Un Amor Para Nada Común #3

EPILOGO

THOMAS
>>Un año después<<

—No puedo creer que te hayas ido, así, tan de imprevisto —comentó Alma triste por la situación—. Eras alguien con tanta luz, que iluminabas a todos a tu paso. No había persona a la que no hicieras feliz, ayudaras o hicieras sentir bien con un solo abrazo tuyo. Admito que la luchaste, luchaste muchísimo por tu vida luego de aquel accidente, y aún así, seguiste sonriendo como siempre. —Sonrió con nostalgia y su labio inferior tembló—. Donde sea que estés, siempre te llevaremos en nuestros co...

—Ya debemos irnos, Alma. Deja de apañar las ideas de Amira —la regañe, haciendo que se gire hacia mí y me mire de mala forma.

—Es mi boda, tic toc, se me va el tiempo —dijo Samuel dándole golpecitos a su reloj.

Alma suspiró y se secó la única lagrima que logró derramar, mientras que Amira nos dice a todos que nos iremos al infierno por haber interrumpido el funeral de Honey.

—¿Si saben que es un cerdo de peluche, no? ¿Por qué le hacen un funeral? —murmuró la amiga de la novia de Jerónimo, a su amiga.

—Cállate o te escucharán —la regaño en un susurro.

Pero pude escucharlas, porque no son muy discretas. Están al lado mío.

Resulta ser que Amira los llamó a todos llorando esta mañana, muy temprano, pidiendo que vinieran a la casa, que era algo de suma urgencia.

Cuando la escuché llorando, me preocupé muchísimo y fui a ver qué le sucedía, y lo único que me dijo fue: "hoy es un día gris, padre, y el llanto es solo para que apuren su paso y vengan ante la gran tragedia que acaba de ocurrir"

No entendía el por qué mi hija estaba vestida completamente de negro, con unas gafas de sol que son más grandes que su rostro y un sombrero playero, también, negro.

Llegaron todos los amigos de Alma, por el llamado de Amira.

A pesar de que hoy es la boda de Samuel con Brenda, vino Samuel y Almita. Brenda hizo vídeo llamada, preocupada por Amira, pero no podía venir porque está produciéndose para su gran día.

Emma y Ángel con la dulce y pequeña Viky que ya está por sus dos añitos.

Maya y Cameron, con los inquietos mellizos que ya tienen sus cinco años.

Drake y Alessandro, con Santino, quien sigue siendo educado como siempre.

Hasta Peter, quien después del accidente, Samuel no ha dejado de agradecerle por salvarle la vida. Claro que Alma siempre le dice que ella también ayudó, pero Samuel le dice que no es lo mismo, porque Peter no tenía por qué hacerlo, ya que ellos se odiaban y lo ha salvado muchas veces en momentos de urgencia.

Todos, vieron a mi hogar a los minutos, por el llamado de mi hija.

Que resulta ser que murió Honey, su cerdito de peluche, porque, Judas lo agarró de nuevo. Pero a diferencia de las miles de veces que lo agarró y rompió, está vez lo destrozó. Dejándolo imposible de un rescate de Alma o Leti, con su poderoso hilo y aguja.

Alma la acompañó en su locura, cuando Amira le pidió si podía decir alguna palabras, porque estaba muy herida sentimentalmente para hacerlo.

No empezó, hasta que llegó la novia de Jerónimo con su amiga y ambas se disculparon por el retraso.

Por suerte el casamiento era a las doce del medio día y Amira llamó a todos a las nueve de la mañana.

—Bueno ya, vámonos o llegaré tarde a mi día especial —apuró Samuel, en un estado de nerviosismo puro.

—Samuel, son las diez, tranquilo, faltan dos horas —comentó Drake divertido.

—Me vale —respondió Samuel a la defensiva—. Yo sí me iré yendo. Vamos, hija —exigió estirando su mano, hacia Almita.

—¿Puedo ir con Alma? —preguntó de manera dulce.

Samuel miró a Alma y ella asintió con la cabeza, para después volver a ver a su hija y asentirle con la cabeza.

—De acuerdo, pero no lleguen tarde. Nos vemos allá —saludó, para luego perderse por dentro de la casa.

Todos nos quedamos en silencio, viendo a Amira enterrar a su cerdito de peluche, en uno de los pozos que hicieron Judas y Lucifer de tanto cavar, para luego cubrirlo con la tierra.

—Adiós, Honey —dijo de manera dramática, mientras suelta un suspiró bastante desgarrador, pero también bastante actuado.

—¿Por qué lloras? —preguntó Ángel viendo a su esposa, quién es un mar de lágrimas.

—Se murió Honey, insensible —respondió ella con la voz entre cortada.

Ángel sonrió divertido, para después abrazarla.

—Ya fideito, ahora Honey esta en un lugar mucho mejor —garantizó acariciando su espalda.

Resulta ser que Alma ya había planeado con las chicas, de arreglarse aquí y así todos nos íbamos directamente desde nuestra casa.

Así que todos se arreglaran aquí.

—Vamos a cambiarnos —opinó Alma y Maya con Emma asintieron con la cabeza—. Cariño ¿trajeron la ropa para arreglarse aquí? —preguntó viendo a la novia de Jero.

—Si Alma, Jero nos avisó ayer en la noche y ambas preparamos todo antes de venir —respondió, como siempre, con suma educación.

—Bien, entonces vamos. —Movió su cabeza, para que las chicas la sigan.

Jero agarró a su novia de la muñeca antes que ella se fuera y le dio un corto beso en los labios.

Sonreí ante tal escena, porque la joven se sonrojó, pero sonrió como una adolescente enamorada.

—Wakale —habló su amiga, haciéndolos reír a ambos—. Ya vamos, nos esperan.

Las chicas empezaron a caminar y yo me gire a ver a mi hija, quien sigue en el suelo llorando.

—¡¿Por qué te lo llevaste a él, Dios?! —exclamó Amira, arrodillada en el césped, con los brazos extendidos hacia el cielo y su cabeza también inclinada hacia arriba—. ¡¿Por qué no te llevaste a Pepa?! ¡Ella ya no quiere vivir!

Felipe se acercó a ella y la abrazó, para luego ayudarla a levantarse del suelo.

—Bien muchachos, vamos a arreglarnos también, que si no estamos listos nos matan —habló Ángel, haciéndonos reír a todos.




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