Un Amor Poco Común #2

Prólogo

Habían pasado siete años desde la última vez que se vieron. Desde la última vez que ambos supieron algo del otro. Siete años en donde cada uno ya formó su vida como quiso o como mejor pudo. Pero... ¿Qué pasará cuándo, por casualidad, se vuelvan a encontrar y ambos con parejas nuevas? ¿Ambos con nuevas vidas?

¿Se volverán a enamorar? ¿Samuel intentará recuperar a Alma o decidirá alejarse de su vida? ¿Alma recordará todo el dolor que vivió en el pasado o decidirá olvidar y reintentarlo?

El destino es incierto, como su amor. ¿La vida los querrá juntos o cada quien seguirá su camino?
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—Y así, es como Jessica nunca más volvió a ver a Adam, nunca más se permitiría sufrir por él. Fin—dije cerrando el libro

—Ohh—dijeron todos los niños y adolescentes al unísono

—¡No puede terminar ahí!—dijo una niña—me rehusó. No. ¿Por qué? 

—A veces, así es la vida. Pero piensen. Ella volvió a Italia a vivir con su primo. Ahí empezó a estudiar, y sé convirtió en una gran escritora. Lo sé, la conozco. Ahora está felizmente enamorada de otro chico y se están por casar... Pero jamás olvidará a su primer amor—les sonreí—bien, hagan una fila así firmo los libros

Ya habían pasado 7 años desde la última vez que vi a Samuel, mi vida había cambiado un poco. Vine a vivir con mi hermano y Lucía, quién esperaba mellizos, si así es al parecer no se conformaron solamente con Angela. Aunque ahora no vivía con ellos, sino que con mi novio, que por cierto ahora estaba comprometida con él. Soy tía de parte de Maya, quién es felizmente casada y con dos niños hermosos. Emma, ella pues es una famosa modista. Mis padres están bien, Camila esta de pareja con alguien y tienen una hija llamada Kaely. Y ese es un pequeño resumen de mi vida

Escribí mi historia de amor con Samuel, ese fue mi primer libro y mi hermano me ayudó a lograr que se publicara y ahora era una escritora reconocida por muchos adolescentes. Aunque obviamente, había cambiado los nombres y algunas cosas que no eran aptas para ciertas edades, como las dos veces que casi tuvimos sexo en México, o mi primera vez con él o las veces que tuvimos sexo después de la primera vez. Evadí muchas partes sexopatas, para que mi libro sea apto para todo público y así me fue mejor. 

Estaba firmando los libros, cuando fue el turno de una niñita de unos, no sé, tal vez 5 años. La hice pasar hasta mi lado, ya que casi no la veía y la niña se sonrojó. Que ternura

—Hola—sonrió con vergüenza 

—Hola preciosa, ¿cómo te llamas?—pregunté para firmarle el libro 

—Alma, como uted, me encantó su libro señorita—sonrió la niña

—¿Sí? Pero, ¿cuántos años tienes?—pregunté curiosa, parecía muy chiquita para leer 

—Así de muchos—levantó su manito, mostrando sus cinco dedos—pero ya se leer algo, mi papi me enseña o sino, él me lee las hitorias que quiedo—le sonreí, que lindo padre, me encanta cuando incentivan a los niños a leer—¿Le puedo contar un secleto?—preguntó la niña con el mismo nombre que el mío, que gracioso 

—Claro, dime—me acerqué a ella para poder escucharla mejor 

—Hace mucho, mi papi me contó una hitoria parecida a la que ute eclibio, era sobre su primer amor—me sonrió tiernamente 

—¿En serio? ¿Cómo se llama tu papá?—pregunté firmándole el libro. 

Algún día ella lo podría leer sola, no lo sé, pero igual le firmé el libro y se lo entregué

—Samuel, Samuel Jones—quedé helada 

—¡Alma, vamos!—gritó un hombre a lo lejos 

—¡Ahí voy papi! —gritó la niña de vuelta. Se giró hacia mí y me sonrió—adiós—dijo despidiéndose con su manito

Levanté la cabeza y vi hacia dónde iba la niña, entonces lo vi, ahí estaba parado esperando a su hija, cuando me vio. Algo pasó por nuestras miradas, como una corriente. No sabía que fue lo que pasó, pero decidí correr la mirada. 

Seguí firmando el siguiente libro. Cuando levanté la mirada, él se estaba yendo con la pequeña agarrada de su mano. 

Aquí es cuando me di cuenta que lo nuestro fue hermoso como una estrella fugaz, pero que no volvería jamás a dónde tanto dolor me causó...

Adiós Samuel, gracias por todo lo que me enseñaste, por ser mi primer amor, mi primer error, mi primera ilusión. Por enseñarme a no confiar tanto, a no quedarme donde me dicen te amo solo por costumbre y por amarme como lo hiciste. Por los momentos buenos, como los malos. En fin, muchas gracias por todo, aunque ya no seamos novios, siempre te recordaré como mi primer amor. El chico que más feliz me hizo, pero que también más dolor me causó.

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Si, si. Sé que no es un prólogo y que es el epílogo de "Un amor fuera de lo común", pero lo puse para que recuerden que es lo que había pasado. Cuál había sido el final del anterior libro. No me odien ah jajaja




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