Un Amor Para Nada Común #3

CAPÍTULO 28

Desperté sintiendo un intenso dolor de cabeza que me está matando. Me costó acostumbrarme a la luz del lugar, hasta que pude y noté que estoy en un hospital.

Escuché un ruido provenir de mi lado derecho, me giré y noté que se trata de Thomas, quien se levantó para venir a verme.

—¿Cómo estás kopi?— preguntó preocupado, mientras acaricia mi cabello

—Me duele la cabeza— contesté en voz baja, a causa que siento la boca seca y me duele un poco la garganta— ¿cuánto tiempo estuve desmayada?— pregunté frunciendo el ceño

—Un par de horas —respondió amable mientras me otorga una leve sonrisa— deja que llame a la doctora para que te revise, ¿bien?— asentí con la cabeza

Me dio un beso en la frente, para después caminar hacia la puerta y salir por esta. Me dedique a ver a mi al rededor, notando que están las cosas de Thomas en el sofá y, un bolso también, haciéndome fruncir el ceño.

La puerta fue abierta y por esta ingresó Thomas y Macarena, pero ella está vestida como doctora, sorprendiéndome. No sabía que era doctora y lo más irónico, es que, es mí doctora.

—Hola Alma, ¿cómo estás?— preguntó Macarena de manera amable y yo le sonreí

—Hola Maca, tuve días mejores a decir verdad —reí, pero me callé inmediatamente que la cabeza me empezó a doler con mayor intensidad

—¿Tienes dolor de cabeza?— indagó caminando hacia mi y revisándome la vista con su linterna 

—Si —contesté quejosa

—¿Es grave?— preguntó Thomas preocupado, parándose a mi otro lado

Macarena lo miro de manera severa, para luego suspirar y girar los ojos.

—Deja de ser tan insoportable, gracias —contestó ganándose una mala mirada de su parte— tuvimos que operarte, porque tuviste una fractura espiral, es decir, tu hueso se quebró por dentro y con la fuerza del impacto, uno giró y por eso se fracturó y para esas fracturas, como con las compuestas, se necesitan operación— fruncí el ceño, mirando mi muñeca notando que tengo un yeso puesto— pero te doy la buena noticia de que la operación fue un éxito 

¿Qué tan distraída soy, que no lo noté anteriormente? 

—¿Y cuánto tiempo estará así?— preguntó Thomas por mí, mientras agarra mi mano buena y acaricia el dorso de esta con su pulgar 

—Un mes y medio como mucho, máximo dos, pero lo dudo porque, como dije anteriormente, la operación fue un éxito —contestó de manera amable

Thomas abrió la boca para decir algo, pero lo interrumpí

—¿Alguien podría darme algo para el dolor de cabeza, por favor?— rogué exasperada 

Maca soltó una leve risa, para luego asentir con la cabeza.

—Mandaré a una enfermera con tu medicamento —nos sonrió a ambos— bien, los dejo

Empezó a caminar hacia la puerta, pero Thomas la interrumpió

—Espera —habló llamando su atención haciendo que se gire hacia nosotros— ¿cuánto tiempo estará aquí? —preguntó curioso y Macarena suspiró

—Le dan las pastillas y se pueden ir— contestó de manera amable, pero puedo ver en su rostro que Thomas la tiene harta, me da pena por ella y lo paranoico que puede ser él— ¿Algo más, Thomas? —preguntó con un poquitín de ironía 

—No, nada más, gracias —respondió con una sonrisa apenada 

Macarena asintió con la cabeza, para luego salir de la habitación, dejándonos solos y giré a verlo.

—Estoy bien, ¿okay? —dije tratando de tranquilizarlo, al ver su ceño aún fruncido por la preocupación 

Bajó la vista hasta mí y le sonreí para calmarlo, haciendo que él suspire y asienta con la cabeza.

—Me preocupé mucho al ver tu muñeca y que luego te desmayaste, pensé que te golpeaste la cabeza y sería algo el doble de grave —comentó para luego exhalar

Acercó una silla y se sentó a mi lado, para luego volver a agarrar mi mano y mirarme a los ojos, sonreí y solté su mano, para acariciar su mejilla.

—Pero por suerte no fue nada demasiado grave —contesté y él asintió con su cabeza— ya, quita esa cara

—Es que hay algo que me tiene rondando la cabeza sin parar— habló haciendo que lo mire curiosa

—¿Qué cosa?— pregunté interesada 

—En que esto fue culpa de Ximena— respondió más serio que antes

Alcé las cejas sorprendida, porque con todo esto, no se me había pasado por la cabeza ese pequeño detalle. 

No fue hasta que él lo dijo, que recordé que ella fue quién me dio el caballo malo, pero, no creo que lo haya hecho apropósito, ¿o si?. No, no la creo taaaan perra, ¿o sí?

—¿Qué crees con exactitud?—pregunté curiosa y él me miró preocupado

—Que si es lo que creo, Ximena está en graves problemas, porque ella sabia que el Moro está malo e igual te dio el caballo —habló ahora enojado y yo miré mi mano para luego suspirar

—No creo que lo haya hecho apropósito, tal vez el caballo sí se recuperó, pero no del todo y ella creyó que si, fue un simple accidente —comenté a su defensa 

No crean que me estoy apiadando de ella, sino que, si esto que dice Thomas es cierto, yo misma me encargaré de Ximena.

—De acuerdo, pero de todas formas voy hablar con ella —comentó seguro y yo asentí con la cabeza

—¿Las niñas cómo están? —pregunté recordando a Amira llorar

—Mejor, luego de llamarlas cuando me dijeron que tu operación salió bien

—Me apena haberla hecho llorar a Amira y hacerlas preocupar —hice una mueca y Thomas sonrió con ternura

—Tranquila que se pondrán muy felices al ver que estas bien —besó mi mano y yo sonreí —por cierto, mandé a que te trajeran ropa, porque con la que te caíste está muy sucia —informó y yo asentí con la cabeza

—Justo quería saber que era ese bolso— señalé el bolso en el sofá con mi cabeza

La enfermera llegó y Thomas salió, para que esta me diera la medicación y me ayude a cambiarme.

Thomas volvió a ingresar a la habitación, junto con Maca quien trae unos papeles, supongo que son mi autorización.

Me levanté de la camilla acomodándome la banda que me dio la enfermera para mantener mi brazo quieto y caminé hasta Thomas y Maca. Al llegar, él rodeó mi cintura con su brazo, mientras que yo agarró los papeles que me entrega Maca.




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