Un Amor Poco Común #2

CAPÍTULO 12

Ya había pasado un mes. Un mes desde que estoy viviendo con Emma, desde que Peter me pidió un tiempo, y, sobre todo, un mes desde que no hablo con él, desde que no sé casi nada de él. Y digo casi, porque por ahí me manda uno que otro mensaje o me hace una que otra llamada, pero las conversaciones no duran mucho, como si recordara que estamos tomandonos un tiempo y se le van las ganas de hablar conmigo.

La cosa es que, también pasó un mes desde que Samuel está extraño. Bueno no, extraño no, desde que Samuel intenta "reconquistarme". Me dice cosas lindas, como que estoy hermosa y radiante, por más que parezca pordiosera, o como el otro día, me trajo una rosa. Me sentía mal, porque no podía sentir lo que él siente por mi, no podía ni quería hacerlo.

—Mujer, ¿cuándo piensas escribir algo nuevo?— preguntó Emma entrando a la sala

Me levanté del sofá y la ayudé a sentarse. Digamos que con sus siete meses de embarazo, la niña tiene una barriga como si se tratara de trillizos y no de un sólo bebé

—No lo sé— me encogí de hombros— no se sobre qué escribir. No se me ocurre nada— solté un suspiro

—Tu primer libro es sobre tu relación con Samuel, ¿cierto?— asentí con la cabeza— pues, has un segundo libro— la mire sin entender— contando tu relación con Peter

—¿Qué relación Emma? Ha pasado un mes y él sigue sin venir a buscarme para decirme lo mucho que me ama, lo mucho que me extraña y lo mucho que está arrepentido por haberme pedido un tiempo

—Bueno si, pero puedes contar lo lindo que pasaste en tu relación. Para que tus lectores, vean que después de tu primer amor, se puede volver a amar, se puede volver a confiar— se encogió de hombros

—Seria una historia demasiado triste Emma. Si hablé sobre la ruptura con Samuel, ¿crees que no hablaré sobre el tiempo que me estoy tomando con Peter?— Negué con la cabeza

—Bueno, entonces, empieza a escribirlo, y déjalo abierto hasta que sepas bien lo que ocurrirá con tu relación— me agarró de la mano y me sonrió— estoy segura que hasta que escribas todo lo que ha ocurrido, te contentaras con Peter

Me quedé en silencio, pensando su propuesta. No era mala idea, pero no lo sé

Solté un suspiro y asentí con la cabeza

—Tienes razón. Voy a escribir la segunda parte de Un amor fuera de lo común, va a ser una duología

—Muy bien, ¿y cómo se llamará?—me encogí de hombros

—No lo sé, ya lo pensaré— me rasque la ceja pensando en cómo se podría llamar

—¿Qué te parece... Un amor poco común?

—Me gusta, me gusta. Sí— asentí con la cabeza—listo, ya tengo el nombre de mi segundo libro. Gracias— le sonreí

—No hay de qué— se rio

—Pero, estem... —trague en seco, con temor a hacerle la siguiente pregunta— en mi primer libro, las nombro a ti y a Maya, y lo que ha sido de su vida. ¿Quieres que ponga lo que fue de la tuya o pongo lo justo y necesario?— vi como Emma se tensaba

—Ya dos meses desde que las dos personas más importantes en mi vida se fueron— inhaló ondo para luego asentir con la cabeza— tienes que poner qué ocurrió. Porque también forma parte de tu vida. No tengo problema con eso— me dio una sonrisa ladina

Ambas nos quedamos calladas, mirando a algún lado y pensando en la mortalidad del cangrejo

Ya dos meses desde que la mamá de los Jones, la señora Victoria, murió.

Ya dos meses, desde que el cobarde de Héctor, la abandonó.

Ya dos meses, de todo lo ocurrido en mi vida.

Vaya, si apenas pasaron dos meses y he pasado de todo, no quiero imaginar un año entero.

Nota mental, acordarme de estas palabras cuando se cumpla el año.

—¿No ha tratado de comunicarse contigo?— pregunté, aún sabiendo que no debería, pero a ella capaz le hace bien hablar de esto

—No— soltó un suspiro— lo busqué, ¿sabes? Le he mandado miles de mensajes, dejado miles de llamadas, pero al parecer me tiene bloqueada de todos lados— se encogió de hombros mientras se limpiaba una lagrima rebelde que se le había escapado— lo busque en instagram, pero no me aparece, y entre búsqueda y búsqueda, encontré fotos de nosotros, ¿sabes? Fotos dónde salíamos sonriendo, con el test de embarazo en mano y nosotros dos dándonos un beso, miles de fotos. Desde que éramos adolescentes y estábamos en el instituto, hasta ahora— hablaba con la voz temblorosa, pero la dejé, nadie en dos meses nombró a Héctor, para no angustiar a Emma, pero sabía que ella debía desahogarse— Alma, le entregué casi toda mi vida a él, ¿entiendes lo que es eso? ¿Pasar casi toda tu vida, con una persona, para que luego te deje? No, ni eso, ni siquiera me dejó, me abandonó que es distinto— dijo llorando, mientras ponía una mano en su pecho. No sabía qué decir o qué hacer, así que sólo me quedé aquí, escuchándola, como cualquier amiga hubiera optado por hacer— estuve con él desde que tengo dieciséis, ya tengo veintitrés. ¡Veintitrés carajo!— hizo su mano de un puño en su pecho, como si le doliera demasiado, como si le quemara el hablar de él, mientras que con la otra mano, intentaba limpiarse las lágrimas incontrolables que le salían— siete años pasé con él. Le di siete años de mi vida, estuve ahí en sus peores momentos, ¿y él que hizo? Me abandonó en mitad de mi peor momento, por cobarde, porque no supo cómo aguantar esto, porque no supo luchar contra todo esto que se avecino de golpe. ¿Pero sabes qué? ¡Yo tampoco estaba lista! Pero jamás, jamás, pensé en abandonarlo, en dejarlo, en no luchar por lo nuestro, por lo que teníamos. Por dios, íbamos a tener un hijo, ¿cómo iba a pensar en algo así?— se quedó callada, para luego taparse la cara con ambas manos y empezar a sollozar.

Me acerqué hasta ella y la abracé, Emma se apoyó en mi pecho, mientras que yo le acariciaba el cabello

—Sh, sh, llora todo lo que tengas y quieras llorar. Sacalo todo. Así te limpias de todo ese dolor que llevabas guardado por tanto tiempo— murmure sobre su cabello




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.