Un Amor Poco Común #2

CAPÍTULO 13

Salimos de las celdas dónde nos encontrábamos. Si, hasta Ximena, fui buena gente y le dije a Maya que también la saquen a ella.

Llegamos hasta dónde Emma, quien al vernos, nos abrazó a Samuel y a mi. Luego abrace a Maya

—Perdón — les sonreí y ellas negaron con la cabeza

—Perdón pero, ¿quién pagó mi fianza?— preguntó Ximena llamando mi atención

—Yo— le dije mientras me cruzaba de brazos y le sonreía

—¿Cómo?— preguntó confundida

—Si, yo le dije a ella — señale a Maya quien la saludo con un movimiento de mano— que te pagara la fianza con mi dinero. De nada— me encogi de hombros

—Vaya, eh...gra..—no pudo continuar, ya que una voz nos interrumpió

—¡Samuel Javier Jones!— dijo una voz a nuestras espaldas

Nos giramos y... Ups. Me giré hacia Samuel quien tenía cara de cachorro bajo la lluvia

—¡Papi!— grito Almita mientras corría hacia Samuel

Samuel alzó a su pequeña hija entre sus brazos y lleno su cara de besos haciéndola reír. Sonreí ante esa escena tan dulce

—¿Saliste en una cita con esta y encima vienes a parar aquí?— dijo Savana acercándose a Samuel

—Wo, wo, wo— dijo Maya interponiendose en el camino de Savana— esta tiene nombre, se llama Alma

Agarre el brazo de Maya y la separe de Savana

—Vamos afuera, que no quiero volver allí dentro

Logre sacarlos a todos de la comisaría, una vez dentro, Savana volvió a preguntarle lo mismo a Samuel

—Sí, salí con Alma, pero no en una cita. Sino una salida de amigos, porque ella estaba triste por el idiota de Peter— dijo Samuel mientras se encogia hombros

—¡Papi!— dijo Almita en forma de regaño— idiota es una mala palabra— lo miro de mala forma mientras negaba con la cabeza

—Oh cierto, me olvidaba. Alma está triste y ya sale a su protección el buen y noble, Samuel. ¿No?

Iba a meterme, pero vi como Emma me negaba con la cabeza. Me giré hacia Peter quien se estaba despidiendo de Ximena, sin poder evitarlo, giré los ojos y Maya me abrazo por los hombros

—Bien. Ya debemos irnos. Gracias por la salida Samuel y perdón por haber terminado aquí— Samuel me sonrió y negó con la cabeza— Adiós— me despedí con la mano de Almita y me giré para irme con Emma y Maya

Pase al lado de Peter, cuando este me detuvo del brazo

—¿Podemos hablar?— me miró de una forma que hizo a mi corazón acelerarse

—Peter yo... — solté un suspiro y negué con la cabeza— tengo que ir a buscar mi auto al bar y... —señale a las chicas con el pulgar

—¡Perfecto!— lo mire como si fuera la cosa más rara del planeta— yo también debo de ir a buscar mi auto y, así, es una posibilidad perfecta para hablar

Me giré hacia Emma y Maya quienes me miraban curiosas. Con la mirada les pregunté qué hacer, y al parecer me entendieron a la perfección, porque ambas asintieron con la cabeza.

Volví a mirar a Peter para ver que él también me miraba esperando una respuesta.

—Esta bien— le di una leve sonrisa

—Me la llevas a casa luego, eh— hablo Emma para luego reírse

—Sana y salva, lo prometo— Peter levanto la mano como si estuviera haciendo un juramento

Maya y Emma se despidieron de mi con la mano y luego hicieron lo mismo con Peter.

—Bien, podemos ir caminando, ya que no estamos tan tan lejos del bar— propuso Peter mientras metía las manos en sus bolsillos

Asentí con la cabeza y empecé a caminar y Peter acopio mi acción poniéndose a mi lado

Caminamos en silencio un buen rato. Hasta que no pude más y solté un suspiro

—¿No que querías hablar Peter? Porque si es para caminar en silencio conmigo, me hubiera ido con las chicas mejor

—Lo sé, lo sé. Solo que estoy buscando la forma de empezar la conversación

—Fácil. Diciendo lo que realmente sientes y piensas— le sonreí con obviedad

—Bien. Estoy celoso. Demasiado celoso— giré los ojos

—Vaya, que novedad— me cruce de brazos porque ya empezaba a sentir el frío de la noche

Peter lo noto, así que se sacó la chaqueta que traía puesta y me la puso en los hombros. Me hubiera negado a su acción, pero la verdad es que si me moría de frío

—Soy un idiota, ¿si?— volví a girar mis ojos

—Wow, que novedad nuevamente

—Bueno ya. Quieres que diga lo que siento y pienso, pero no me permites si me respondes con comentarios sarcásticos a cada rato

—Esta bien. Prosigue— me cruce de brazos

—Soy un idiota, y lo sé, lo acepto y lo reconozco. Estoy celoso, pero no me enfade con Samuel por estar contigo, me enfade, porque me dijo la verdad en la cara. Me dijo que te estoy dejando ir fácilmente por mis inseguridades, y es cierto. Por estúpido estoy dejando ir a la persona que más amo en este jodido mundo— se quedó callado

Si él espera que con eso, diga algo que no sea sarcástico, esta muy equivocado. Así que la mejor opción, es quedarme callada. Al parecer funcionó, porque Peter siguió hablando

—Dios mio Alma, eres mi primer amor de verdad, mi primer gran amor y quiero más que nada, que seas mi último— mordi mi lengua para evitar saltar sobre él y besarlo, aún no es momento— pero ya no puedo seguir así— deje de caminar y él hizo lo mismo— por lo menos, ahora no

Sentí una picazón en mis ojos y sabía que eso era efecto de las lágrimas

—¿Qué?— dije sin saber que más decir

Estábamos en la esquina de dónde se encontraba el bar. Pero decidimos quedarnos parados aquí. Decidimos tener la charla profunda que hace un mes no nos hemos atrevido a tener, justo aquí.

—Te extraño. Cada minuto, de cada día, y sé que arruine las cosas con la inseguridad que me cargo y lo lamento. Sé lo que estoy perdiendo y sé que no puedo estar sin ti. Sé que eres la única que puede convertir a este desastre, en una buena persona

—No es así— negué con la cabeza

—Claro que si, pero también sé que si no controlo mis inseguridades, nosotros no estaremos bien. Pensé en dos opciones

—¿Cuales?

—Vuelvamos a España, dónde estábamos bien, donde yo no sufría estos tipos de inseguridades, porque allá no esta Samuel




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