeó su escritorio con su dedo índice, intentando dar más énfasis- pero como Martina jamás ha dado problemas, queríamos acordar con usted el castigo

-Claro, no hay problema- hablé segura, sintiendo a Martina bajar más la cabeza- pero antes quiero saber qué hizo el niño, para que Martina lo haya golpeado -elevó su cabeza rápidamente para mirarme sorprendida

-¡Yo no hice nada! ¡Ella me golpeó de la nada! -se quejo el niño y Jennifer intentó calmarlo

-Mi hijo no hizo nada, ella lo atacó -gruñó el esposo de Jennifer

-Estoy de testigo señora Mendes, esto ocurrió en mi clase -habló el profesor por primera vez desde que estoy aquí

-¿Me están diciendo, que en ningún momento le preguntaron a ella qué ocurrió? -mire incrédula a la directora y al profesor- Que simplemente... ¿Se basaron en lo que vieron? ¿En la historia contada por él? -señalé al niño golpeado

-Aunque no quiera creerlo, él es la víctima en todo esto, señora Mendes- contestó la directora haciendo que suelte un jadeo

-Solo díganme si o no, ¿se tomaron o no el trabajo de escuchar qué ocurrió por mi hija? -pregunté ya enfadada

-Alma, no quieras tapar el sol con un dedo, tú hijastra es una violenta -contestó Jennifer

-Nadie golpea a nadie por que sí. Algo tuvo que haber pasado anteriormente a lo ocurrido, para que Martina reaccione así- me crucé de brazos, para luego mirar a la directora- conozco a mi hija y ella no es así

Tal vez soné un poco exagerada con "mi hija", pero es cierto. Martina es la persona más pacífica que hay, hasta que rompen con su límite y es un furia.

-Bien, Martina, dinos qué ocurrió -comentó la directora de mala gana

Martina se quedó callada, no decía nada y eso me preocupó. Así que acaricie su espalda intentando darle ánimos.

-Vamos cariño, habla así sabemos bien la historia completa -dije apoyándola y Martina suspiro

-Thiago viene molestándome hace una semana -murmuró tímida

-Podrías haberle dicho a un profesor, no es motivo para golpearlo- se quejó Jennifer

-Querida, cuando un chico molesta a una chica, a tu edad, es porque le gustas -comentó la directora de manera amable, o bueno, lo intentó.




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