Un Amor Poco Común #2

CAPÍTULO 26

La fiesta había sido un éxito. Todos quedamos enamorados de Santi y, nos dieron la noticia que dentro de dos semanas, ya sería oficial la adopción, cosa que nos alegró mucho.

Luego del espectáculo que dimos Drake, Samuel, Peter y yo, traté de evitar toda la noche a los dos últimos nombrados.

En una de mis tantas huidas, me descuide y Peter me encontró desprevenida, me pidió hablar, que quiere solamente hablar conmigo y, les voy a ser sincera, acepté hablar con él.

No hablamos nada malo que pudiera herirnos, no hablamos sobre nosotros, fue una simple charla de dos adultos y ya.

Acepto que la pase bien, hablamos de anécdotas que nos pasaron, de cosas equis en la vida. Hubo muchas risas, para ser más clara. Hubo risas, sonrisas, diversión. No hubo sentimientos feos de por medio, cosa que me agrado.

Ahora me encuentro con Ángel y Emma, y obviamente con Viky también. Nos encontrábamos jugando a las cartas y Ángel nos iba ganando a las dos

—El máximo ganador, me dicen en la calle— se burló Ángel haciéndome reír, pero a Emma no

Si bueno, digamos que a ella no le gusta perder contra nadie. Creo que, cuando Viky sea más grande y juegue contra ella, tampoco se dejará ganar, porque así es Emma, competitiva

—De lo único que eres máximo, es de los estúpidos —murmuró Emma y sin poder evitarlo, solté una carcajada

—¿Qué dijiste? —preguntó Ángel

—Nada —murmuró Emma enojada

Y... Aquí es donde ya no me prestan atención a mi y solo están concentrados en ellos y en su discusión.

Tocaron el timbre, y como vi que ninguno iba a dejar de discutir, me levanté del suelo y caminé hasta la entrada.

Abrí la puerta encontrándome con la persona menos esperada. Se los juro que jamás me la esperé encontrarme a ella. Era más probable encontrarme con un repartidor de pizza que se confundió con la casa de al lado, que con... Marta, la madre de Peter

—Marta, ¿qué... Qué hace aquí? —pregunté mientras miraba a ver si Peter estaba cerca

—¿Podemos hablar? —me miró de pies a cabeza, para luego sonreirme de manera falsa

—Eh... —no. No. No. —de acuerdo, pase por favor... —sonreí muy a mi pesar

Me hice a un lado para que ella pudiera pasar. Marta luego de pensarlo un buen de tiempo, decidió pasar, mirando todo a su al rededor. Veo que mira todo sorprendida, seguramente se imaginaba encontrarse con algo horrible, pero no, Emma es una genial decorando

Le hice señas con la mano para que me siga hasta la sala. Emma se giro a verme con una sonrisa que desapareció al ver a la madre de Peter, parada atrás mío

—Oh, hola señora— sonrió Emma y vi a Marta asentir con la cabeza— Ángel, ¿me acompañas a buscar... Algo? —al parecer, Ángel entendió así que no dijo nada y asintió con la cabeza, mientras se levantaba del suelo para luego ayudar a Emma

Ángel alzó a Viky quién estaba en su moisés, y los tres se fueron a algún lugar de la casa

—Siéntese por favor —señalé el sillon y Marta hizo lo que le dije. Camine hasta el sillón individual y me senté en él, mirando a la madre de Peter— bien, ¿de qué quiere hablar conmigo?— pregunté un poco incómoda por su silencio 

—No se como decir esto, pero, am... —pasó sus manos nerviosamente por sus rodillas— vine a pedirte perdón —alce las cejas sorprendida

—¿Qué? —pregunté anonadada

—Vine a disculparme. Sé que no te he tratado muy bien últimamente y, que tengo parte de culpa que hayas perdido a ese bebito— levantó la mirada hacia la mía, y me miró con pena— así que, ¿me perdonas, Alma?

¿Debo perdonarla? Digo, la mujer me ha hecho muchas, pero MUCHAS, ¿debería...?

Mejor perdonar y sanar, que estar toda una vida rencorosa por cosas que ya pasaron, ¿no?

—Si señora Marta, la perdono— sonreí amable y ella me devolvió, más o menos, la sonrisa

—Bien, ese era uno de los asuntos que quería hablar contigo— fruncí el ceño

—¿Y el otro cuál es? —pregunté dudosa

—Quiero que... Te alejes por completo de mi hijo. Él ahora es feliz sin ti, no le hables, no lo mires, nada. Aléjate —habló segura y yo, lo único que pude hacer, fue elevar una ceja

—¿Disculpe? —pregunté incrédula

—Lo que oíste querida. Peter me comentó que ayer estabas en la fiesta de Drake y que bailaste con él, pero eso no es todo, sino que también hablaron. ¿No te bastó con hacerlo sufrir como lo hiciste, que ahora también estás inculcando ilusiones? —me regaño

—Wo, wo, wo, alto ahí —levante ambas manos en su dirección —yo no estoy inculcando nada, tampoco fue mi intención lastimarlo, porque si vamos por ese caso, yo también salí lastimada. Y, quiero aclarar que, no es mi culpa encontrarme con él, en la fiesta de Drake— vi sus intenciones por hablar, pero no la dejé —ya que Drake es mi mejor amigo, mucho antes de que ellos dos se conocieran

—Solo te estoy pidiendo que te alejes de mi hijo, Alma. No es mucho pedir —hablo, un poco, quizá, enojada

—¿Y por qué me lo dice a mi? ¿Por qué no le dice a su hijo que no se acerque a hablarme en la fiesta? ¿Por qué siquiera dice estas cosas? Por dios Marta, Peter es un hombre grande ya —comente un poco harta de la situación

—¿Tanto te gusta ser una atorranta? —abrí la boca formando una perfecta O

—¿Cómo me dijo? —pregunté incrédula

—Lo que oíste querida. Te encanta andar de atorranta y tener a todos ilusionados comiendo de tu mano —gruñó

Iba a decir algo, cuando otra voz me interrumpió

—Suficiente, se va de mi casa— habló Emma entrando a la sala, con un Ángel intentando retenerla por atrás —aquí no va a venir a insultar a Alma. ¿Quién se cree? Se va, pero a la hora de ya— chasqueo sus dedos, mientras señalaba la puerta principal

Marta y yo vimos a Emma con la boca abierta. Marta se levantó, me dio una última mirada y salió de la casa

—Eso, fue... ¡Increíble! —exclame levantando los brazos

Emma solo hizo una reverencia hacia mi dirección, para luego guiñarme un ojo




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