Un Amor Para Siempre

Capítulo 2: Miradas que matan

Narra Gustavo: 

Me pase toda la noche pensado en aquella chica, Michelle, es muy bonita, pero creo que no le caigo bien. Ayer en clase, se respondió muy cortante hasta creí que estaba enojada porque hace una semana le pregunté si era hija de Robert Bolat: su reacción fue extraña, me sorprendió bastante su respuesta. Aun lo recuerdo como si fuera ayer.

—Hey, Michelle. Espérame— voy corriendo hacia ella, salió muy rápido de clase. Se detiene y voltea a verme.

—¿Qué quieres, Gustavo? Ya te respondí que no soy hija de ese señor— dice con el tono enojado. —Si sigues con el mismo tema, me vere obligada a decir al profesor que me cambie de compañero— dice cortante y sigue su camino.

—Lo siento, solo que tu forma de reaccionar cuando te lo pregunte fue extraña, hasta pensé que era cierto. —digo apenado, me acerco a ella y tomo sus manos; mientras la miro fijamente.

—¿Qué estas haciendo? — dice ella con algo de nerviosismo. Intenta alejarse, pero la detengo.

—Se que es raro lo que te diré, pero no lo tomes a mal— la miro fijamente y suelto una sonrisa.

—Perdóname por insistir con el tema de Robert Bolat, solo que su hija y él me han hecho muy daño en el pasado. Es por eso por lo que estoy estudiado en la ciudad, quiero olvidar todo lo que sucedió en mi pueblo. Se que fue mi error vincularte con ese señor solo por llevar el mismo apellido y sobre todo tener algunos rasgos parecido a Camila— suelto un respiro al confesarle mi motivo del por qué estoy estudiando aquí.

—Gustavo no tienes que darme explicaciones de nada, solo no insistas más en el tema. Acepto tus disculpas. — suelta mis manos y se va caminando.

Desde ese día Michelle esta más distante que antes, ahora solo me habla en clase o hasta me evita en los pasillos de la universidad. Es muy raro todo esto, será que esta ocultando algo. No lo creo, es una chica muy misteriosa pero aun así se roba mis pensamientos; no dejo de pensar en ella. Espero verla hoy en clase, quiero arreglar las cosas con ella.

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Al salir de clases, me encuentro con Michelle en los pasillos. Esta vestida con un vestido floreado, no están corto ni largo, su cabello esta recogido en una coleta. Me quedé mirándola unos segundos, desde el primer día que la vi en aquella parada de autobuses me ha gustado. Pero no creo confesarle que estoy empezando a enamorarme de ella.

—Gustavo, hey— Me toca el hombro y me da un ligero empujón. — ¿Te sientes bien? Te quedaste ahí parado mirando— se acerca a mi y me toca la frente como si estuviera tomando la temperatura.

—Hola, Michelle. Perdón, solo me quede pensando en algunas cosas. Ya sabes ando estresado con un examen— digo con entusiasmo para que no se notara mi nerviosismo, es que hoy esta más hermosa de lo normal.

—Bueno, si tu lo dices. Quería preguntarte si podemos reunirnos más tarde en tu habitación para avanzar con el proyecto de biología— dice con una mirada seria como si quiera matarme.

—Esta bien, a las 8:00pm en mi habitación— la miro esperando su confirmación, pero mi mirada se desvía en sus pechos. —Dios, los tiene el tamaño perfecto para su cuerpo— pienso, mientras la miro.

—Gustavo­­— dice con un tono de enojo. — Acabas de decir que tengo pechos perfectos, ¿Qué mierda te sucede? — su mirada se vuelve oscura y penetrante.

—Joder, lo siento. No pensé que lo diría en voz alta— digo nervioso y me voy corriendo.

Acabo de cagar más nuestra situación, ahora si me odiara más que antes. Lo peor de todo es que la vere hoy, ya no se que hacer para arreglar esta situación. Llego a mi habitación, me acuesto en la cama y tomo mi celular. Reviso mis redes sociales, encuentro el perfil de Camila, es raro ya que ella me había bloqueado desde que terminamos. Veo una fotografía de Michelle junto a Camila con una descripción muy peculiar.

—Diablos, le di «me gusta» a la foto. Mierda y más mierda— salgo del perfil de Camila y bloqueo mi celular. Me quedo mirando el techo por unos minutos hasta que llega una notificación.

Camila:

Ya sé que estas detrás de ella. Con ese «me gusta» tuyo a la foto, me lo confirmas.

Que mierda, como sabe de mi cercanía con Michelle, en la foto se les ve muy cercana. Serán hermanas, no lo creo. Quizás pueden ser primas, es lo más probable.

Gustavo:

No se dé que hablas, déjame en paz. No te es suficiente con todo el daño que me has hecho.

Camila:

Contesta la llamada. Necesitamos hablar.

Mi celular empieza a sonar, y sí. Es Camila. Contesto la llamada, esta igual que siempre solo que ahora tiene el cabello más largo y ya no es rubio. Se lo ha pintado de color negro, no puedo negar que le queda bien, pero aun sigue en pie mi venganza hacia ella y su padre.

—No tenemos nada de que hablar Camila. ¿Qué quieres? — ella me mira con una ceja alzada y tiene una mirada penetrante.

—¿Qué pretendes con Michelle? No te acerques a ella, aléjate— su mirada se oscure más.




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