Un Amor Poco Común #2

CAPÍTULO 22

-¡ESTAS FOTOS NO DEMUESTRAN NADA! -grité, viendo la foto en el celular de Peter

Si, éramos Samuel y yo. Pero fue el día del café, donde me enteré que estaba embarazada. Era un simple abrazo, lo que salía en la foto

-¡¿NO?! -gritó de vuelta

-¡ERES UN MALDITO CELOSO, JODER! -tire su celular al sofá y me levante de él -¡SI NO CONFÍAS EN MI, ¿PARA QUÉ MIERDA NOS VAMOS A CASAR?! -eleve los brazos al cielo, para luego dejarlos caer con exasperación a mis piernas

-¿Qué estas queriendo decir? -murmuró con furia

-Que si vas a vivir desconfiando de mi, por cada estupidez, ¿por qué quieres casarte conmigo? -vi la duda reflejarse en sus ojos

-¡PORQUÉ TE AMO, JODER! -y ahí volvieron los gritos

-No me grites. Estamos hablando bien- murmure seria

-Bueno pues perdón, pero no puedo. Aguante una puta semana, esperando a ver si tu me decías algo, pero no lo hiciste- empezó a caminar de un lado a otro mientras se tiraba del cabello -¡¿Por qué no me dijiste?! ¡¿No qué a esas horas trabajas?! ¡¿Así es como trabajan?!- soltó una risa carente de humor

Estaba por responder, cuando me di cuenta que Marta y Giselle seguían aquí

-¿Podrían retirarse? -me giré hacia ellas, viendo como su rostro pasaba de ser uno intrigado a uno ofendido- esto es algo privado

-No. Ellas no se van a ningún lado. Sé que no te caen bien, pero ahora las necesito aquí, porque ellas... -se callo haciendo que unas sospechas que tenia, aumenten

-Por que ellas fueron las que te enviaron esa foto, ¿no? Ellas fueron las que te llenaron la cabeza de mierda, ¿no? -estaba a nada de explotar

-¡Solo dime que mierda hacías con Jones, en un café, a horarios, según tu, de trabajo! -no afirmó lo que dije anteriormente, pero tampoco lo negó- ¡¿Me estas siendo infiel?! ¡¿Es eso?! ¡Por que si es así, dímelo y dejamos este teatrito para ti de una vez!

-¡DEJA DE GRITAR, JODER! ¡ESTOY A DOS PUÑETEROS PASOS DE TI, NO ESTOY SORDA! -si, ya explote- ¡Y NO IMBÉCIL... - vi a Giselle abrir su boca y me giré hacia ella- TÚ NO TE METAS MALDITA ARPÍA!- levanté mi mano hacia ella y luego la bajé y volví mi vista hacia Peter, quien, raramente, no dijo nada para defender a su hermana- ¡NO TE SOY INFIEL, TARADO, NUNCA TE FUI INFIEL, NO ENTIENDO COMO ES QUE TODAVÍA NO TE DAS CUENTA QUE TE AMO! ¡¿QUERÉS SABER POR QUÉ ESTABA CON SAMUEL EN LA CAFETERÍA ESE DÍA?! -Él solo asintió con la cabeza, pero aún respiraba como si de un toro se trataba- Ese día me desmaye idiota. Me desmaye y mi cabeza dio contra el suelo de una manera horrible, hasta ayer, tenía un pupo en mi cabeza- vi preocupación en sus ojos, pero, lo que más me dolió, fue que vi la duda. ¿No cree lo que le digo?

-No le creas, estoy segura que miente- habló Giselle

-¡QUE NO TE METAS! -gritamos Peter y yo a unísono

-Sigue -habló Peter de manera fría- ¿Qué te dijo el doctor? Aún no entiendo por qué llegaste a una cafetería con Samuel

-Fui a una cafetería con Samuel, porque él quería tranquilizarme por la noticia que me dio el doctor -Peter frunció el ceño, ahora si, preocupado

-¿Qué...? -empezó a hablar, pero lo interrumpí

-Ese día me enteré que estaba embarazada- los ojos de Peter brillaron más que nunca

La furia y todo el enojo, se fue de su sistema, para ser reemplazado por la alegría, el entusiasmo y la felicidad. Lástima que yo ahora estoy dolida, enfadada y triste.

Peter acortó nuestra distancia, para rodear mi cintura con sus brazos

-¿Vamos a ser papás? -murmuró feliz

-Dije estaba- respondí, mientras me zafaba de su agarre.

Alce mi celular que estaba en el sofá y camine hasta la salida, saque una chaqueta del colgador, mi bolso y abrí la puerta de la casa

-¿Qué quieres decir? -escuche la voz de Peter a mis espalda

Mire por encima de mi hombro, comprobando que me siguió hasta la entrada de la casa

-Lo oíste. Estaba, embarazada- sentí de nuevo el maldito nudo en mi garganta.

Salí de la casa y escuché a Peter llamarme, pero antes de que él pudiera hacer algo, me eche a correr.

Corrí sin rumbo alguno, corrí sintiendo el aire chocar contra mi cara. Me sentía libre con cada paso que daba, liberada de tanto estrés, frustración, dolor, me sentí libre.

Llegué a un parque, pero no me interesó y seguí corriendo. Mis piernas ya me empezaban a doler, sentía el típico ardor que sientes cuando tu musculo esta trabajando, pero tampoco me interesó, yo sólo quería huir, ¿de qué? No lo sé.

Sin esperarmelo, alguien me chocó. Si, así es. Alguien. Me. Chocó.

-¿Qué te pasa imbécil? -dije enojada y me giré a ver a esa persona

-Tranquila fiera, simplemente que fue la única forma que vi para llamar tu atención. Perdón- rió

-No que va, perdóname a mi Henry, iba... Iba en mi mundo -coloque una mano en mi frente tratando de regular mi respiración

-Tranquila. ¿Por qué no mejor me dices qué ocurre? Mientras, damos un paseo por este lindo parque- me abrazo por los hombros y empezó a caminar conmigo a su lado

Asentí con la cabeza y empecé a contarle todo lo sucedido.

Desde que me enteré de mi embarazo, lo de Samuel, la semana extraña que tuve, y todo el día de hoy. Hasta lo del aborto

-Espera, ¿fuiste al médico? -negué con la cabeza- ¡Alma, mierda! Vamos. Un aborto espontáneo es demasiado peligroso -me regaño, mientras entrelazo nuestros dedos y empezó a arrastrarme hacia algún lugar- vamos, te llevare al hospital

No hice otra cosa más que bufar. Porque, pues, si, tiene razón.

Llegamos hasta su auto y cada quien se subió en sus respectivos lugares.

El camino fue en silencio, o bueno, yo fui en silencio. Henry iba cantando, ¿o aullando? No se, solo sé que parece un animal moribundo.

Pero yo solamente puedo ir pensando en todo lo ocurrido.

¿Amo a Peter? Si. ¿Me agrada su compañía? Por supuesto. ¿Me quiero casar con él? No lo sé

No sé si quiero vivir toda mi vida así, discutiendo por estupideces, por sus celos sin sentido, por su desconfianza.




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